Espejos de sombra y luz
Toda la trayectoria de Rosa Brun (Madrid, 1955) se ha elaborado sobre una suerte de tensi¨®n subterr¨¢nea generada a partir de impulsos opuestos, tensi¨®n que en sus sordos ecos dram¨¢ticos, no siempre evidentes, define para mi gusto la energ¨ªa y vibraci¨®n m¨¢s interesantes del trabajo de la artista. Esa oposici¨®n se genera, en primer lugar, entre las ra¨ªces primeras y esenciales a su trabajo, que nos remiten a la memoria conceptual de la pintura, y ese impulso constante hacia lo objetual que ha determinado toda su evoluci¨®n, en piezas que bordean de continuo la frontera de lo escult¨®rico, mas sin llegar a perder nunca, de modo m¨¢s o menos expl¨ªcito, ni el plano de referencia del muro ni aun la filiaci¨®n impl¨ªcitamente pictoricista en el enfoque de muchas de las cuestiones abiertas por su obra.En otro sentido, de alg¨²n modo indisociable del anterior, los polos de tensi¨®n se sit¨²an entre el esp¨ªritu definido por los ecos de cierto territorio de la abstracci¨®n hist¨®rica, paradigma de filiaci¨®n rom¨¢ntica en el que se miraban los trabajos iniciales de Rosa Brun, y esa otra inercia generacional que ha marcado su evoluci¨®n con un aparente enfriamiento progresivo, tanto de los procesos y materiales, como de los t¨¦rminos virtuales que construyen su po¨¦tica reciente.
Rosa Brun
Galer¨ªa Oliva Arauna. Claudio Coello, 19. Madrid. Hasta finales de junio.
Las piezas que ahora nos muestran, en el marco de esta exposici¨®n, la situaci¨®n actual de su trabajo son, de nuevo, un ejemplo elocuente de la dial¨¦ctica sumergida que acabamos de describir. En primer lugar, en su frontalidad esencial, estos espejos de sombra y luz se reclaman, m¨¢s all¨¢ de su vocaci¨®n fronteriza, de una estirpe mental en la que sigue alentando la pintura. A su vez, pese a plantear aqu¨ª, de un modo elocuentemente m¨¢s radical -en su ascesis constructiva, en el empleo del hierro, el acero y el cristal-, ese distanciamiento t¨¦rmico al que nos hemos referido, nos remiten tambi¨¦n, a la postre, a un espectro tonal de aliento mucho menos g¨¦lido y cerebral de lo que, en una visi¨®n apresurada, cabr¨ªa deducir.
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