Sobre la tarta y su reparto
La ¨²ltima d¨¦cada ha sido el ¨²nico periodo de la segunda mitad de este siglo en que Espa?a ha avanzado paralelamente en la consecuci¨®n del doble objetivo de reducir la disparidad de renta per c¨¢pita con la Europa comunitaria y, al mismo tiempo, las diferencias de renta per c¨¢pita entre las regiones espa?olas. Esta es la conclusi¨®n del autor tras analizar los datos referidos a los ¨²ltimos treinta a?os.
El prop¨®sito de estas l¨ªneas es ofrecer una visi¨®n del grado en que se han conjugado en nuestro pa¨ªs los objetivos de crecimiento econ¨®mico y redistribuci¨®n territorial de la renta por parte de las tres fuerzas pol¨ªticas que han gobernado Espa?a en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas: el franquismo y el tardofranquismo, hasta las primeras elecciones democr¨¢ticas de 1977; la UCD, hasta las elecciones celebradas a finales de 1982, y el PSOE, que contin¨²a hoy en el Gobierno de Espa?a.A efectos comparativos de la evoluci¨®n en esas tres d¨¦cadas, y tomando como referencia a?os para los que existen datos disponibles, diferenciaremos, por tanto, tres etapas, correspondientes a esas tres fases pol¨ªticas: la primera, desde 1963 a 1977; la segunda, de 1977 a 1982, y la tercera, de 1982 a 1992. Utilizaremos s¨®lo dos indicadores que nos parecen suficientemente representativos para medir el nivel de consecuci¨®n de los dos objetivos rese?ados: el grado de convergencia del PIB por habitante espa?ol respecto del comunitario y el grado de dispersi¨®n de la renta familiar disponible por habitante de las diferentes comunidades aut¨®nomas.
La primera etapa registra una evoluci¨®n claramente satisfactoria en cuanto a crecimiento econ¨®mico. En 1963, la relaci¨®n PIB per c¨¢pita espa?ol / PIB per c¨¢pita comunitario se situaba en un 67%, mientras que el inicio de los Gobiernos democr¨¢ticos en 1977, ese indicador de convergencia hab¨ªa pasado al 76,7%, esto es, hab¨ªa experimentado un aumento de casi 10 puntos en 14 a?os. Incluso en 1975 lleg¨® a la cota del 79,2%, pero, justo es decirlo, debido a la rigidez de nuestras autoridades de entonces por haber querido mantener en plena crisis internacional una pol¨ªtica, aut¨®noma, en la que no tuvieran cabida los elementos de ajuste necesarios para afrontar la situaci¨®n. Tal miope comportamiento de nuestra pol¨ªtica econ¨®mica tuvo efectos muy negativos sobre la evoluci¨®n del crecimiento econ¨®mico relativo espa?ol de los siguientes a?os. Con todo, y como se ha se?alado, la econom¨ªa espa?ola tuvo un satisfactorio comportamiento en su convergencia real con Europa en t¨¦rminos del PIB por habitante.
No puede decirse lo mismo respecto del objetivo de la redistribuci¨®n territorial de la renta. En ese aspecto, la larga era del franquismo acentu¨® considerablemente los desequilibrios territoriales en los niveles de desarrollo y bienestar. Baste rese?ar, por ejemplo, que a finales de la d¨¦cada de los cuarenta, Andaluc¨ªa, las dos Castillas y Extremadura acumulaban el 37,1% del PIB espa?ol, mientras que Catalu?a y Madrid sumaban el 23,2%. A mediados de la d¨¦cada de los setenta esos porcentajes eran, respectivamente, del 26,2% y del 34,7%, esto es, el primer bloque hab¨ªa perdido 11 puntos porcentuales de participaci¨®n, que eran aproximadamente los que hab¨ªan aumentado en su conjunto las econom¨ªas catalana y madrile?a.
En 1977, ya al final del periodo, las diferencias en los niveles de renta familiar disponible por habitante y por comunidades aut¨®nomas son las que refleja la primera columna del cuadro. Se aprecia c¨®mo cuatro regiones superan en m¨¢s de un 15% la media nacional (una en m¨¢s de un 25% y otras dos m¨¢s de un 20%). Por otro lado, cinco regiones ten¨ªan una renta familiar disponible por habitante inferior en m¨¢s de un 15% a la media nacional (una de ellas en m¨¢s de un 30% y otro en m¨¢s de un 20%). La diferencia entre las dos comunidades extremas era de 60 puntos porcentuales, equivalentes al 90% de la renta de la comunidad m¨¢s pobre.
Con estos datos se puede concluir que el modelo de crecimiento durante el franquismo consigui¨® aproximar nuestro nivel del PIB por habitante a la media europea, pero a costa de ensanchar las diferencias en los niveles de renta disponible per c¨¢pita de las distintas regiones espa?olas.
Segunda etapa
La segunda etapa considerada es la m¨¢s breve y coincide con los Gobiernos de la UCD al frente de la naci¨®n. Durante este: quinquenio se pierde gran parte de lo conseguido en los a?os anteriores en nuestro objetivo de convergencia real con Europa. La relaci¨®n PIB por habitante espa?ol / PIB por habitante comunitario cae desde el 76,7% en 1977 al 71,7% en 1982, esto es, a raz¨®n de un punto porcentual por a?o. El retraso en la adopci¨®n de medidas de ajuste ante la crisis de la etapa anterior, el que se viene denominando como car¨¢cter diferencial de nuestra situaci¨®n econ¨®mica, y la propia crisis pol¨ªtica y relativa debilidad del partido gobernante, son factores que se encuentran detr¨¢s de ese claro retroceso de la econom¨ªa espa?ola en ese periodo.
Este hecho no se vio agravado por un empeoramiento de la distribuci¨®n territorial de la renta, como se comprueba al comparar las dos primeras columnas del cuadro, sino que, en l¨ªneas generales, ese estado distributivo mejor¨® apreciablemente en el quinquenio. As¨ª, son s¨®lo tres las regiones que superan en m¨¢s de un 15% la media nacional y cuatro las que se sit¨²an por debajo del 15% de esa media (sin que ninguna de ellas tenga ya una renta familiar disponible por habitante inferior en m¨¢s de un 30% a la media espa?ola).
Recuperaci¨®n
En resumidas cuentas, este periodo se caracteriza por un marcado empeoramiento de nuestro nivel de convergencia con Europa, aunque registra avances no desde?ables en la distribuci¨®n territorial de la renta.
La tercera y ¨²ltima de las fases consideradas coincide con la que se viene denominando la d¨¦cada socialista. En ella, y tras unos primeros a?os de ajuste de nuestra econom¨ªa y de contenci¨®n en sudeterioro relativo, tiene lugar en el segundo lustro un intenso proceso de recuperaci¨®n gracias al buen aprovechamiento del estadio de auge econ¨®mico internacional, favorecido por la previa preparaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola. Ello permiti¨® que, tras alcanzar en 1985 un nivel del 70,4%, el indicador de convergencia PIB por habitante espa?ol / PIB por habitante comunitario ganara un punto por a?o hasta recuperar en 1991, mantenido en 1992, el nivel del 76,6% previo al agudo retroceso registrado en el segundo periodo ana lizado.
Adem¨¢s, ese fuerte crecimiento relativo fue compatible con un importante esfuerzo de solidaridad territorial, que continu¨® estrechando las diferencias relativas de renta familiar disponible por habitante de las distintas comunidades aut¨®nomas, tal como refleja el cuadro. En efecto, son ya s¨®lo dos las regiones cuyo ¨ªndice se sit¨²a en m¨¢s de un 15% por debajo de la media, y no existe ya ninguna por debajo en m¨¢s de un 25%. Igualmente, s¨®lo dos regiones superan a la media en m¨¢s de un 15%. En este sentido, el que podemos considerar como proceso de convergencia interterritorial ha experimentado en la ¨²ltima d¨¦cada avances muy importantes, cuya magnitud ser¨ªa mayor si tom¨¢ramos en consideraci¨®n el potente efecto redistributivo de los aumentos en gastos p¨²blicos sociales (educaci¨®n, sanidad, vivienda, etc¨¦tera), que, adem¨¢s de haber determinado una sustancial mejora en la distribuci¨®n personal de la renta real disponible, ha reforzado por extensi¨®n la redistribuci¨®n terrritorial de la misma.
Los datos expuestos demuestran, pues, que la ¨²ltima d¨¦cada ha sido el ¨²nico periodo de la segunda mitad de este siglo en que hemos avanzado paralelamente en la consecuci¨®n del doble objetivo de reducir nuestra diferencia de renta per c¨¢pita con la Europa comunitaria y de reducir al mismo tiempo las diferencias de renta per c¨¢pita entre las regiones espa?olas.
Ser¨ªa muy deseable, a escasas fechas de las elecciones generales, que las principales opciones pol¨ªticas trataran de explicar y concretar sus propuestas y compromisos respecto de ambos objetivos, y muy particularmente sobre c¨®mo entienden la solidaridad nacional, as¨ª como de los instrumentos para proseguir el camino recorrido en la ¨²ltima d¨¦cada.
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