Gonz¨¢lez acorrala a Aznar por su indefinici¨®n

Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Maria Aznar crearon ayer en su segundo duelo televisivo de la actual campa?a electoral un clima m¨¢s tenso y crispado que siete d¨ªas antes. Ambos se acusaron de no decir la verdad y casi en lo ¨²nico que coincidieron ue en afirmar que su objetivo ser¨¢ crear empleo si llegan a gobernar despu¨¦s del 6 de junio. Para alcanzar este fin, los dos ofrecieron un pacto social con sindicatos y empresarios. Pero el uno le neg¨® al otro capacidad para llevarlo a buen t¨¦rmino. Felipe Gonz¨¢lez, candidato socialista, golpe¨® esta vez con fuerza en la idefinici¨®n que ha arropado a Aznar en sus dos comparecencias, y pareci¨® desarmarle cuando expres¨® que el programa electoral del Partido Popular ni siquiera habla de las ayudas a los desempleados.

El debate, celebrado en los estudios centrales de Tele 5 y moderado por el periodista Luis Mari?as, comenz¨® a las 22.36 y concluy¨® a la 1.15, con un descanso intermedio de cinco minutos. Se prolong¨® m¨¢s de una hora sobre lo previsto. Por la disposici¨®n de las mesas, los dos candidatos se miraron. continuamente.En sus respectivas intervenciones iniciales, ambos mostraron su deseo de acabar con la corrupci¨®n, pero el tema no volvi¨® a aparecer ya, hasta que Aznar volvi¨® a utilizar esa expresi¨®n en su ¨²ltimo y definitivo turno. La palabra Filesa no fue citada en ning¨²n momento.

Felipe Gonz¨¢lez, de 51 a?os, mostraba mejor aspecto -m¨¢s descansado- que el lunes anterior: vest¨ªa m¨¢s adecuadamente -camisa azul en lugar de blanca, y corbata roja oscura-, y se permiti¨® incluso continuas interrupciones a su oponente. A lo largo de la discusi¨®n, recuper¨® numerosos temas tratados en el debate anterior, para ampliar sus respuestas al respecto, lo que impl¨ªcitamente reflejaba su derrota de aquella noche.

Gonz¨¢lez tambi¨¦n omiti¨® en esta ocasi¨®n la palabra "socialista", incluso cuando pidi¨® el voto: "Voten por un proyecto de progreso", dijo. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, de 40 a?os, se, expres¨® con igual tono de seguridad y contundencia que en el debate precedente. Su principal anuncio consisti¨® en que no apoyar¨¢ la existencia de m¨¢s centrales nucleares.

El presidente del Gobierno, en l¨ªneas generales, acus¨® a Aznar de no tener propuestas alternativas y de pronunciar vaguedades con gran solemnidad. Aznar, por su parte, repiti¨® hasta la saciedad las cifras sobre el desempleo y culp¨® a su contrincante de la crisis econ¨®mica.

Al contrario que en el debate de la pasada semana -en el que el tema no se trat¨®-, el presidente del Gobierno relat¨® la postura cambiante del PP en tomo al aborto: "Usted, se?or Aznar, firm¨® el recurso ante el Tribunal Constitucional contra la ley del aborto, y ahora est¨¢ diciendo que mantendr¨¢ la ley que aprob¨® este Gobierno. Si ustedes hubieran gobernado en estos a?os, no se habr¨ªa producido ninguno de los avances sociales que nosotros hemos impulsado". Aznar no respondi¨® a estas palabras.

En su permanente l¨ªnea de ataque a lo largo de la campa?a, el l¨ªder del PP se?al¨® enseguida que en Espa?a hay "un clima de corrupci¨®n bastante general", y que han llegado a crearse "tramas al amparo del poder".

Gonz¨¢lez aprovech¨® su primera intervenci¨®n para expresar su voluntad de acabar con la corrupci¨®n y formar un nuevo Gobierno con "hombres nuevos, mujeres nuevas" y tambi¨¦n "personas independientes". Casi a rengl¨®n seguido, mostr¨® que hab¨ªa llegado al debate con un esp¨ªritu distinto al mostrado el lunes anterior. Desarroll¨® su idea de que luchar¨¢ contra la mentira recordando que Aznar le hab¨ªa acusado hace una semana de "faltar a la verdad". El presidente del Gobierno mostr¨® el teletipo que le lleg¨® a Edimburgo, donde ¨¦l negociaba la confirmaci¨®n de los fondos de cohesi¨®n europea. "Aznar acusa a Gonz¨¢lez de gastar en Espa?a como un rico e ir a Edimburgo como un peig¨¹e?o". Tambi¨¦n mostr¨® recortes de peri¨®dico con esa informaci¨®n. Y a?adi¨®: "Usted tiene que reconocer que el que falt¨® a la verdad fue usted, haciendo unas declaraciones contra el in ter¨¦s de nuestro pa¨ªs".

El moderador dio paso a continuaci¨®n al primer tema espec¨ªfico: la pol¨ªtica econ¨®mica. "El objetivo esencial es recuperar la competitividad", empez¨® Aznar. "Es necesaria una buena Administraci¨®n, que no malgaste los recursos de los ciudadanos. Ni usted ni su Gobierno van a poder hacerlo. Usted s¨®lo propone a los espa?oles m¨¢s de lo mismo".

Gonz¨¢lez contraatac¨® diciendo que el PP tiene una visi¨®n insolidaria de los problemas, porque propone "una pol¨ªtica que beneficie a unos pocos a costa de muchos".

El momento en que Aznar se vio m¨¢s desarbolado fue cuando Gonz¨¢lez le invit¨® a leer lo que dice su programa sobre la protecci¨®n a los desempleados. Aznar no pod¨ªa hacerlo porque, seg¨²n explicit¨® Gonz¨¢lez, "no hay una sola l¨ªnea". "Si hay 3.300.000 parados, algo tendr¨¢ usted que decirles, porque no se van a crear empleos milagrosamente por el hecho de que llegue usted al Gobierno".

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Aznar replic¨® con datos ya manejados sobre la crisis econ¨®mica. "Tiene usted la tasa de paro m¨¢s alta de Europa". Gonz¨¢lez le interrumpi¨®: "En absoluto, ?por qu¨¦ me va a molestar?" El l¨ªder socialista volvi¨® a su l¨ªnea de ataque al decir que "es obvio" decir que hay que aumentar la inversi¨®n para crear empleo. "Tenga el valor de decir a los espa?oles qu¨¦ piensa hacer".

"Me da tristeza o¨ªr lo que dice", respondi¨® Aznar, exhibiendo el texto de su programa para se?alar que en esas 120 p¨¢ginas estaban sus propuestas. Gonz¨¢lez insisti¨® en la obviedad: "Ustedes pretenden que haya menos ingresos, que haya m¨¢s gastos y que haya menos d¨¦ficit". Aznar intent¨® contrarrestar diciendo que Gonz¨¢lez ha marcado en el ¨²ltimo a?o cinco objetivos de precios y 9 planes econ¨®micos en los 18 ¨²ltimos meses.

-"Usted no sabe lo que es gobernar", atac¨® Gonz¨¢lez.

-"Ya comprendo que a usted la cr¨ªtica le gusta muy poco", respondi¨® Aznar.

Dolido porque los socialistas han comparado al PP con HB, Aznar dijo con tono solemne: "Yo s¨®lo tengo un enemigo: aqu¨¦llos que est¨¢n dispuestos a matar o destruir la democracia".

Pero Gonz¨¢lez volvi¨® a la carga: "Pero por qu¨¦ emplear el hay que echarlos". El l¨ªder socialista emple¨® entonces una retah¨ªla de datos -la inflaci¨®n actual es del 4,5%, y en el 82 era del 14,5% y concluy¨®: "Usted no maneja m¨¢s que las cifras negativas".

Aznar volvi¨® a la carga recordando, por en¨¦sima vez, que en Espa?a hay 3,3 millones de parados. "Usted no es capaz de decir qu¨¦ previsiones tiene su programa. No hay una sola l¨ªnea sobre la atenci¨®n a los desempleados... R¨ªase... Pero ahora tiene el programa a su lado y la ocasi¨®n de abrirlo por la p¨¢gina correspondiente y decir qu¨¦ pone sobre la atenci¨®n al desempleo". Aznar rechaz¨® de nuevo el reto.

Entre continuas interrupciones, los dos l¨ªderes se enzarzaron en acusaciones sobre el deterioro del sistema de pensiones. "Lo que amenaza el sistema de protecci¨®n social es que no haya empleo", asever¨® Aznar. "Lo que amenaza es un cambio del rumbo hist¨®rico", contest¨® Gonz¨¢lez. El tira y afloja subi¨® de nivel. "?Diga usted que, si yo soy presidente, peligran las pensiones! Da cierta tristeza escucharlo", dijo en tono solemne el l¨ªder popular.

"Yo no temo que bajen las pensiones. Los que lo temen son los pensionistas", respondi¨® Gonz¨¢lez. ("?Qu¨¦ barbaridad!).

En su nuevo turno, ya en una fase en la que el inter¨¦s del debate decreci¨® notablemente, Gonz¨¢lez reiter¨® palabras anteriores sobre la mejora de las infraestructuras ("se puede ir de C¨¢diz a Par¨ªs sin pasar por un solo sem¨¢foro"), la escolarizaci¨®n y las pensiones. Aznar se escud¨® en que, frente a una lista de espera en la Sanidad p¨²blica que supera las 400.000 personas, es necesario mejorar la calidad y la gesti¨®n.

En el cap¨ªtulo de las instituciones democr¨¢ticas, ambos hablaron extensamente del Parlamento, los partidos o el poder judicial. Extra?amente, y sobre todo en el caso de Aznar, ninguno de los dos hablaron de corrupci¨®n y nisiquiera se cit¨® la palabra Filesa. A la una y cuarto de la madrugada, concluy¨® el debate.