Mench¨² se opone al control que ejercer¨¢n los militares en la transici¨®n
Rigoberta Mench¨², premio Nobel de la Paz, es la ¨²nica personalidad con peso en el arco pol¨ªtico de Guatemala que ha cuestionado la naturaleza militar del contragolpe, que no comparte el entusiasmo del resto de los poderes civiles del pa¨ªs y que se muestra contraria al control que ejercer¨¢ el Ministerio de Defensa durante la transici¨®n.Los militares guatemaltecos, con un pasado sangriento y un dudoso presente en el respeto a los derechos humanos, han sido, sin duda, el instrumento que ha facilitado la vuelta a la normalidad constitucional, pero tarde o temprano se conocer¨¢ el precio a pagar por su servicio.
Tal como hab¨ªan distribuido la mesa presidencial desde la que se inform¨® al pa¨ªs del contragolpe, todo parec¨ªa indicar que el protagonismo estaba reservado al alto mando militar. Sobre la marcha cambi¨® el reparto de papeles y un civil, el presidente del hasta ese momento disuelto Tribunal de Constitucionalidad, Epaminondas Gonz¨¢lez Dub¨®n, fue quien dio la cara, asumiendo el proceso civil para devolver la democracia al pa¨ªs.
Lo que ocurri¨® el martes en Guatemala fue lo siguiente: el Ej¨¦rcito neutraliz¨® a Serrano y a su vicepresidente, Gustavo Espina Salguero, su inmediato sucesor en caso de vac¨ªo de poder. El pretexto fue una resoluci¨®n del Tribunal de Constitucionalidad dictada horas despu¨¦s de que Serrano la disolviera. La resoluci¨®n exig¨ªa la renuncia del presidente. Tambi¨¦n influyeron, seg¨²n revel¨® el Ej¨¦rcito, el clamor popular y la presi¨®n internacional.
Depuesto Serrano, el Ej¨¦rcito convoc¨® al Tribunal de Constitucionalidad para dar cobertura legal a su acci¨®n. Le traspas¨® los poderes presidenciales y le conmin¨® a buscar una salida con la que regresar cuanto antes al orden constitucional. Paralelamente, busc¨® en una comisi¨®n representativa de notables civiles apoyo al procedimiento. S¨®lo se desmarc¨® Mench¨².
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