Desesperaci¨®n en la era del c¨®lera
Una virulenta variante de la enfermedad mata a millares de personas en la India
Para la ciencia, c¨®mo y d¨®nde surgi¨® esta nueva clase, Vibrio cholerae 0139, es un misterio. Seg¨²n Balkrish Nair, el toxic¨®logo de Calcuta que la descubri¨®, "es extremadamente t¨®xica, m¨¢s resistente que cualquier otra bacteria del c¨®lera y se extiende muy r¨¢pidamente. Las probabilidades de que esas caracter¨ªsticas coincidieran en una clase de organismo del c¨®lera eran quiz¨¢ una entre un bill¨®n, pero ha su cedido".Aunque se detect¨® por primera vez en Madras, en el sur de la India, el pasado noviembre, la bacteria se conoce en los labora torios del mundo como c¨®lera de Bengala, porque su impacto all¨ª ha sido devastador. En el Estado indio de Bengala occidental, la cifra oficial de v¨ªctimas se sit¨²a en las 800, pero algunos expertos en temas de salud afirman que el Gobierno oculta las cifras verdaderas para evitar que cunda el p¨¢nico. Las v¨ªctimas, seg¨²n un prominente m¨¦dico de Calcuta, el doctor Bishnu Mukherjee, es t¨¦n cerca de las 3.000, con un n¨²mero similar de muertes en la vecina Bangladesh.
Hace mucho tiempo que el delta tropical y pantanoso de Bengala occidental est¨¢ envenenado por el c¨®lera. El primero en advertirlo fue el Hip¨®crates de la India, Charaka, en el siglo IV. Muchos de los primeros colonizadores brit¨¢nicos sucumbieron al c¨®lera, que achacaban a la existencia de vapores viciados.
Otras seis epidemias de c¨®lera registradas en este siglo, algunas de las cuales llegaron hasta Am¨¦rica Latina y Europa, tuvieron su origen en el delta del Ganges. Pero los cient¨ªficos afirman que esta nueva variante podr¨ªa ser la m¨¢s virulenta.
Privados de todo ant¨ªdoto m¨¦dico, los bengal¨ªes, presas del p¨¢nico, se refugian en la superstici¨®n: en muchos suburbios y barrios azotados por la enfermedad han empezado a aparecer ¨ªdolos de la diosa del c¨®lera, Shitula, retratada como una mujer de aspecto bondadoso montada en un burro.
La macabra escena que ofrece el hospital de enfermedades infecciosas de Calcuta, donde el mes pasado ingresaron m¨¢s de 22.000 v¨ªctimas del c¨®lera, puede convertirse pronto en algo habitual en muchas ciudades y pa¨ªses del mundo en v¨ªas de desarrollo, en cuanto la nueva enfermedad empiece a propagarse. En un anuncio que hay en el vest¨ªbulo se lee: "En este hospital no se cobra por el tratamiento de los pacientes". Como el tratamiento es gratuito y los m¨¦dicos no aceptan sobornos, al igual que ocurre en la mayor¨ªa de los hospitales p¨²blicos de la India, los habitantes de los barrios bajos de Calcuta, que sacan agua del Ganges y de las muchas charcas estancadas que rodean la ciudad, han invadido el hospital de enfermedades infecciosas.
A muchos los han llevado all¨ª sus familiares; los que ten¨ªan unas cuantas rupias llegaban en un cochecillo tirado por un hombre, y ya llevaban en el brazo un tubo intravenoso. Ten¨ªan los ojos hundidos, estaban d¨¦biles y gravemente deshidratados. "En los peores d¨ªas del mes pasado", dijo el doctor B K Das, director del hospital, 9legamos a tener 500 ingresos por c¨®lera en un solo d¨ªa, y nuestro hospital no tiene m¨¢s que 700 camas. Tuvimos que colocarlos en los pasillos, en cualquier parte. En cada cama hab¨ªa cuatro. Nunca he visto tanto sufrimiento".
Diagn¨®stico err¨®neo
El acceso de c¨®lera es aterradoramente sutil. En un principio, no se presentan convulsiones, retortijones ni fiebre. A menudo, en sus primeras fases, se diagnostica err¨®neamente una intoxicaci¨®n por ingesti¨®n de alimentos. Pero despu¨¦s aparece una grave diarrea y, al cabo de nueve horas, la v¨ªctima puede morir por un fallo del h¨ªgado o deshidrataci¨®n.
Si la v¨ªctima recibe tratamiento inmediato y se le suministran enormes cantidades de l¨ªquidos para compensar los que pierde con la diarrea, la enfermedad rara vez es fatal. Pero, como explic¨® el doctor Nair, "si un ni?o se despierta en mitad de la noche con diarrea y no se queja de nada m¨¢s, es probable que sus padres no, hagan nada hasta la ma?ana siguiente, pero para entonces puede ser demasiado tarde".
"La bacteria es peque?a", dijo el doctor Nair, sosteniendo una placa de cultivo salpicada con millones de bacterias coloreadas de naranja, "pero se aferra a la supervivencia con tanta fuerza como un ser humano. Hasta ahora ha ido un paso por delante de nosotros".
Despu¨¦s de que el doctor Nair y sus investigadores identificaran por primera vez la variante en una muestra enviada desde Tamil Nadu, volvi¨® a salir a la luz un mes despu¨¦s en la ciudad bangladesh¨ª de Varisal. En diciembre, m¨¢s de 100.000 peregrinos musulmanes descendieron a Varisal con ocasi¨®n de un festival religioso, y el doctor Nair cree que es posible que fueran los viajeros del sur de la India quienes la transmitieran. Ahora, la bacteria est¨¢ atrincherada en los miles de v¨ªas fluviales y charcas de Bengala occidental. "Se supone que el Ganges es sagrado y puro", coment¨® el doctor Gosh, un epidemi¨®logo, "pero me temo que tambi¨¦n est¨¦ contaminado".
En la India se ha detectado Vibrio cholerae 0139 en los Estados meridionales de Tamil Nadu, Kerala y Andhra Pradesh. Inevitablemente, el c¨®lera asediar¨¢ pronto la capital de la India, Delhi, y Bombay. "En noviembre pens¨¢bamos que no ser¨ªa m¨¢s que un brote limitado", dijo el doctor Nair. "Nunca nos imaginamos que pudiera ser la siguiente gran epidemia. Se mueve tan deprisa".
Copyright The Independent / EL PA?S.
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