Zonas protegidas

DESDE QUE el 22 de mayo, en Washington, los ministros de Exteriores de EE UU, Francia, Reino Unido, Rusia y Espa?a decidieran el establecimiento de zonas protegidas por la ONU en seis ciudades de Bosnia, empezando por Sarajevo, se ha creado una situaci¨®n anormal. La protecci¨®n figura s¨®lo sobre el papel: los serbios contin¨²an sus ataques, o incluso los refuerzan.Por fin, en las recientes reuniones de la Comunidad Europea de Luxemburgo, y de los ministros de la OTAN en Atenas, se han concretado algunas medidas de fuerza para que las seis ciudades definidas como zonas protegidas puedan ser defendidas. En concreto, EE UU ha decidido enviar 300 aviones que deber¨¢n proteger a los cascos azules en su misi¨®n de defensa de esas zonas.

Sin embargo, a¨²n est¨¢ por ver la eficacia de las medidas adoptadas, sobre todo teniendo en cuenta las ambig¨¹edades que permanecen en muchos puntos importantes. En la actualidad, la ciudad de Goradze (una de las zonas protegidas) est¨¢ rodeada por los serbios, que no permiten a los cascos azules realizar su misi¨®n humanitaria. ?C¨®mo se pondr¨¢ fin a esta situaci¨®n? ?Tendr¨¢n las tropas de la ONU que atacar a los serbios para abrir el acceso a la ciudad? El ministro brit¨¢nico Hurd ha dicho que ser¨¢ preciso llegar a acuerdos con los serbios para que la resoluci¨®n pueda cumplirse. Resulta, pues, bastante probable que la decisi¨®n de emplear la fuerza quede s¨®lo en una amenaza.

Por otra parte, EE UU ha especificado que sus aviones s¨®lo apoyar¨¢n a los cascos azules si ¨¦stos son atacados, pero no a la poblaci¨®n civil. Ello supone una limitaci¨®n peligros¨ªsima. En tales condiciones, los serbios podr¨ªan proseguir sus operaciones de depuraci¨®n ¨¦tnica evitando atacar directamente a los cascos azules. Otra decisi¨®n adoptada en Washington el 22 de mayo fue establecer un control internacional en la frontera entre Serbia y Bosnia. Pero Milosevic, despu¨¦s de haber anunciado que cortaba el suministro a los serbios de Bosnia, se ha opuesto al control internacional de esa frontera. Todos los testimonios confirman que 1 a promesa de Milosevic no ha sido cumplida: el tr¨¢fico sigue y las bandas armadas serbias de Bosnia reciben el suministro como antes.

De otro lado, la tendencia a la extensi¨®n de los combates a nuevas zonas, y entre combatientes que ayer eran aliados (musulmanes y croatas), reduce la eficacia que pueden tener las zonas protegidas como factor para poner fin a la guerra en Bosnia. En realidad, despu¨¦s del abandono del Plan Owen-Vance y de la declaraci¨®n de Washington (con la aceptaci¨®n impl¨ªcita de las conquistas serbias), cada combatiente quiere mejorar su posici¨®n como sea; ello explica que los combates se multipliquen.

Europa concentra ahora sus esfuerzos en reforzar estas zonas protegidas, cuyo fin es disminuir los sufrimientos causados por esa guerra espantosa. Se escogi¨® ese objetivo porque se le consideraba m¨¢s asequible que el Plan Owen-Vance. Pero su realizaci¨®n aparece llena de obst¨¢culos.