El derecho a votar y el deber de censarse
Ciudadanos y Administraci¨®n comparten la responsabilidad de los errores en el censo
El art¨ªculo 23 de la Constituci¨®n consagra el derecho de los espa?oles a "participar en los asuntos p¨²blicos [ ... ] por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones peri¨®dicas por sufragio universal". Nunca, sin embargo, desde la instauraci¨®n de la democracia, hab¨ªan reclamado los ciudadanos con tanto empe?o el ejercicio de este derecho como el pasado 6 de junio.En las oficinas provinciales del censo de Madrid, Sevilla, Granada, Valencia y otras ciudades, miles de personas aguantaron colas kilom¨¦tricas para conseguir el certificado que les permiti¨® votar. En Almer¨ªa, frustrados electores cortaron el tr¨¢fico en el centro de la ciudad.
Fue un espect¨¢culo doblemente ins¨®lito: porque se presum¨ªa en la mayor¨ªa de los espa?oles una actitud ab¨²lica, o escasamente entusiasta, ante las urnas; y porque la escena parec¨ªa m¨¢s propia del Tercer Mundo que de una democracia occidental.
Finalmente, las juntas electorales de Sevilla, Granada, Almer¨ªa y Gran Canaria optaron por aplazar en una o dos horas el cierre de los colegios. En Valencia, la junta habilit¨® un colegio especial que permaneci¨® abierto hasta las 12 de la noche. Decisiones todas sin precedentes en 14 a?os de pr¨¢ctica democr¨¢tica.
A pesar del amplio eco que tuvieron estos incidentes, Alejandro Ramos, director de la Oficina del Censo, dependiente del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), asegura que "s¨®lo el 0,5 por mil de los electores tuvo problemas para votar. ?sa es la verdadera magnitud del asunto". En su descargo, el responsable del censo agrega: "No hay ning¨²n pa¨ªs del mundo donde uno pueda censarse el d¨ªa de las elecciones, como ocurri¨® aqu¨ª el 6 de junio".
Para los expertos en legislaci¨®n electoral, varios factores explican lo sucedido. En primer lugar, el adelanto de las elecciones. El censo, como el padr¨®n municipal que le sirve de base, se revisa cada a?o; y dicha revisi¨®n concluye el 1 de agosto, con datos referidos al 1 de enero anterior. Si las elecciones se hubieran celebrado en oto?o, como estaba previsto, el censo empleado habr¨ªa sido el de agosto de este a?o, cuya exposici¨®n p¨²blica estaba prevista para la primera quincena de junio y se aplaz¨® por, la convocatoria electoral.
Al adelantarse la cita con las urnas, el censo utilizado ha sido el de agosto del 92, con datos hasta 1 de enero del a?o pasado, por lo que el desfase entre la situaci¨®n reflejada en el censo y las elecciones ha sido de 17 meses.
Se da, adem¨¢s, la circunstancia de que el padr¨®n utilizado para elaborar el censo vigente, es el de 1991: un padr¨®n de nueva planta y no una mera revisi¨®n. Cuando se hace un padr¨®n nuevo, cada cinco a?os, se elimina del mismo -y tambi¨¦n del censo-, a quienes no se inscriben, aunque sigan viviendo en su domicilio habitual, lo que no ocurre en las revisiones anuales.
La elaboraci¨®n de este padr¨®n result¨® pol¨¦mica, pues se hizo junto al censo de poblaci¨®n, que inclu¨ªa preguntas presuntamente atentatorias a la intimidad, como el n¨²mero de abortos, 'lo que retrajo a muchas personas de rellenarlo. El INE remiti¨®, en junio de 1992, unas 600.000 cartas a antiguos electores que no figuraban en el nuevo censo.
Las listas electorales fueron expuestas al p¨²blico en junio y diciembre de 1992, lo que permiti¨® incorporar a 12 1. 000 y 15. 000 ciudadanos, respectivamente. Del 20 de julio al 5 de agosto del pasado a?o, hubo otra exposici¨®n en 734 municipios, que incorpor¨® a 15.000 electores. Ya convocadas las elecciones, del 18 al 26 de abril, volvieron a exponerse las listas, lo que produjo 77.000 inscripciones m¨¢s.
Errores inform¨¢ticos
La Oficina del Censo propuso a la Junta Electoral Central (JEC) incorporar de oficio a 200.000 ciudadanos que se empadronaron en 1992, por lo que no figuraban en el padr¨®n del 9 1. La JEC deneg¨® la petici¨®n, por considerar que supon¨ªa modificar el censo, y orden¨® que se diera a los afectados certificaciones espec¨ªficas para que pudieran votar.
El INE aprovech¨® la ocasi¨®n para subsanar los errores descubiertos en dos ciudades, Alcal¨¢ de Henares (Madrid) y Granada, donde un fallo inform¨¢tico borr¨® del censo a 20.000 y 9.000 ciudadanos, respectivamente, a los que se mand¨® una certificaci¨®n entre el 15 y el 30 de mayo.
Pese a todas estas correcciones, a la vista de la dimensi¨®n de los problemas detectados, la JEC aprob¨® el 28 de abril una instrucci¨®n en la que autorizaba a remitir certificaciones censales a los afectados "cuando el n¨²mero de omisiones indebidas en las listas del censo electoral o cualesquiera otras circunstancias excepcionales as¨ª lo aconsejen".
La ambig¨¹edad de esta instrucci¨®n provoca pol¨¦mica entre la oficina del censo y la JEC. Fuentes pr¨®ximas a la junta aseguran que el prop¨®sito de la instrucci¨®n era atender situaciones extraordinarias y no modificar el censo, como ha sucedido, seg¨²n Alejandro Ramos. A lo largo del mes de mayo, la oficina del censo remiti¨® m¨¢s de una veintena de consultas a la JEC y, en todos los casos, afirma Ramos, la respuesta fue favorable al elector.
Una de las primeras consultas fue la del periodista Manuel Campo Vidal, moderador del primer debate televisado entre Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. El director de Antena 3 Televisi¨®n no se empadron¨® en 1991, seg¨²n reconoce, "por despiste", y tambi¨¦n se le pasaron los sucesivos periodos de revisi¨®n del censo antes de advertir que no figuraba en ¨¦l. El 30 de marzo de este a?o se empadron¨® finalmente y, el 17 de mayo, la JEC orden¨® que se le remitiera una certificaci¨®n censal espec¨ªfica, que recogi¨® en su domicilio el 5 junio, lo que le permiti¨® votar al d¨ªa siguiente en el colegio instalado en el Ministerio de Educaci¨®n, en el centro de Madrid.
En aplicaci¨®n de los criterios fijados por estas consultas, las oficinas provinciales del censo entregaron 35.000 certificaciones hasta el 4 de junio y casi 25.000 m¨¢s el d¨ªa 6, mientras las urnas estaban abiertas. La inmensa mayor¨ªa de las certificaciones, asegura el responsable del censo, se entregaron a personas empadronadas en los ¨²ltimos d¨ªas e incluso el mismo domingo.
La afluencia de estas 25.000 personas, junto a los miles de ciudadanos que acuden a las oficinas del censo a informarse en jornadas electorales, fue la causa del colapso, seg¨²n Alejandro Ramos. S¨®lo 2.000 reclamaciones, asegura; se refer¨ªan a errores imputables a la confecci¨®n de las listas de electores.
Carn¨¦ de elector
La ¨²ltima palabra sobre la pol¨¦mica la tiene la Junta Electoral Central, que ha pedido un informe a la oficina del censo, tras recibir una denuncia del Partido Popular sobre el elevado n¨²mero de electores ausentes de las listas, y varias decenas de reclamaciones de ciudadanos afectados.
Adem¨¢s, los juzgados de instrucci¨®n n¨²mero 7 de Granada y n¨²mero 20 de Sevilla han abierto diligencias, tras recibir 200 y 500 denuncias, respectivamente, de ciudadanos que no pudieron votar. Un magistrado, que prefiere guardar el anonimato, vaticina que las denuncias no prosperar¨¢n, pues "en los errores del censo no parece que haya dolo [intencionalidad] y la negligencia la comparten los ciudadanos, que no acuden a la revisi¨®n de las listas, y la Administraci¨®n, que no las comprueba suficientemente".
Estos problemas no se dan en otros pa¨ªses europeos como Francia, Alemania, B¨¦lgica o Italia, donde existe un carn¨¦ de elector, que sirve como documento acreditativo para votar. La ventaja de este sistema es que el ciudadano sabe que, si no tiene el carn¨¦ y desea votar, debe reclamarlo a la Administraci¨®n antes de la jornada electoral.
En Estados Unidos, hay que inscribirse como elector para cada elecci¨®n y los partidos realizan campa?as entre sus potenciales votantes para que se apunten en el censo. El espa?ol, por el contrario, da por sentado que podr¨¢ votar, sin ning¨²n tr¨¢mite previo, y muchas veces s¨®lo descubre que no es as¨ª cuando llega la hora de la verdad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.