Ruego un debate sobre eutanasia
Por los medios de comunicaci¨®n nos hemos enterado los miembros de los diferentes colegios oficiales de m¨¦dicos de Espa?a de un documento aprobado por la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial titulado pomposamente Declaraci¨®n de la Comisi¨®n de Deontolog¨ªa sobre el significado de la expresi¨®n "eutanasia pasiva". Decimos pomposamente porque la Comisi¨®n Central de Deontolog¨ªa no tiene que declarar nada. Tiene que informar a la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial, y ¨¦sta, en su caso, aprobar, rechazar o declarar.Ni ese consejo ni la Comisi¨®n Central de Deontolog¨ªa pueden, ni deben, ni est¨¢n legitimados para introducir cambios del comportamiento ¨¦tico de la comunidad m¨¦dica colegial sin previo debate p¨²blico de las bases colegiales, que son en primera y ¨²ltima instancia las que deben establecer las premisas, las referencias y los l¨ªmites del debate, para que los cambios que se introduzcan- en el C¨®digo Deontol¨®gico no sean papel mojado y sin valor ¨¦tico alguno.
Los comportamientos ¨¦ticos y las normativas ¨¦ticas y deontol¨®gicas no son objeto de votaci¨®n democr¨¢tica y mucho menos de imposici¨®n, sino que nacen y se desarrollan con el consenso de las m¨²ltiples opciones ¨¦ticas que en una sociedad plural deben ser hasta deseables y de la que nuestra colegiaci¨®n es claro reflejo, como no pod¨ªa ser de otra manera.
Y este consenso ni siquiera se ha intentado, por lo que no s¨®lo en conciencia y conceptualmente, sino formalmente, no se puede aceptar como dogma de obligada creencia y cumplimiento lo que de ese organismo colegial emane en tales circunstancias.
La eutanasia es un tema lo suficientemente importante como para que no se trate en una asamblea unidisc¨ªplinar, y mucho nos tememos que informada de modo uniconfesional, y si no con el desprecio, s¨ª con la ignorancia consciente de otras realidades ¨¦ticas, ?tambi¨¦n colegiales y tambi¨¦n dignas de ser escuchadas y tenidas en consideraci¨®n!
Lamentamos profundamente que una vez m¨¢s definamos conceptos, exclusivicemos la verdad y nos arroguemos con esp¨ªritu paternalista lo que por su naturaleza y por magnitud nos trasciende como m¨¦dicos solos.
Rogar¨ªa a ese Consejo General de Colegios M¨¦dicos de Espa?a que de una vez por todas abramos la ventana a la luz, al debate, al contraste de ideas. Que hagamos uso de la palabra como instrumento dialogante y no monopolizador.
Los m¨¦dicos tenemos casi una tendencia obsesiva a dar una imagen plagada de los mismos tics y de las mismas actitudes exclusivas y excluyentes de las decimon¨®nicas ¨¦lites culturales que en un modelo sociocultural como el actual ya no son de recibo.
Es obvio que la prudencia deba presidir todas las acciones institucionales, y por ello la precipitaci¨®n, por no emplear otro tipo de calificativos, al aprobar esa llamada declaraci¨®n, nos parece cuando menos sospechosa y de resultados contrarios a los pretendidos: desasosiego m¨¦dico y confusi¨®n.-
Vicepresidente segundo del Ilustre Colegio Oficial de M¨¦dicos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.