CiU y PNV deshojan la margarita esta semana
La semana que hoy comienza ser¨¢ decisiva para la Espa?a de los pr¨®ximos a?os; En las pr¨®ximas 48 horas, los nacionalistas catalanes y vascos deber¨¢n aclarar si aceptan o rechazan el reto que les ha planteado Felipe Gonz¨¢lez al ofrecerles entrar en un Ejecutivo de coalici¨®n con el PSOE que garantice la gobernabilidad del Estado. En un plato de la balanza est¨¢n las reticencias de Jordi Pujol y Xabier Arzalluz, partidarios de limitar el pacto a la acci¨®n parlamentaria. En el otro, la contundencia de la oferta de Gonz¨¢lez, m¨¢s s¨®lida de lo que los nacionalistas esperaban; las presiones empresariales en favor de la coalici¨®n y, en el caso catal¨¢n, los deseos de Miquel Roca y el propio mensaje electoral de CiU: Ara decidirem [Ahora decidiremos].
Los presidentes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y de Converg¨¦ncia Democr¨¢tica (CDC), Xabier Arzalluz y Jordi Pujol, respectivamente, responder¨¢n esta semana con toda probabilidad a Gonz¨¢lez, en el curso de la segunda ronda de conversaciones convocada por el presidente del Gobierno en funciones.Hoy mismo se reunir¨¢n para analizar la oferta y adoptar posturas al respecto las direcciones ejecutivas del PNV, de CDC y de Uni¨® Democr¨¢tica (UDC, socio menor de la coalici¨®n catalana Converg¨¨ncia i Uni¨®), y ma?ana har¨¢ lo propio el comit¨¦ de enlace de los dos partidos integrados en CiU. Probablemente, el jueves Pujol comunicar¨¢ su postura definitiva a Gonz¨¢lez.
Pese a la disposici¨®n formal de nacionalistas catalanes y vascos a discutir sobre la oferta de coalici¨®n, Pujol ha dejado entrever a los dirigentes convergentes que su postura, contraria a la entrada de CiU en el Gobierno, no ha cambiado tras la entrevista que mantuvo con Gonz¨¢lez el jueves pasado en La Moncloa. Esta postura de Pujol contrasta con la del secretario general de su partido, Miquel Roca, firme partidario de la coalici¨®n.
El herm¨¦tico y cauto silencio que guarda Roca en los ¨²ltimos d¨ªas refleja la contrariedad que le provoca la posici¨®n de Pujol, respaldada por la mayor¨ªa de la direcci¨®n convergente, am¨¦n del hecho de haber sido apartado radicalmente por el presidente de la Generalitat del proceso de conversaciones poselectorales. Una marginaci¨®n- con la que Pujol persigue un doble objetivo: que la negociaci¨®n no escape a su control personal y que quede claro, a ojos de propios y extra?os, qui¨¦n manda en una Converg¨¦ncia en la que a¨²n se percibe el eco de la crisis del invierno pasado.
La direcci¨®n de Uni¨® Democr¨¢tica no es m¨¢s proclive al pacto de coalici¨®n que la de Converg¨¦ncia. Pero los democristianos catalanes, escarmentados por la reciente crisis de CDC, se han declarado abiertos a hablar de cualquier tipo de pacto con el PSOE, cur¨¢ndose as¨ª en salud para evitar que un posible rechazo de CiU al Gobierno de coalici¨®n pudiese ser achacado a la presunta intransigencia de Uni¨®.
Ver y querer, querer y ver
Formalmente, Uni¨® no s¨®lo se ha declarado abierta a un di¨¢logo "sin posiciones previas enquistadas", sino que adem¨¢s su consejo nacional reclam¨® el s¨¢bado una participaci¨®n activa en el proceso de negociaci¨®n y decisi¨®n. Aunque a rengl¨®n seguido los democristianos se encargaron de dejar bien claro que consideran "muy dif¨ªcil" que CiU entre en el nuevo Gobierno de Gonz¨¢lez. Un alto dirigente democristiano argumentaba as¨ª el s¨¢bado su convicci¨®n de que CiU no aceptar¨¢ integrarse en un Ejecutivo de coalici¨®n con los socialistas: "Uni¨® no lo ve factible y por eso no quiere, y Convergencia no quiere y por eso no lo ve".
Las reticencias de los principales dirigentes nacionalistas catalanes y vascos a la f¨®rmula de la coalici¨®n gubernamental no son ajenas al temor a la cuota de responsabilidad pol¨ªtica que les corresponder¨ªa a ra¨ªz de un eventual fiasco en la pol¨ªtica econ¨®mica de un Gobierno formado por el PSOE, CiU y el PNV. Tambi¨¦n influye en el ¨¢nimo renuente de Pujol y Arzalluz la prevenci¨®n a que sus partidos pudieran resultar salpicados por un eventual recrudecimiento de las diferencias internas en el PSOE o por nuevas acusaciones de corrupci¨®n.
Pero no son ¨¦stos los ¨²nicos miedos de los nacionalistas. El principal recelo de Pujol frente a una coalici¨®n con el PSOE lo provoca, seg¨²n coinciden fuentes socialistas y de la coalici¨®n nacionalista, la certera posibilidad de perder para muchos a?os la posibilidad de utilizar el discurso que mayor rentabilidad pol¨ªtica le ha dado en Catalu?a.
Un discurso de difuminadas aristas ideol¨®gicas que ha perseguido aglutinar -con evidente ¨¦xito electoral en Catalu?a- voluntades interclasistas en torno al eje de un nacionalismo moderado cuya afirmaci¨®n pol¨ªtica se realiza frente a un Gobierno central presentado como la fuente de la que mana la pr¨¢ctica totalidad de los males de Catalu?a.
[Mientras, el presidente y ¨²nico diputado electo de Uni¨®n Valenciana, Vicente Gonz¨¢lez Lizondo, anunci¨® ayer que apoyar¨¢ la investidura de Felipe Gonz¨¢lez como presidente del Gobierno si "la Comunidad Valenciana se beneficia de mayores inversiones" porque, alega, "¨¦sa es la mejor forma de sacar el m¨¢ximo jugo a nuestros votos", informa Efe].
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