El caso del ex juez desaparecido
Sin rastro del magistrado de La Seu instruy¨® un sumario por fraude millonario, tras producirse cuatro intentos de suicidio
Desde la madrugada del pasado d¨ªa 10 se ignora el paradero de Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn Contreras, un abogado barcelon¨¦s de 37 a?os, separado y padre de dos hijos, que durante los ¨²ltimos nueve meses ocup¨® interinamente la plaza de juez de La Seu, localidad leridana de 11.000 habitantes. Se trata de un. destino conflictivo porque la ciudad est¨¢ situada a pocos kil¨®metros de Andorra, el ¨²nico pa¨ªs no comunitario con el que Espa?a mantiene una frontera terrestre -la aduana de La Farga de Moles- y donde el contrabando constituye una actividad rentable, hasta el punto de que para muchas familias supone el principal medio de sustento.A finales de abril, Mart¨ªn Contreras se encontr¨® en las manos con un sumario especial: un presunto fraude de unos 400 millones de pesetas a la CE. El fraude consist¨ªa en fingir la exportaci¨®n de ganado y cobrar las ayudas correspondientes. A causa de las investigaciones, fueron- detenidos cuatro aduaneros de La Farga de Moles y tres empresarios.
Apenas cuatro d¨ªas despu¨¦s, el 3 de mayo, Joan Majoral Cerqueda, de 35 a?os, ex contable de una de las empresas implicadas, apareci¨® colgado de un ¨¢rbol en una pista forestal. Ese mismo d¨ªa se supo que Teresa N., de 30 a?os, que tambi¨¦n hab¨ªa trabajado en una de las firmas implicadas, hab¨ªa intentado quitarse la vida bebiendo salfum¨¢n. El mismo d¨ªa que era enterrado Majoral, una segunda persona se quit¨® la vida colg¨¢ndose en la casa paterna, en pleno centro de la ciudad. Era el mismo d¨ªa que se hac¨ªa p¨²blico que una cuarta persona, en este caso una mujer, hab¨ªa intentado suicidarse ingiriendo barbit¨²ricos.
Pasaron unas semanas de normalidad apenas alterada por las declaraciones de los implicados en el fraude, todas ellas ante el entonces a¨²n juez Mart¨ªn Contreras. Unas semanas sin grandes sobresaltos hasta que el pasado 10 de junio desapareci¨® el juez, quien en ese momento ya no lo era. El 23 de mayo fue destituido por la sala de gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a. Versi¨®n oficial: ineficacia.
Los vecinos de La Seu asisten incr¨¦dulos a la cadena de acontecimientos, pero la desaparici¨®n del juez era lo ¨²ltimo que esperaban. La conflictividad de La Seu, derivada de su situaci¨®n geogr¨¢fica, se refleja tambi¨¦n en las dependencias judiciales, donde los expedientes por contrabando, cohecho (soborno a funcionarios), corrupci¨®n y otros hechos criminales se agolpan en los cajones. Mart¨ªn Contreras dej¨® la plaza el pasado 23 de mayo. Su contrato expiraba el 31 de agosto, pero fue destituido. La destituci¨®n, calificada en medios judiciales de "fulminante", provoc¨® el enfado del magistrado al considerarla un castigo inmerecido.
"Ten¨ªa el juzgado paralizado", afirm¨® el decano del Colegio de Abogados de L¨¦rida, Joan Betriu. El juez no s¨®lo no hab¨ªa abordado la tramitaci¨®n de las causas pendientes a su llegada, sino que ni siquiera daba curso a los nuevos expedientes.
Dos semanas despu¨¦s de haber sido destituido, Mart¨ªn Contreras viaj¨® a La Seu para cobrar unos atrasos pendientes. A las tres de la madrugada del d¨ªa de su desaparici¨®n estuvo en el juzgado sacando fotocopias de documentos judiciales cuya importancia desconocen los investigadores. Desde all¨ª llam¨® por tel¨¦fono a Maria ?ngels, su actual compa?era, para avisar de que emprend¨ªa viaje a Barcelona, donde ten¨ªa previsto asistir a un funeral a las once de la ma?ana. Desde entonces nadie ha vuelto a saber de ¨¦l. Como si la tierra se lo hubiera tragado. Los familiares no denunciaron formalmente su desaparici¨®n hasta el d¨ªa siguiente por la tarde.
La Guardia Civil dirigi¨® las primeras investigaciones en comprobar si el veh¨ªculo que conduc¨ªa Mart¨ªn Contreras -un BMW 325 B-9045-LP, de color gris metalizado- hubiera podido sufrir un accidente de circulaci¨®n. La pr¨¢ctica totalidad de la plantilla destinada en La Seu fue movilizada para intensificar los rastreos de pistas forestales, carreteras, r¨ªos y pantanos por si en alguno de esos lugares pudiera hallarse alguna pista. En las batidas han participado un helic¨®ptero y veh¨ªculos todoterreno. La Guardia Civil tambi¨¦n realiz¨® el pasado mi¨¦rcoles un minucioso reconocimiento de la zona del pantano de Oliana.
La reconstrucci¨®n de los ¨²ltimos pasos del ex magistrado. no ha aportado ninguna luz. La ¨²ltima persona que lo vio antes de desaparecer fue Jos¨¦ Antonio R. S., un funcionario del juzgado, amigo suyo. Despu¨¦s de cenar en un restaurante de La Seu fueron a tomar una copa al pub FM, donde vieron por televisi¨®n los ¨²ltimos instantes del partido de f¨²tbol Madrid-Bar?a de Copa del Rey, y luego se dirigieron a una gasolinera andorrana para repostar. Al volver de Andorra pasaron por el piso de Mart¨ªn Contreras para recoger el equipaje -un traje oscuro y el neceser, pero antes de emprender el viaje a Barcelona estuvo en el juzgado haciendo fotocopias. A partir de ese momento empieza el misterio.
Los responsables de la investigaci¨®n no encuentran una explicaci¨®n razonable a la desaparici¨®n del magistrado, a quien los compa?eros de trabajo definen como una persona "abierta de car¨¢cter, educada y responsable". Nunca hab¨ªa dado muestras de un comportamiento anormal y tampoco se tiene conocimiento de que hubiera recibido amenazas por parte de personas vinculadas a algunos de los casos que instruy¨®. Si se descarta el accidente, ?qu¨¦ motivos pudo tener para no realizar el viaje previsto? Ahora se barajan otras hip¨®tesis: que el ex juez haya desaparecido por voluntad propia o que haya sido v¨ªctima de un ajuste de cuentas por parte de alguna de las numerosas bandas de contrabandistas que operan a ambos lados de la frontera hispano-andorrana. En medios judiciales se considera que no hay elementos para vincular su desaparici¨®n con el fraude de la aduana. En opini¨®n de Albert Guilany¨¤, juez decano de L¨¦rida en funciones, "eso es una barbaridad; ser¨ªa absurdo secuestrar o atentar contra una persona que ya no es juez".
En cambio, la familia, que se resiste a creer en una desaparici¨®n voluntaria, intuye una acci¨®n criminal. Su padre, Enrique Mart¨ªn, ex polic¨ªa nacional, ha manifestado que teme lo peor porque conoce a su hijo y no se hubiera ausentado sin comunicarlo. Pero, ?qui¨¦n podr¨ªa estar interesado en quitar de enmedio a un ex juez que ha tenido escaso protagonismo en los sumarios instruidos? Los contrabandistas se muestran tranquilos. "Nos ganamos la vida pasando mercanc¨ªas y. en ese trabajo mantenemos un pulso con la Guardia Civil, pero no tenemos instintos criminales. Nosotros nos las ingeniamos para burlar sus controles y ellos intentan arrestamos. Los jueces no son quienes nos persiguen por las pist¨¢s", explica Ernesto, jefe de una de las muchas bandas dedicadas al contrabando de tabaco.
Los vecinos de La Seu hacen sus propias conjeturas sobre la desaparici¨®n del juez. En la. calle se comentan versiones para todos los gustos, pero la que tiene mayor fuerza es la que presupone que se ha marchado voluntariamente. "Si ha huido es porque tiene miedo de algo o de alguien", dice la gente.
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