Una mu?eca de barrio
Atrevida y mordaz, la core¨®grafa de origen murciano Maguy Mar¨ªn vuelve sobre la experiencia de traer un cl¨¢sico a nuestros d¨ªas. Su ¨¦xito con Cendrillon le abonaba el terreno y le ha facilitado las cosas. La cr¨ªtica francesa se ha cebado incomprensiblemente en esta nueva Coppelia llena de riesgos y de inventiva teatral, de sue?os y de alientos freudianos que con toda seguridad habr¨ªan entusiasmado al mismo Hoffmann. Al principio con Cendrillon pas¨® algo parecido, que luego el ¨¦xito mundial ha desmentido. Esta Coppelia cl¨®nica, inventada en un piso del extrarradio por un viejo qu¨ªmico que le da vida en el celuloide de un filme casero debe reposar, ser ajustada y revisada mil veces m¨¢s, pero ya es una buena pieza llena de frescura, talento, magia y un excelente uso de la partitura tardorrom¨¢ntica de Delibes.Mar¨ªn llena su Coppelia de provocaciones y preocupaciones sociales. La obra se desarrolla en un escenario similar al de ?Qu¨¦ he hecho yo para merecer esto? de Almod¨®var, y la mu?eca es como el Bos¨¦ de Tacones lejanos, con el mismo peluc¨®n rubio y exacto trabajo de peluquer¨ªa y sastrer¨ªa. Tambi¨¦n, como en el ballet tradicional, hay balc¨®n por el que escala Franz hasta el habit¨¢culo secreto del Doctor Coppelius, hay danza espa?ola y giga escocesa, hay una Swanilda d¨ªscola y enamorada y un brillante Final de conjunto con muchas mu?ecas surgidas del experimento: son chicas y chicos unificados por el disfraz (como los cisnes machos y hembras del Lago de Mats Ek).
Ballet de la ?pera de Lyon
Coppelia. Coreograf¨ªa: Maguy Mar¨ªn.M¨²sica: L¨¦o Delibes. Decorados: Renaud Gaulot. Vestuario: Montserrat Casanova. Direcci¨®n musical: Laurent Pilot. Director de compa?¨ªa: Yorgos Loukos. ¨®pera Berlioz / Le Corum, Montpellier. Festival Internacional de Danza 93. 26 de junio.
Pitos y aplausos
Se nota que Maguy Marin estudi¨® a fondo el cl¨¢sico y lo recrea con soltura, reutiliza hasta fragmentos coreogr¨¢ficos que decodifica con verdaderas dotes de t¨¦cnica actual. El p¨²blico estuvo dividido, y al final del primer acto hubo abucheos, pues quiz¨¢ un exceso de metraje en el filme paralelo aburri¨®, todo ello compensado en el segundo, que se une al divertissement final, armado de tono musical norteamericano. Hay que destacar los bailes de grupo, corales y de gran efecto, capaces de asimilarse a las marchas y zsardas que pueblan toda la partitura. Al final, ni un solo pito: todo palmas para Mar¨ªn y la en¨¦rgica plantilla de Lyon.El festival se prepara ahora para homenajear a su fundador, el desaparecido Dominique Bagouet y ver los dos platos fuertes, que tambi¨¦n son obras que vuelven desde las oscuridades de siglos pasados: Jason y Medea de Noverre resucitado por Ivo Cramer para el Ballet del Rhin y La sombra de Fillipo Taglione, reconstruido por Pierre Lacotte para el Ballet de Nancy.
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