El hombre de las 10.000 amantes
En una conversaci¨®n de Fellini, George Simenon aventur¨® una cifra: 10.000 mujeres. Las razones a las que obedec¨ªa esa delirante promiscuidad se desconocen. "De lo que ¨ªntimamente pudo sentir sabemos poco", ha explicado el bi¨®grafo Pierre Assouline. En Memorias ¨ªntimas, el escritor narra c¨®mo visita asiduamente un burdel de la mano de su segunda esposa, Denisse. "Se excitaba", escribe refiri¨¦ndose a Denisse, "vi¨¦ndome desaparecer con Marina o con cualquier otra".En la exposici¨®n de Lieja, uno de los divertidos montajes visuales presenta el camerino de Josephine Baker, la vedette que revolucion¨® Par¨ªs en los a?os veinte con su cintura rodeada de pl¨¢tanos y que tambi¨¦n fue la amante del oscuro creador del comisario Maigret. Y, tal como la muestra ayuda a confirmar, Maigret desborda a George Simenon y lo reconcilia con los seguidores del detective, con-. vertido desde su sencillez en un aut¨¦ntico mito. La literatura, una vez m¨¢s, redime al hombre que la crea.
La comisar¨ªa
Para demostrar la existencia del comisario, los responsables de la exposici¨®n, Adelin Guyot y Jeannot Kuppers, han recreado fielmente el corredor de la polic¨ªa judicial, de 18 metros de largo, con las puertas a las que se asoma el visitante para contemplar los despachos del superintendente y sus colaboradores. Sobre la mesa de Maigret, los emparedados reci¨¦n subidos de la brasserie Dauphine, tambi¨¦n recreada y puesta como bar a la salida de la exposici¨®n.
Los cad¨¢veres que el visitante encuentra a su paso en la muestra son tambi¨¦n parte del mundo de Simenon. Primero, en una s¨®rdida habitaci¨®n de hotel, con la v¨ªctima sobre la cama y los pies de cera asom¨¢ndole bajo la s¨¢bana. Luego, en la morgue, con el cuerpo tapado sobre la mesa de disecci¨®n y una temperatura muy fr¨ªa y un olor extra?o.
Se ha reconstruido un cine de ¨¦poca, que pasa una pel¨ªcula de Maigret con Jean Gabin y Brigitte Bardot; el despacho de periodista de Simenon y al propio Simenon hecho de cera escribiendo con su insistente pipa. Del territorio de la leyenda surge la caja de cristal, en cuyo interior hay una mesa, una silla y una m¨¢quina de escribir. Eugene. Merle apost¨® un d¨ªa 300.000 francos si Simenon era capaz de escribir una novela en tres d¨ªas y tres noches, mientras permanec¨ªa encerrado en una caja de cristal en plena calle. El proyecto nunca se realiz¨®.
Entre los objetos y documentos reales, los organizadores han tra¨ªdo de Suiza, donde Simenon vivi¨® durante d¨¦cadas, m¨¢s de 600. Desde sus gafas hasta el carn¨¦ de conducir, sus cajas con lapiceros Caran d'Ache cuidadosamente afilados a fotograf¨ªas de una ni?ez marcada por un trauma incurable: nunca fue querido por su madre.
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