Maigret encuentra en Lieja la pista de Simenon
Una original y divertida muestra recuerda la ambigua personalidad del escritor belga
ENVIADO ESPECIAL Pocas veces el visitante de una exposici¨®n va encontrando cad¨¢veres a su paso. En Todo Simenon, la original muestra abierta el viernes en Lieja, ciudad natal del escritor belga, las 240 vitrinas repletas de documentos, objetos y recuerdos se animan con montajes en los que el comisario Maigret parece cobrar vida sigui¨¦ndole la pista a su creador, un Georges Simenon de ambigua personalidad cuyos conocidos rasgos odiosos (antisemita, colaboracionista, egomaniaco) se apresuran a negar sus tres hijos y millonarios herederos.
La enfermiza tenacidad literaria de Simenon (1903-1986), con 350 t¨ªtulos (76 con el comisario Maigret como protagonista), m¨¢s 200 novelas populares y 1.000 cuentos; su celebridad como autor traducido a 87 lenguas y adaptado para cine y televisi¨®n innumerables veces; su incomodidad consigo mismo (21 seud¨®nimos y 33 residencias) y, sobre todo, su condici¨®n d.- primer narrador policial que revolucion¨® el g¨¦nero y se- impuso como escritor a trav¨¦s de una atm¨®sfera narrativa tan despojada como penetrante, todo ello est¨¢ representado en la exposici¨®n que permanecer¨¢ abierta en Lieja hasta dentro de cuatro meses. Para entonces, la editorial Tusquets habr¨¢ comenzado en Espa?a el lanzamiento de las 117 mejores novelas de. Simenon, con todos los t¨ªtulos de Maigret, que, a un ritmo de 10 al a?o, ir¨¢n apareciendo en nuevas traducciones.
Lo bueno y lo malo
Los tres hijos de Georges Simenon -Marc, Johnny y Pierre- estaban plet¨®ricos tras ver los 4.000 metros cuadrados de exposici¨®n dedicados a su padre. Y eso pese a que los organizadores no han tratado de ocultar nada, por lo que en una de las vitrinas aparecen varios de los 17 repugnantes art¨ªculos que Simenon escribi¨® en el peri¨®dio ultraconservador La Gaceta de Lieja bajo el t¨ªtulo 'El peligro jud¨ªo'. "Hay que situarlos en su contexto", dice Pierre Simenon, de 34 a?os, mientras agarra con los pulgares sus lujosos tirantes de cuero trenzado. "Mi padre ten¨ªa 17 a?os, estaba contratado como periodista recomendado por un t¨ªo suyo, ya que su padre hab¨ªa muerto y necesitaba trabajo. Le pidieron que los escribiera y lo hizo, pero es, lo ¨²nico en toda su., vida de contenido racista o antisemita. En m¨¢s de 400 novelas escribi¨® sobre lo contrario, sobre gentes de todas las razas, religiones y credos, gente abierta, por encima de las barreras sociales. ?Por qu¨¦ piensan que a los 17 a?os cre¨ªa en lo que escribi¨® cuando. toda su vida posterior actu¨® de forma contraria?". Pero hay m¨¢s. El acuerdo entre la Continental y el escritor durante la guerra para la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de sus novelas tambi¨¦n se exhibe. Seg¨²n ha se?alado el bi¨®grafo Pierre Assouline, para quien dentro de la moralidad de Simenon no es taba la idea de que el escritor asume obligaciones civiles y pol¨ªticas cuando escribe, la Continental era una sociedad de pro ducci¨®n y propaganda dirigida por el mism¨ªsimo Goebbels y al creador de Maigret se le vio entrar en la sede de la Konimandatur nazi durante las negociaciones de ese acuerdo. Sobre el Simenon colaboracionista, su hijo Pierre dice: "Durante la II Guerra Mundial mi padre, que ayud¨® a los refugiados, compr¨® una casa de campo y cuid¨® de su familia. Tuvo que escribir para poder alimentarla, y algunos editores que ten¨ªan contratadas sus obras eran gente que trabajaba para los alemanes. Pero en ning¨²n caso mi padre escribi¨® ni hizo nada a favor de los nazis. Hubiese podido ser un resistente y no lo fue, eso es verdad, pero no se puede culpar a un hombre por cuidar de su familia".
No faltan en la exposici¨®n los elementos relacionados con el vicio de escribir de Georges Simenon. Aparecen su m¨¢quina de escribir, su fetiche (una primitiva escultura negra de una divinidad africana) o su primera obra (una tarjeta postal que le mand¨® a su t¨ªa), y objetos como la camisa roja de cuadros que siempre se pon¨ªa para escribir: un peculiar ritual que consist¨ªa en ocho d¨ªas para ocho cap¨ªtulos, una semana para distanciarse, cuatro d¨ªas de releer y corregir, y 15 para concebir la novela siguiente.
Tambi¨¦n se muestran en Todo Simenon testimonios de sus tortuosas relaciones con las mujeres, desde los retratos que le pint¨® su primera esposa, R¨¦gine Renchon, hasta la ¨²ltima carta que le escribi¨® su ¨²nica hija, Mary-Jo, que se suicid¨® peg¨¢ndose un tiro y que seg¨²n algunos bi¨®grafos sent¨ªa por su padre una pasi¨®n cercana al incesto.
Se muestran, asimismo, fotograf¨ªas de otras mujeres, reflejo indirecto de la casi atl¨¦tica actividad sexual de un escritor que fue capaz de encontrar un burdel hasta en Laponia. "Mi padre tuvo cantidad de amantes", dice Pierre Simenon, "la mayor¨ªa prostitutas. Era muy activo sexualmente y ten¨ªa unas necesidades tremendas, y las tuvo hasta que era muy viejo, cr¨¦ame. Quiz¨¢ tuvo m¨¢s de 10.000 encuentros sexuales. Hay muchos como ¨¦l, pero fue uno de los pocos que lo admit¨ªa p¨²blicamente".
Pierre Simenon define en cuatro palabras la admiraci¨®n que les produce a sus hijos el recuerdo de un personaje tan antip¨¢tico. "Buen escritor, mejor padre", dice. "Su m¨¦todo consist¨ªa en darnos una enorme confianza, much¨ªsima libertad basada en ella, de manera que tem¨ªamos no tanto que nos castigase si hac¨ªamos algo mal como que nos retirara su confianza. En esto era muy moderno para su tiempo".
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