Cuatro familias viven desde hace un mes en una habitaci¨®n de la Junta de Usera

Bajo su techo se celebran plenos. Cuatro familias duermen desde hace un mes en una sala de reuniones de la Junta Municipal de Usera. Son ocho adultos y siete ni?os. Las fuertes lluvias de mayo hundieron el techo de sus casuchas, en Las Carolinas. Varios hostales no les admitieron por los cr¨ªos o por ser gitanos y en el poblado cal¨¦ de Torregrosa no les dejaron ocupar un prefabricado vac¨ªo. Hartos, se instalaron en la junta.

Los conserjes de esta sede oficial se han acostumbrado a su presencia. Tienen ¨®rdenes expresas del concejal de Usera, Miguel ?ngel Araujo, para dejarles pasar a cualquier hora. Que 15 personas, ni?os y adultos, est¨¦n durmiendo en un mismo recinto no parece ni c¨®modo ni adecuado. Pero por ahora los poderes p¨²blicos no ofrecen otra soluci¨®n.Tres familias son gitanas y una paya, con una ni?a inv¨¢lida. Todos" menores de 30 a?os, viv¨ªan en unas cochambrosas casas, sin ducha ni retrete, en la calle Pirita, junto a la barriada de San Ferm¨ªn. S¨®lo una de ellas pagaba alquiler; el resto hab¨ªan ocupado estas casetas vac¨ªas hace dos a?os. Dos se dedican a la venta ambulante, en otra el marido es barrendero durante los fines de semana y en la cuarta la esposa trabaja de asistenta.

El aguacero del 25 de mayo provoc¨® la ca¨ªda del tejado de sus chamizos. Los bomberos les desalojaron con urgencia, sin que apenas le diesen tiempo de recoger sus pertenecias.

La Junta les subvencion¨® un hostal, como es habitual en estos casos de emergencia. Y ah¨ª empez¨® el problema. En unas pensiones no quer¨ªan acogerles porque tienen ni?os, algunos de ellos en edad de llorar por las noches. En otros aseguraban que no hab¨ªa plazas. Si bien ellos sospechan que era una excusa y que molestan porque son pobres y la mayor¨ªa de ellos gitanos.

Araujo les ofreci¨® un sanki (prefabricado) vac¨ªo en el poblado gitano de Torregrosa. Pero all¨ª no fueron bien recibidos. Los antiguos inquilinos del citado caset¨®n murieron hace un a?o en un accidente de tr¨¢fico y sus parientes se niegan a que otro vuelva a habitarlo. Tuvieron que salir casi por patas.

Apoyo desde la calle

Hartos de vagar de un lado a otro decidieron aposentarse en la Junta. Pasaron el fin de semana en el edificio mientras sus familiares les apoyaban desde la calle.El concejal les dio un permiso para permanecer en una sala de la planta baja hasta encontrar una salida a su problema.