Pisado por la econom¨ªa sumergida
El propietario de zapatos Yanko achaca su suspensi¨®n de pagos a la competencia desleal del trabajo ilegal en el sector
Con 2.300 millones de pesetas de deudas, Jos¨¦ Albadalejo, creador y propietario de Yanko, que suspendi¨® pagos hace apenas una semana, se niega a que se hable de crisis en su empresa zapatera. Albadalejo, de 56 a?os, cuando ten¨ªa 23 cre¨® en Inca (Mallorca) una de las marcas de zapatos de vestir m¨¢s conocidos del mercado espa?ol. Ahora apuesta por el futuro proclamando que tiene "el mejor producto de Espa?a" y un activo de 5.600 millones. El empresario, que primero fue dise?ador y modelista, rechaza la posibilidad de cerrar las cuatro factor¨ªas y la red de 18 tiendas que emplean a 400 personas: "Ni por un momento se ha pensado", explica.Apuesta por lanzar sus productos en Jap¨®n y Estados Unidos durante 1994, tras una reducci¨®n del 00 empleos y un plan de ajuste financiero. Yanko pretende seguir marcando modas y estilos e incrementar sus actuales ventas: 3.000 millones anuales. Los balances se?alan que producen 350.000 pares al a?o, con un precio medio de 1.4.000 pesetas. Hay excepciones superlujosas: "Un par de zapatos de hombre, de piel de cocodrilo, cuesta 89.000 pesetas. Hubo, con todo, tiempos mejores: en 1979 y en 1980 Yanko vend¨ªa 900.000 pares de zapatos al a?o y empleaba a 1.000 trabajadores.
Limosnas, no
"No queremos limosnas para sobrevivir medio a?o, ni ayudas estatales intervencionistas", advierte Albadalejo, quien pacta con los sindicatos desde hace una d¨¦cada el tama?o de sus factor¨ªas. Conf¨ªa adem¨¢s en los bancos -"que han de ganar mucho dinero con nosotros"- y atesora esencialmente una confianza total en el ¨¦xito de su marca. Con seis hijos trabajando en sus empresas, este nieto de zapatero republicano aplicar¨¢ adem¨¢s una importante operaci¨®n de cirug¨ªa en una estructura empresarial desmesurada para tiempos de crisis. Albadalejo afirma que, adem¨¢s de la ca¨ªda en las ventas de productos de calidad o lujo como los suyos, uno de los factores determinantes que han influido en la suspensi¨®n de pagos de Yanko ha sido la econom¨ªa sumergida extendida en el sector.M¨¢s del 40% de los gastos en las f¨¢bricas de Yanko se destina al pago de la mano de obra. Albadalejo cree que en Espa?a hay m¨¢s de medio mill¨®n de operarios sin asegurar que trabajan para empresas que no pagan impuestos. "Es una pol¨ªtica demencial", indica. Oficialmente, 23.000 obreros elaboran 200 millones de pares de calzado "cosas para ponerse ' a los pies, llamarlas zapatos ser¨ªa una ofensa para este producto", observa el patr¨®n de Yanko. ?l no ha querido cerrar sus talleres, comprar productos baratos fuera y marcarles su logotipo: "Me lo han ofrecido y lo he rechazado siempre, al igual que he evitado ceder la marca para perfumes, pantalones y camisas".
En 1971, con el precedente lejano de Loewe, Yanko implant¨® una red de tiendas propias en Espa?a, que pretenden ser un apoyo de imagen para otras ventas m¨¢s que un negocio estricto. Obsesionado por la calidad, el due?o quiso que la publicidad originaria de la marca fuera singular. "Durante a?os nuestros anuncios no fueron para vender, eran algo esot¨¦ricos para crear prestigio", dice Albadalejo.
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