La reina Isabel II anuncia la separaci¨®n matrimonial formal de los duques de York
La familila real brit¨¢nica es, desde ayer, un poco menos familia. Un portavoz del palacio de Buckingham, anunci¨®, a media tarde, la separaci¨®n formal de los duques de York. Aunque el pr¨ªncipe Andr¨¦s y Sarah, Ferguson viv¨ªan en distintos domicilios desde marzo del a?o pasado, su situaci¨®n legal segu¨ªa siendo la de marido y mujer.
El acuerdo, alcanzado entre el abogado de la reina, Sir Matthew Farrer, y, en representaci¨®n de Sarah, el bufete londinense Withers, hace esperar un divorcio para el a?o pr¨®ximo. El pr¨ªncipe tiene 33 a?os y, seg¨²n algunos especialistas en buckinghamolog¨ªa, acabar¨¢ cas¨¢ndose otra vez. En ese caso, la actual duquesa de York perder¨ªa el t¨ªtulo y habr¨ªa que inventarle otro.Los aspectos econ¨®micos de la sepa.raci¨®n no fueron detallados por tratarse de "asuntos privados". Se hizo hincapi¨¦ en que la pensi¨®n de la duquesa ser¨¢ abonada por la reina con su dinero personal. "El acuerdo no supondr¨¢ ning¨²n coste para el contribuyente", dijo el portavoz.
De acuerdo con fuentes oficiosas, Sarah Ferguson recibir¨¢ una suma anual de 500.000 libras (95 millones de pesetas), m¨¢s un fondo de 1,4 millones (266 millones de pesetas) para sus hijas y 110 millones de pesetas para la adquisici¨®n de una vivienda. Durante los ¨²ltimos meses, Sarah y sus hijas, Beatriz y Eugenia, han residido en una casa de alquiler.
El duque de York seguir¨¢ viviendo, oficialmente, en la residencia de Sunninghill, aunque sus largos periodos en el mar convertir¨¢n la mansi¨®n (veintitantos dormitorios, gimnasio, cine y dem¨¢s) en un edificio muy infrautilizado.
Sunninghill, llamada popularmente South York por su parecido con el rancho Southfork de la serie Dallas, fue un regalo de Isabel II al joven matrimonio. Cost¨® m¨¢s de 900 millones de pesetas y su asombroso mal gusto (es corno una gigantesca hamburgueser¨ªa de carretera) hizo que la mism¨ªsima Sarah Ferguson se desvinculara del dise?o: "Todo fue idea de Andr¨¦s", dijo en una ocasi¨®n.
Un d¨²o devastador
La separaci¨®n de los York pone punto final a la carrera del d¨²o m¨¢s devastador en la historia de la monarqu¨ªa brit¨¢nica. Por separado, eran personajes controvertidos. Andr¨¦s inici¨® su carrera naval (es capit¨¢n de la Marina y piloto de helic¨®ptero) con una c¨¦lebre presentaci¨®n ante sus superiores: "Pueden llamarme Andy", condescendi¨®. "Y usted puede llamarnos se?ores" le contestaron. Sarah, a su vez, se hab¨ªa labrado una fama m¨¢s bien terrible en los clubes nocturnos de Londres e Ibiza.La mayor preocupaci¨®n de los mon¨¢rquicos brit¨¢nicos es ahora la estabilidad emocional de las ?los hijas del matrimonio. El trauma de la separaci¨®n, o tal vez la herencia gen¨¦tica, se est¨¢n notando en Beatriz y Eugenia: sus pataletas son continuas y, en una reciente cena en un restaurante, las criaturas se entretuvieron tirando servilletas y cubertena sobre otros clientes. El acuerdo de separaci¨®n permite al pr¨ªncipe Andr¨¦s y a Isabel II un contacto continuo con las ni?as.
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