?Es esto justo?
Como cada a?o por estas fechas, el pasado d¨ªa 9 acud¨ª al Conservatorio de Danza para presentar a mis hijas al examen de segundo curso de ballet cl¨¢sico. Como cada a?o, nos levantamos a las ocho de la ma?ana., tomamos un ligero desayuno, descansamos un poco y nos ponemos manos a la obra. .Primero ducharse, despu¨¦s vestirse. El maillot y las medias deben estar impecables. M¨¢s tarde comienza sesi¨®n de peluquer¨ªa. "Mam¨¢, este pelo se sale". "Mam¨¢, el mo?o est¨¢ torcido". "Mam¨¢, esta horquilla se me est¨¢ clavando". "Mam¨¢, necesito m¨¢s laca". "Mam¨¢...". A las diez y media de la ma?ana salimos de casa. Primero cogemos un autob¨²s para salir del barrio, luego subimos a otro en el que atravesamos todo Madrid (tenemos suerte, muchas ni?as tienen que atravesar la Pen¨ªnsula). Ahora, el atasco de las once de la ma?ana. Por fin, a las 11.45, llegamos al punto de destino.Las ni?as bajan al vestuario con sus compa?eras. Son las doce de la ma?ana cuando comienzan a calentar m¨²sculos, a ensayar una y otra vez el examen. Est¨¢n nerviosas, la pianista del conservatorio no puede ensayar con ellas y la prueba est¨¢ prevista para la una de la tarde. Empiezan a llamar a las alumnas. Todav¨ªa no les toca. Pasa el tiempo, la una y media, las dos, las tres de la tarde. Siguen sin entrar y la pianista no viene.
Ya son las 15.45. Las madres se cansan, ?ya nos duele hasta el pensamiento!, las ni?as siguen sin comer y los nervios van en aumento. Cinco minutos antes del examen, la pianista se pone a tocar para repasar el examen, tres minutos y se acab¨®. Antes hemos recolectado la cuota a pagar por el ensayo con piano, 2.500 pesetas por alumna y son seis las que forman el grupo, 15.000 pesetas por tres minutos, y sin IVA!
A las cuatro de la tarde llega la hora decisiva. Las seis chiquillas se enfrentan al tribunal, compuesto por tres profesores, que, en tres minutos (cronometrados), van a juzgar la labor de todo un a?o. El trabajo y sacrificio de estas criaturas (la mayor acaba de cumplir 14 a?os, la m¨¢s peque?a no supera los 12) se juega a una carta. Las renuncias, que son muchas, a salir con sus amigos, a ir a fiestas de cumplea?os, a hacer excursiones, a practicar determinados deportes, a viajar; no comer dulces, seguir dietas, robar horas al sue?o para poder hacer frente a sus deberes escolares... El trabajo diario de cuatro horas durante seis d¨ªas a la semana, a lo largo de 11 meses, incluido julio y parte de agosto, se valorar¨¢ en una prueba.
Si se tiene la mala suerte de que falle un pie o se levante la mano un cent¨ªmetro m¨¢s arriba, el suspenso est¨¢ garantizado, sin posibilidad de apelaci¨®n. ?Es esto justo?- Pilar Jim¨¦nez Rodr¨ªguez
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