Una ca¨ªda en picado

De acuerdo con las primeras estimaciones oficiales del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, el producto real general por la econom¨ªa espa?ola en los tres primeros meses del a?o fue un 1, 1 % inferior al del mismo periodo de 1992, representando dicha tasa un m¨ªnimo en la historia trimestral del PIB, que data desde 1970. Esta ca¨ªda pone de manifiesto la intensificaci¨®n del proceso recesivo iniciado en el ¨²ltimo trimestre del pasado a?o, cuando el PIB retrocedi¨® un 0,4% en tasa interanual, como consecuencia b¨¢sicamente del extraordinario deterioro de la inversi¨®n en bienes de equipo.En los dos ¨²ltimos trimestres este componente de la demanda interna registraba sendos descensos interanuales del 8,2% y 13,3%, superiores a los observados en las anteriores fases bajas del ciclo econ¨®mico espa?ol. Adem¨¢s, este claro retroceso de la inversi¨®n en bienes de equipo explicar¨ªa tanto la menor actividad registrada en la industria (con un valor a?adido bruto en el primer trimestre inferior en un 3,0% al de un a?o antes) como la fuerte destrucci¨®n de empleo que tuvo lugar de forma especialmente intensa en dicho sector (hasta situarse casi un 10% por debajo del nivel alcanzado en el primer trimestre de 1992).

Frente a este escenario depresivo, cabe apuntar, dos elementos positivos sobre la reciente evoluci¨®n de las principales macromagnitudes de la econom¨ªa espa?ola. En primer lugar, parece confirmarse que, la ca¨ªda de la inversi¨®n en construcci¨®n toc¨® fondo? en el cuarto trimestre del pasado a?o, elev¨¢ndose la tasa de variaci¨®n interanual desde un -6,4% hasta: un - 6,1% en los primeros meses de 1993. La reciente evoluci¨®n de algunos indicadores como la licitaci¨®n oficial y el consumo de cemento permiten anticipar un mantenimiento a lo largo del a?o de esta tendencia a la recuperaci¨®n. En segundo lugar, la, elevada sensibilidad del sector exterior, tanto de las, importaciones como de las exportaciones, a la ca¨ªda de la demanda interna (de un 2,1% interanual en el primer trimestre) y el abaratamiento relativo. de nuestros productos, tras las devaluaciones de la, peseta en los meses de septiembre y noviembre del 1992, ha permitido amortiguar el descenso de la actividad, al contribuir de forma positiva (1,1 puntos porcentuales) al crecimiento del PIB. De esta manera, la demanda externa asum¨ªa el papel que ven¨ªa representando desde 1985 la demanda interna, como principal motor de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola.

Bel¨¦n Mateos es responsable de coyuntura econ¨®mica en Analistas Financieros Internacionales.