Clinton resucita en EE UU la obsesi¨®n por Sadam Husein

El presidente norteamericano, Bill Clinton, intenta evitar que la tensi¨®n actual con Irak sea interpretada como un conflicto personal con Sadam Husein, al mismo tiempo que una sensaci¨®n de p¨¢nico al terrorismo se extiende en Estados Unidos despu¨¦s del ataque del pasado s¨¢bado contra el cuartel general de los servicios de espionaje iraqu¨ª en Bagdad.

Despu¨¦s de cinco meses de Gobierno, el presidente Bill Clinton ha resucitado la obsesi¨®n norteamericana con el presidente iraqu¨ª, Sadam Husein, con el objetivo primordial de recuperar su popularidad dentro de EE UU.La suerte del l¨ªder iraqu¨ª vuelve a ser asunto prioritario de la pol¨ªtica exterior norteamericana, pese a que Clinton ha tratado de dejar claro que el ataque del s¨¢bado es una acci¨®n militar limitada con el prop¨®sito de represaliar a Bagdad por urdir un atentado contra George Bush. Clinton ha declarado que el ataque contra un radar iraqu¨ª, el martes, no tiene relaci¨®n con el primer episodio.

El presidente norteamericano ha tratado tambi¨¦n de evitar el nombre del presidente iraqu¨ª cuando dijo que el atentado contra Bush hab¨ªa sido organizado "al m¨¢s alto nivel" del r¨¦gimen de Bagdad. Cuando la pasada semana Clinton tuvo que ordenar el ataque contra Irak, descart¨® una opci¨®n que suger¨ªa un bombardeo sobre el palacio presidencial y las oficinas en las que habitualmente trabaja Sadam Husein. El prop¨®sito del presidente norteamericano era evitar que su actuaci¨®n se confundiese con un ataque personal contra el l¨ªder iraqu¨ª.

Esto, sin embargo, s¨®lo ha sido conseguido en parte. Desde que acab¨® la guerra del Golfo sin la destituci¨®n de Sadam Husein, en EE UU qued¨® la sensaci¨®n de un trabajo sin terminar.

Poco antes de tomar posesi¨®n de su cargo, el presidente Clinton dijo en una entrevista que ¨¦l no se planteaba el derrocamiento del presidente de Irak. Despu¨¦s ratific¨® esas declaraciones. Ahora ha vuelto a reproducirse un escenario en el que da la impresi¨®n de que los norteamericanos no pueden dormir tranquilos mientras Sadam Husein siga en el poder.

A esta sensaci¨®n de miedo ha contribuido el hecho de que el Departamento de Estado haya realizado recomendaciones a los ciudadanos de que tomen precauciones en todos sus viajes, incluso en los que hagan dentro de EE UU. De pronto, el terrorismo -y Sadam Husein. como inspirador, seg¨²n el punto de vista oficial en Washington- se ha convertido en una amenaza grave contra EE UU y su. poblaci¨®n, lo que alimenta m¨¢s a¨²n la presi¨®n para acabar con el presidente iraqu¨ª.

Acabar con el l¨ªder iraqu¨ª

Seg¨²n encuestas conocidas despu¨¦s del ataque del domingo, cerca de 60% de norteamericanos son partidarios de que su pa¨ªs acabe con la vida de Sadam, y casi un 70% cree: que el peligro de atentados terroristas ha aumentado tras el ataque con misiles sobre Bagdad.

Las encuestas son m¨¢s contradictorias en lo que se refiere a la influencia de ese ataque en la popularidad de Bill Clinton. Mientras los sondeos de los ¨²ltimos d¨ªas coincid¨ªan en que la aceptaci¨®n del presidente norteamericano hab¨ªa ascendido hasta cerca del 50%, una encuesta hecha ayer por el diario The Washington Post y la cadena ABC afirma que la aprobaci¨®n de la labor de Clinton es s¨®lo del 43%. Seg¨²n este ¨²ltimo estudio, el n¨²mero de personas que critican a la Casa Blanca es, por primera vez, superior al de las que hacen comentarios positivos.