Indur¨¢in permite el liderato de Nelissen
Indur¨¢in cede el liderato a un sprinter, el belga Nelissen, que lleva dos d¨ªas trabaj¨¢ndose un apellido entre los velocistas. Nelissen super¨® en toda regla a los dos hombres m¨¢s cotizados del momento, Cipollini y Abduyap¨¢rov. La victoria le recompens¨® con una parcela de gloria, el maillot amarillo. Pero el Tour sigue las indicaciones de su patr¨®n, como denomina a Indur¨¢in la Prensa francesa. Patr¨®n era un t¨¦rmino que estaba en desuso hasta que lleg¨® el espa?ol.Semana de sprinters es lo que ordena el c¨®digo de Indur¨¢in No se apart¨® la etapa de ayer de semejante gui¨®n. Est¨¢ en el orden del d¨ªa: escapada consentida seg¨²n un margen de seguridad, neutralizaci¨®n y entrada masiva en la ciudad que corresponda. La clasificaci¨®n general est¨¢ sujeta con alfileres porque hay hasta 20 corredores constre?idos en un lapso de medio minuto. Esa circunstancia desata los nervios de la concurrencia y el pelot¨®n se transforma en ocasiones en un grupo desbocado, dif¨ªcil de manejar si no se tiene el temple de un campe¨®n o la autoridad reconocida de un patr¨®n. Pero ¨¦se es precisamente el caso de Indur¨¢in. Est¨¢ por ver qu¨¦ parte del pelot¨®n agradece al navarro que dirija el tr¨¢fico y de qu¨¦ tama?o es el grupo de quienes piensan que esta monoton¨ªa les convierte en unos aut¨¦nticos parias. Los aventureros y los furtivos no van a tener para comer de momento.
El c¨®digo de Indur¨¢in es muy sencillo de interpretar. Parece evidente que ha firmado una alianza verbal con algunos de los equipos que justifican su temporada en la primera semana. Tal es el caso del GB-MG (Cipollini) o del Novemail (Nelissen). Ello supone tener asegurada la participaci¨®n exclusiva de entre diez o doce corredores para controlar cualquier intento de escapada. Indur¨¢in o, en su defecto, Ech¨¢varri son quienes toman las principales decisiones. Si hace al caso, interviene el propio patr¨®n para diligenciar alg¨²n entuerto. As¨ª sucedi¨® sobre el kil¨®metro 70, cuando se form¨® un grupo con todos los aspirantes y se escap¨® del pelot¨®n. La diferencia lleg¨® a los 12 segundos y todos debieron de concluir en lo absurdo de la escena. ?Qu¨¦ hac¨ªan todos all¨ª sin la compa?¨ªa de sus auxiliares y escoltando al l¨ªder? La noticia no tom¨® cuerpo: era un cara a cara est¨²pido.
Fue un poco despu¨¦s cuando se permiti¨® la fuga de Marie y Svorada. Marie era ese especia lista en pr¨®logos a quien tanto Z¨¹lle como Indur¨¢in han jubila do. Dadas las circunstancias, ha optado por buscar el maillot amarillo a la aventura, lo que in tenta con cierta frecuencia: al menos, una vez al a?o. Ayer no es que no tuviera suerte, es que fue v¨ªctima del c¨®digo de Indur¨¢in. Se les dej¨® escapar hasta cosechar una ventaja m¨¢xima que alcanz¨® los seis minutos. Cuando GB-MG, Novemail y Banesto se pusieron a trabajar, la diferencia se diluy¨® con el paso de los kil¨®metros. A falta de 18, fue ron neutralizados con la meta a la vista y el pelot¨®n lanzado para buscar el sprint. Se hab¨ªa impuesto el orden.
Dispuestos los sprinters para entrar en escena, Indur¨¢in nada m¨¢s ten¨ªa que decir. Y eso que su equipo navegaba con dificultades en la cola por los problemas del franc¨¦s Bernard, al que le costaba aguantar el ritmo. Lleg¨® a estar cortado en compa?¨ªa de Delgado y pudo reintegrarse, pero el esfuerzo result¨® in¨²til. Para un Bernard corto de preparaci¨®n en estos momentos, circular a 60 kil¨®metros por hora llega a ser complicado despu¨¦s de seis horas de trabajo. Mucho peor lo pas¨® el holand¨¦s Rooks, que debi¨® de sentirse indispuesto y anduvo perdido toda la jornada. Rooks es un apellido que pierde este Tour: acab¨® con sus huesos en la meta y llegando fuera de control.
El desenlace tuvo, sin embargo, un protagonista imprevisto -?fue un descuido de Indur¨¢in?-, dado que el pelot¨®n cedi¨® terreno y dej¨® a los velocistas desnudos en un inusual cara a cara. Entre ellos figuraba el italiano Bugno, con gesto de incredulidad. Tanto es as¨ª que parec¨ªa m¨¢s atento a lo que pasaba a su espalda que a la l¨ªnea de meta. Bugno no entendi¨® su soledad en el ¨²ltimo kil¨®metro y perdi¨® posibilidades de entrar en la disputa de los segundos de bonificaci¨®n. Nelissen, aprovechando una ligera cuesta, aguant¨® el tir¨®n de Cipollini y Abduyap¨¢rov. La victoria fue suya y el premio gordo, vestir el maillot amarillo a su tierna edad, 23 a?os, una golosina que busc¨® a lo largo de la jornada. Nelissen sum¨® ayer un total de 32 segundos en bonificaciones. Es ahora el l¨ªder del Tour. Pero no el patr¨®n. El patr¨®n es Indur¨¢in.
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