Casino de Madrid
En el diario que tan acertadamente dirige, n¨²mero del d¨ªa 23 de junio, y en la p¨¢gina 6 de la secci¨®n de Madrid, se publica una informaci¨®n bajo el ep¨ªgrafe El Casino de Madrid demanda a Cajamadrid por impago, en la que se recogen con incompleta veracidad los antecedentes y motivos de la demanda y se finaliza con un p¨¢rrafo en el que directamente se me menciona en t¨¦rminos que no se corresponden con la realidad, y que dice as¨ª:"Hidalgo Huerta y Cajamadrid se preguntan ahora por qu¨¦ Luis Mart¨ªnez de la Vega -entonces secretario y hoy presidente del Casino- no denunci¨® las supuestas irregularidades, ya que particip¨® en todas las negociaciones con Gran C¨ªrculo".
Pues bien, como no soy hombre que eluda asumir su pasado, tengo que afirmar que, si bien particip¨¦ muy activamente en las negociaciones con Gran C¨ªrculo hasta la conclusi¨®n del "contrato conmutativo at¨ªpico" entre el Casino de Madrid y Gran C¨ªrculo de Madrid, SA, aprobado por la junta general de socios convocada al efecto y celebrada el 29 de diciembre de 1986, documento protocolizado el 15 de enero de 1987 ante el notario de Madrid don Manuel Andrino, desde entonces hasta febrero de 1988 he estado presente en algunas conversaciones y disentido de los t¨¦rminos de la negociaci¨®n, advirtiendo siempre al entonces presidente, se?or Hidalgo Huerta, que cualquier acuerdo hab¨ªa de someterse al conocimiento y aprobaci¨®n de una junta general convocada a tal fin. Su contestaci¨®n siempre fue la misma: "Y para qu¨¦, si van a decir que s¨ª".
Desde entonces y ya con el importante cambio en la directiva de Gran C¨ªrculo, por el nombramiento como presidente de don Javier Bened¨ª, con quien tan pronto le conoc¨ª se suscit¨® una rec¨ªproca divergencia, al darme cuenta de sus verdaderas intenciones, que la realidad ha confirmado al ser destituido y eliminado de la sociedad. Cuando en el accionariado de Gran C¨ªrculo pas¨® a tener mayor¨ªa, hoy el 98%, la Sociedad de Promoci¨®n y Participaci¨®n Empresarial de Caja de Madrid, no volv¨ª a intervenir en negociaci¨®n alguna, no les conven¨ªa.
Del personalismo en la actuaci¨®n del presidente y de la escasa o nula informaci¨®n a la junta directiva, en todo caso retrospectiva, puede encontrarse el fehaciente testimonio en las actas de las juntas directivas, as¨ª como de mi manifiesta oposici¨®n a los acuerdos suscritos por ¨¦l.
Mis discrepancias con la actuaci¨®n presidencial culminan en marzo de 1991, cuando le expres¨¦ verbalmente mi prop¨®sito de dimitir, decisi¨®n que no ratifiqu¨¦ por escrito ante el imperioso ruego de gran n¨²mero de socios y la carta suscrita por todo el personal del Casino en la que se me ped¨ªa con vehemencia que no dimi-
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tiera, ya que mi continuidad en la secretar¨ªa era, seg¨²n ellos, la ¨²nica garant¨ªa de la independencia y supervivencia del Casino y, consecuentemente, de su puesto de trabajo en ¨¦l.
Conocidas las crecientes concesiones hechas a Gran C¨ªrculo, que culminan el 8 de abril de 1991 con la firma por el presidente, sin autoridad ni poderes para ello e ignorada por la junta directiva, de una p¨®liza de pr¨¦stamo y cr¨¦dito con Caja de Madrid para respaldar un cr¨¦dito que Caja de Madrid hab¨ªa concedido a su filial Gran C¨ªrculo de Madrid, seg¨²n nos ha comunicado hace un par de meses la asesor¨ªa jur¨ªdica de dicha entidad financiera.
Claro es que denunci¨¦ oportunamente las irregularidades ante los socios, y por mis denuncias ¨¦stos tuvieron conocimiento de aqu¨¦llas y fue posible la junta general extraordinaria solicitada estatutariamente por un numeroso grupo de socios, g¨¦nesis de la obligada dimisi¨®n del, se?or Hidalgo Huerta. En el acta de la junta general ordinaria de 26 de noviembre de 1991, ya algunos socios acusan tales irregularidades. Tambi¨¦n en la junta general extraordinaria celebrada el d¨ªa 7 de mayo de 1992 le¨ª un informe en el que detallaba todas las irregularidades que se estaban cometiendo.
En cuanto a lo expuesto tras el subep¨ªgrafe Da?os y perjuicios, Caja de Madrid olvida que en el referido contrato, ¨²nico v¨¢lido, se establece que todas las obras a realizar -un 80% de la superficie del Casino, seg¨²n planos anexos a dicha escritura notarial- correr¨ªan por cuenta exclusiva de Gran C¨ªrculo de Madrid, SA, a cambio de lo cual se le adjudicaba la explotaci¨®n de los restaurantes, bares y salas de fiestas, por un largo plazo renovable, junto con la del juego, caso de autorizarse, supremo incentivo econ¨®mico del contrato mencionado.
Me gustar¨ªa conocer en qu¨¦ fundamenta ahora Cajamadrid su pretensi¨®n de que el Casino de Madrid le pague la totalidad de los gastos de tales obras. El que por razones legales, totalmente ajenas al Casino de Madrid, la empresa Gran C¨ªrculo de Madrid, SA, no haya obtenido la concesi¨®n de los derechos de juego no le autoriza a repercutir las consecuencias econ¨®micas de una operaci¨®n comercial mal desarrollada a la otra parte contratante ni dejar de abonar desde el pasado mes de octubre el canon mensual concertado, adeudando por este solo concepto al Casino una suma que sobrepasa los 100 millones de pesetas.
Pongo a disposici¨®n del redactor de la informaci¨®n aparecida en su diario los libros de actas y documentos que aseveran mis anteriores afirmaciones.-
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