Elliott: "Los historiadores deb¨ªan haber previsto el retorno del nacionalismo"
El hispanista brit¨¢nico asegura que no quiere crear escuela con sus investigaciones
"Ha sido un gran faflo de los historiadores no ver que el nacionalismo y el fundamentalismo regresaban" asegura John H. Elliott, historiador y profesor de la Universidad de Oxford. El autor de la popular biografla del conde duque de Olivares asiste este fin de semana al congreso internacional La historia a debate, que se celebra en Santiago, de Compostela. El hispanista afirma que no quiere crear escuela con su l¨ªnea investigadora.
Para este historiador, nacido hace 60 a?os en Reading (Reino Unido), la imprevisi¨®n de los expertos en historia se hace extensiva a la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, aunque, como atenuante, afirma que "hay momentos en los que se aceleran los acontecimientos; 1789 [Revoluci¨®n Francesa] y 1989 han sido afios de esas caracter¨ªsticas". Ahora, tras la imprevista explosi¨®n nacionalista, los historiadores se encuentran inventando la tradici¨®n, seg¨²n expresi¨®n de Eric Hobsbawin.Elliott, al contrario que su colega brit¨¢nico, no ve nada de malo en ello. "Todas las naciones han inventado su historia desde siempre". Cada naci¨®n, a juicio de Elliott, necesita de su historia para dar coherencia a su sociedad, y lo importante es que la cr¨ªtica se tolere. Pero ahora, la gran preocupaci¨®n investigadora del historiador brit¨¢nico no se centra en estos asuntos, sino en la llamada historia comparada. Elliott est¨¢ trabajando -como ya hiciera con Richelleu y Olivares- en una comparaci¨®n entre las colonizaciones espa?olas y brit¨¢nicas de Am¨¦rica.
Nuevos problemas
"Es una tarea muy complicada, porque cada vez aparecen datos nuevos. Por ejemplo, los espa?oles se relacionaban con las indias y los brit¨¢nicos lo hac¨ªan en menor medida. Me he puesto a buscar soluciones en la historia y he visto que los ingleses, cuando colonizaron Irlanda en la Edad Media, s¨ª se relacionaban con irlandeses, a pesar de la prohibici¨®n de matrimonios, porque cre¨ªan que, en caso de producirse ¨¦stos, degenerar¨ªa la raza. Como se ve, pues, la historia comparada suscita nuevos problernas", dice. Con su l¨ªnea investigadora, Elliott asegura no querer crear escuela. Se confiesa preocupado, sin embargo, por la p¨¦rdida de dominio de las viejas escuelas histo ri o gr¨¢ficas, como la que gira alrededor de la revista Annales (fundada en 1929), y agrega que "el m¨¦todo marxista ha sido muy fruct¨ªfero para las ciencias hist¨®ricas". "Yo siempre he rechazado lo que de determinista tiene el m¨¦ todo marxista. No creo que pre domine la estructura social, ni la lucha de clases, ni la econom¨ªa; para m¨ª, la gran fascinaci¨®n de la historia es lal interacci¨®n entre los hombres y el medio", dice.
Elliott rechaza el retorno de la historiografia conservadora, a la que considera tambi¨¦n determinista.
"Si uno piensa en los grandes problemas de Europa en los siglos XVI y XVII [las crisis de las cosechas], por ejemplo, ve que la gente buscaba soluciones como la expansi¨®n fuera del Viejo Continente; y tambi¨¦n se ve que los hombres consiguieron cambiar los par¨¢metros de su mundo. Por tanto, no puedo coincidir de ninguna forma con el determinlsmo".
La llegada de la crisis de las corrientes historiogr¨¢ficas que buscaban explicaciones totales ha llevado consigo una mult iplicaci¨®n de tendencias, muchas veces con escaso contacto entre s¨ª.
"Ahora, sin embargo, hay mucha atomizaci¨®n, cada uno se queda en su rinc¨®n, sin coherencia, y hay que sintetizar de nuevo entre corrientes hist¨®ricas", subraya. Pero no va a ser f¨¢cil, por ejemplo, con la microhistoria, que tambi¨¦n tiene sus encantos. Lo que haga una monja italiana [Italia es el pa¨ªs en el que m¨¢s se ha desarrollado la microhistoria] a mediados del siglo XVII no tiene gran ¨ªmportancia, si no es ejemplar en algo", concluye.
El congreso internacional La historia a debate, patrocinado por Xacobeo 93, en colaboraci¨®n con las universidades de Santiago de Compostela e institutos de historia universal de Par¨ªs, Rusia, Nueva Yoric, Lisboa y Venecia, se clausura hoy con la asistencia de un millar de historiadores.
En las ¨²ltimas sesiones se celebr¨® una mesa redonda sobre la historia entre la ciencia y la vulgarizaci¨®n, presidida por Alain Boureau.
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