Los duendes de la peque?a empresa
En los ¨²ltimos tres a?os m¨¢s de 200 ymes han recibido asesor¨ªa gratu¨ªtia de altos ejecutivos jubilados
Muchas de las personas que se lanzan a la aventura de montar su peque?a empresa confiesan haber tenido alg¨²n d¨ªa un mismo sue?o: gozar de la compa?¨ªa de un duende que les aconseje y les ayude a resolver los problemas que les plantea su negocio. Pero conseguir unos buenos consejos ¨²tiles resulta caro y la mayor¨ªa de estos peque?os empresarios carecen del dinero suficiente para coste¨¢rselos. Para muchos de ellos, ese sue?o se ha convertido en realidad desde hace m¨¢s de tres a?os, cuando, a iniciativa del C¨ªrculo de Empresarios, se cre¨® Seniors Espa?oles para la Cooperaci¨®n T¨¦cnica (SECOT). Se trata de una asociaci¨®n que agrupa a m¨¢s de 300 ex altos cargos jubilados cuya, ¨²nica ambici¨®n es aportar su experiencia a las peque?as empresas, simplemente por amor al arte.Mar¨ªa es periodista y Jos¨¦ Antonio, bi¨®logo. Tienen 27 a?os, un mont¨®n de ideas y una pasi¨®n en com¨²n: la ecolog¨ªa. Llevaban tiempo pensando en montar su propia empresa, Opci¨®n Ecol¨®gica, una sociedad auditora destinada a asesorar a las empresas en temas medioambientales. Hace un mes, constituyeron su empresa. "Fundar una sociedad en Espa?a es muy dif¨ªcil, el apoyo de Secot ha sido decisivo para lograrlo", asegura Mar¨ªa.
Pero Secot no les ha montado la empresa, s¨®lo les ha indicado los pasos a seguir. "No se les hace una auditor¨ªa, eso ser¨ªa caer en competencia desleal, puesto que no cobramos; simplemente les acompa?amos en el camino", dice Gerardo L¨®pez, la persona encargada de ayudarles. Ingeniero naval y catedr¨¢tico jubilado, la vida profesional de Gerardo estuvo ligada tanto a la creaci¨®n de empresas como a los temas de medio ambiente. "Yo s¨®lo he actuado de Pepito Grillo, no he hecho m¨¢s que decirles por d¨®nde no deben ir, porque por all¨ª ya me la pegu¨¦ yo".
Por beneficiarse de tan valiosa experiencia durante m¨¢s de cuatro meses, Mar¨ªa y Jos¨¦ Antonio pagar¨¢n s¨®lo los gastos generados: 37.500 pesetas. Esta cantidad les ser¨¢ adem¨¢s devuelta gracias a un acuerdo que Secot mantiene con el Instituto de la Mediana y Peque?a Industria (IMPI).
Mejorar la gesti¨®n
Juan ten¨ªa 34 a?os cuando fund¨® Grafilago, su empresa de artes gr¨¢ficas, en 1983. "Era impresor en un taller, decid¨ª emprender mi propia aventura. Ten¨ªa un seiscientos y 50.000 pesetas. Me compr¨¦ una peque?a m¨¢quina y le ech¨¦ muchas horas de trabajo". Desde entonces, no le ha ido nada mal: da trabajo a siete personas, factura 50 millones de pesetas al a?o, con 15 de beneficio neto. Se asoci¨® con su hermana Maite, que se encarga de la parte administrativa.
A principios de 1992, Juan recibi¨® una publicidad del IMPI: "era consciente de que ten¨ªa limitaciones en cuanto a la gesti¨®n; si no me formaba y ped¨ªa ayuda, el negocio se me pod¨ªa ir de las de manos. Les ped¨ª que me asesoraran". A los tres meses recibieron la llamada de Secot. Uno de sus consultores, Arnaldo Guilarte, un ingeniero t¨¦cnico con experiencia en grandes empresas industriales, les fue asignado.
Durante dos meses, Arnaldo se desplaz¨® a las oficinas, a raz¨®n de dos veces por semana. "Lo principal era establecer un sistema de contabilidad interna para saber cu¨¢nto se gastaba en cada proceso de fabricaci¨®n y as¨ª mejorar la gesti¨®n de producci¨®n", explica el senior. "Con los consejos de Arnaldo, ahora podemos ajustar nuestros precios y no perder demanda, cosa dif¨ªcil en los tiempos que corren", dice Maite. A finales de este a?o, piensan aumentar su volumen de facturaci¨®n en un 10%.
Pero la colaboraci¨®n con el consultor no acaba all¨ª: el contrato prev¨¦ un seguimiento durante los seis meses siguientes a la asesor¨ªa. Adem¨¢s, las relaciones no son s¨®lo profesionales, la comunicaci¨®n va m¨¢s all¨¢: "Era como uno m¨¢s en la empresa, desde que se fu¨¦ le echamos un poco de menos", explica Maite. En cuanto al coste, "por la asesor¨ªa pagamos 15.000 pesetas y estamos pendientes de que nos las devuelva el IMPI". ?Qui¨¦n ha dicho que los duendes no existen?
Un salario dif¨ªcil de cuantificar
"YO cobro much¨ªsimo de Secot, lo que pasa es que no es en dinero". Gerardo L¨®pez es uno de los prejubilados por la reestructuraci¨®n del sector naval. "Ten¨ªan que recortar personal; como es natural, escogieron a los m¨¢s viejos", dice en tono de sorna. "Cuando me jubilaron, me sent¨ªa como un trasto in¨²til. Me levantaba a las ocho sin saber qu¨¦ hacer. Desde que entr¨¦ en Secot, hace m¨¢s de un a?o, he vuelto a experimentar lo que es tener ilusi¨®n". Arnaldo Guilarte, que lleva m¨¢s de tres a?os en la asociaci¨®n, casi desde que se fund¨®, asegura que no s¨®lo trabaja en Secot por sentirse ocupado, sino que tambi¨¦n ha hecho muy buenos amigos.
Seg¨²n Luis Acebal, secretario general de la asociaci¨®n, "hasta ahora, parec¨ªa que en Espa?a no exist¨ªan las condiciones culturales para valorar positivamente el hecho de trabajar de forma gratuita. Si no era en organizaciones pol¨ªticas o religiosas, se consideraba que estabas haciendo el primo. Con Secot estamos consiguiendo derribar ese prejuicio". El n¨²mero creciente de personas que se afilian a la asociaci¨®n bastar¨ªa para ratificar esta afirmaci¨®n.
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