Agradecimiento y reflexi¨®n

En estos momentos en los que, gracias a Dios, la evoluci¨®n de mis hijas es favorable y puedo pensar en algo distinto que en el bienestar de las ni?as, creo tener la obligaci¨®n de expresar algunas ideas que han ido surgiendo a lo largo de estos interminables d¨ªas.En primer lugar, quiero tener un emocionado recuerdo para las v¨ªctimas de los atentados del pasado lunes 21 de junio y transmitir mis m¨¢s sinceros sentimientos de condolencia a sus familiares. Del mismo modo deseo que la recuperaci¨®n del resto de los heridos sea r¨¢pida y completa y puedan olvidar pronto la pesadilla en la que nos hemos visto inmersos. En segundo lugar, he de confesar la gratitud infinita que debo a todos aquellos que, de una forma u otra, desde los primeros momentos y en algunos casos con riesgo de su propia vida, nos han auxiliado, atendido y apoyado, dando muestras de aut¨¦ntica solidaridad. Aunque en los primeros borradores de esta carta intent¨¦ enumerarlos, siquiera de forma somera, la lista resultaba tan larga, y el riesgo de olvidar a alguno tan evidente, que llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que probablemente hubiera tenido que incluir en ella a la totalidad de los ciudadanos espa?oles, e incluso aquellos que, no sinti¨¦ndose tales, piensan que una vida vale m¨¢s que una idea, y que la felicidad de un ni?o debe estar por encima de cualquier otra consideraci¨®n. Gracias a todos.

En tercer lugar, a todos aquellos a los que no se me ocurre calificar de otra forma que de mal nacidos, que amparan, apoyan o simplemente disculpan hechos como el que nos ha tocado vivir, y que considero tan culpables como al desalmado que necesariamente tuvo que ver a los ni?os antes de oprimir el disparador, les digo que lo ¨²nico que espero es que nuestro sufrimiento pueda servir para restarles, aunque sea un ¨¢pice, del poco apoyo que les pueda quedar, ya que considero imposible poder invocar sentimientos humanos en tales sujetos.