Miguel en el cielo; el Diablo, en el infierno
Cuando el Diablo cruz¨® la meta, con las babas colgando de su boca en un hilo adherido al pecho y el rostro desencajado por el esfuerzo, Miguel Indur¨¢in, reci¨¦n duchado y con la mirada relajada, se dirig¨ªa hacia el podio. Rodeados por un agresivo enjambre de periodistas, los dos rivales se miraron durante un segundo y siguieron su camino. Chiappucci hacia el infierno; Miguel, hacia el cielo. No fue una escena nueva. Al contrario, Indur¨¢in ha convertido la admiraci¨®n en resignaci¨®n y s¨®lo los cronistas tienen fuerzas ya para encontrar adjetivos a sus haza?as. Extraterrestre, super hombre, marciano, robot... decenas de calificativos fueron utilizados en los corrillos de la llegada, ante las c¨¢maras y los micr¨®fonos. S¨®lo Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, el director del Banesto, mantuvo la calma: "Ahora empieza nuestro Tour. De momento ya tenemos la 'pole position'".
Acudi¨® el enjambre a la sala de prensa del Lago de Madine en busca de las palabras del monstruo. Vano esfuerzo, pero inevitable. No hubo premio. Las mejores frases surg¨ªan de los propios testigos. "Dios m¨ªo, pero si incluso pinchando ha humillado una vez m¨¢s a sus rivales. ?Qu¨¦ puede detenerlo?", coment¨® con los tiempos intermedios en la mano un veterano periodista dan¨¦s. A unos metros del sorprendido informador, el Indur¨¢in de siempre, la m¨¢scara sosegada del ciclismo mundial."M¨¢s que conseguir una ventaja psicol¨®gica sobre mis rivales, se trababa de realizar una buena contrarreloj. No ha sido f¨¢cil, porque el trazado estaba cargado de subidas y bajadas, y las condiciones atmosf¨¦ricas no han sido las m¨¢s favorables", manifest¨® el navarro. Su valoraci¨®n sobre los pr¨®ximos d¨ªas no se apart¨® de la parquedad que preside todas sus acciones: "Tener el jersey de l¨ªder antes de la monta?a es un gran honor y una gran responsabilidad. Habr¨¢ que responder a los ataques, controlar la carrera y estar muy atentos. S¨¦ que puedo contar con mis compa?eros. Ru¨¦ y Delgado han demostrado estar en un buen momento de forma". La actuaci¨®n de los rivales fue valorada con el respeto de siempre: "Chiappucci no est¨¢ descartado. Siempre es un hombre peligroso, aunque haya perdido muchos minutos. Bugno tambi¨¦n est¨¢, y Breukink. A Bugno lo veo m¨¢s relajado que en el Giro, m¨¢s suelto".
Mientras Indur¨¢in cumpl¨ªa con un ritual que conoce como pocos, Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri surti¨® de bromas, t¨¢cticas, an¨¦cdotas y frases aparentes al resto de informadores. Siempre hay que escuchar a Ech¨¢varri, antes o despu¨¦s de las carreras. Es la voz, el cerebro, el alma de Indur¨¢in. Todo, menos sus piernas. "Miguel ha dado la raz¨®n a todos los que conf¨ªan en ¨¦l. Ya s¨¦ que ma?ana leeremos y oiremos adjetivos que lo colocar¨¢n como un hombre llegado de otro mundo, pero yo puedo decir que es un hombre como todos los dem¨¢s. La ¨²nica diferencia est¨¢ en que es m¨¢s profesional que nadie. Ahora vamos a ser cautos. Hoy ha sido un d¨ªa importante, pero todo puede perderse por una chaqueta como la que tir¨® ayer a Z¨¹lle. Lo importante es ver la torre Eiffel y, si es con el jersey amarrillo, mejor".
La broma, el comentario distendido, tuvo a Prudencio Indur¨¢in como protagonista. El hermano del Monstruo sufre un verdadero calvario tras la ca¨ªda que da?¨® su mano izquierda. Si no ha abandonado todav¨ªa es porque cree que puede ser ¨²til al equipo. Ayer, el coeficiente a partir del cual el tiempo de los corredores m¨¢s limitados pod¨ªa considerarse fuera de control (18%) lo marc¨® Indur¨¢in. De no haber sido por un pinchazo del navarro en el kil¨®metro 52, su crono habr¨ªa sido mucho mejor, lo que habr¨ªa expulsado de la carrera a su hermano, ¨²ltimo de la etapa a m¨¢s de 17 minutos. "Ha sido San Ferm¨ªn el que ha puesto la tachuela en la carretera para que Miguel pinchara y su hermano pudiera seguir. La verdad es que despu¨¦s del esfuerzo que est¨¢ haciendo Pruden, habr¨ªa sido muy injusto que fuera su propio hermano el que lo enviara a casa", coment¨® Ech¨¢varri.
El director deportivo del Banesto rechaz¨® cualquier brillo de compasi¨®n hacia los rivales de Indur¨¢in. Cree que hay que respetar la hegemon¨ªa de su pupilo: "Un tiempo fue Napol¨¦on, otro los americanos, m¨¢s tarde las japoneses y ahora, Indur¨¢in. A sus rivales les ha tocado vivir lo que vivieron Poulidor con Anquetil y Zoetemelk con Merckx. As¨ª es la vida". La carrera sigue donde el Banesto la quiere: "La hemos controlado desde el pr¨®logo, pero de forma indirecta. Y as¨ª vamos a seguir. El reparto de papeles determinar¨¢ el futuro. Nosotros luchamos por el podio, pero los otros tambi¨¦n. Conf¨ªo en que de esa coincidencia de in tereses resulte una divisi¨®n del trabajo que nos beneficie a todos. No cabe pensar en una conspiraci¨®n para que pierda Miguel. Si as¨ª fuera, lo mejor ser¨ªa no venir al Tour".
Fignon consider¨® que este To¨²r es el Tour de Indur¨¢in y de Bugno. Ech¨¢varri se mostr¨® de acuerdo, aunque con matices: "Hay otros, como Chiappucci e incluso Rominger, el hombre con m¨¢s mala suerte de este Tour. Esto es la ley del equilibrio. Bugno es un firme candidato al podio de Par¨ªs. S¨¦ como sufre por ello, porque tiene la clase, pero la falta la mentalidad. En cualquier caso, siempre lo tengo en mis pensamientos, incluso cuando todo el mundo lo descarta. Ojal¨¢ estuviera en mi equipo. Hoy ha confirmado que es un gran adversario". Para Z¨¹lle tambi¨¦n tuvo palabras de elogio: "El organismo no est¨¢ para festejos despu¨¦s de una ca¨ªda como la que sufri¨® ayer. A pesar de ello, lo ha hecho muy bien".
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