Las bases del CDS deciden no disolverlo, pese al criterio de muchos de sus dirigentes
El CDS continuar¨¢ presente en la escena pol¨ªtica espa?ola. As¨ª lo decidi¨® el (66% de los 655 compromisarios centristas que ayer asistieron al congreso extraordinario -convocado tras el fracaso electoral- para, determinar la disoluci¨®n o continuidad del partido. El congreso respald¨® a Rafael Calvo Ortega y aprob¨® la creaci¨®n de un comit¨¦ de gesti¨®n para que prepare en octubre otro congreso de refundaci¨®n del partido con estatutos y siglas nuevas. Jos¨¦ Ram¨®n Caso, ex portavoz del grupo en el Congreso, anunci¨® que deja el partido y se retira de la pol¨ªtica por unos meses.
El eco encontrado por la llamada a decidir el destino del CDS sorprendi¨® a los organizadores del congreso extraordinario en Madrid. Esperaban a 400 compromisarios se presentaron 655 desde toda Espa?a, todos con la voluntad de mantener izada la bandera del centrismo como fuerza pol¨ªtica independiente. El aluvi¨®n de congresistas desbord¨® las previsiones de los organizadores y convirti¨® al congreso en un marem¨¢gnum de intervenciones a favor o en contra de la disoluci¨®n.
El secretario general saliente, Jos¨¦ Luis G¨®mez Calcerrada, se autoinculp¨® en su despedida del escaso rendimiento que ha desarrollado el partido durante su corta gesti¨®n y se mostr¨® igual de comprensivo hacia los que han optado por continuar como hacia quienes abandonan el partido. Su posici¨®n, sin embargo, es favorable a la disoluci¨®n y ya ha anunciado que, si se opta por la continuidad, habr¨¢ que poner el partido "patas arriba" y ¨¦l no participar¨¢ en la direcci¨®n.
La formaci¨®n prepara el balance contable, una vez que ha dejado de percibir subvenciones del Estado, en correspondencia a su nula representatividad en las Cortes tras las ¨²ltimas elecciones. El balance que G¨®mez Calcerrada presentar¨¢ al Tribunal de Cuentas arroja una deuda de 2.200 millones. La mayor¨ªa del personal fijo est¨¢ ahora en la calle y la sede, por cuyo alquiler se pagaban 2,5 millones al mes, ser¨¢ abandonada.
El catedr¨¢tico Miguel Mart¨ªnez Cuadrado intervino en defensa de la continuidad del partido y justific¨® la existencia de una fuerza pol¨ªtica con un 5% o un 8% de apoyo electoral en la utilidad de un partido radical liberal en el marco pol¨ªtico bipartidista que se ha impuesto en Espa?a.
Los lazos que tanto ¨¦l como el presidente saliente, Rafael Calvo Ortega, mantienen en Europa les aseguran el apoyo de la Internacional Liberal, cuyo concurso no lleg¨® a tiempo para la campa?a electoral de los ¨²ltimos comicios, en los que el CDS perdi¨® todos sus parlamentarios.
Frente a esta postura, la mayor¨ªa de los ex diputados del CDS propone dar por concluida la historia del partido. Tanto Jos¨¦ Ram¨®n Caso como los ex parlamentarios Alejandro Rebollo o Le¨®n Buil consideran inviable la continuidad. En su opini¨®n, la formaci¨®n carece de credibilidad y liderazgo desde la marcha de Adolfo Su¨¢rez y la desaparici¨®n de Chus Viana y Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n.
Las fuerzas emergentes que se han hecho con las riendas del CDS no tienen cultura pol¨ªtica y han conducido al partido a un callej¨®n sin salida. "No se trata de un problema ideol¨®gico sino de credibilidad. ?Por qu¨¦ la gente que nos tiene simpat¨ªa no nos vota?", se preguntaba Buil. "Porque lo que decimos que vamos a hacer, otros pueden hacerlo mejor o no se creen que vayamos a hacer lo que decimos. As¨ª de claro", contestaba.
En su despedida como militante del CDS, Jos¨¦ Ram¨®n Caso -siempre a la sombra de Adolfo Su¨¢rez- dijo que abandonaba el partido porque cree que la sociedad no lo considera necesario. "A veces se triunfa despu¨¦s de muerto", afirm¨®, tras asegurar que desde su fundaci¨®n el CDS no ha logrado consolidarse como un partido pol¨ªtico.
El congreso decidi¨® nombrar una gestora provisional, encabezada por Rafael Calvo Ortega, hasta que se celebre el congreso constituyente en oto?o, en el que se propondr¨¢ volver a refundar las bases del centrismo, probablemente, bajo unas siglas diferentes a las del CDS.
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