Los enemigos dan el Tour por terminado

"El ganador del Tour est¨¢ decidido desde hace tiempo". Lo dice Juan Fem¨¢ndez, el director de Rominger. "No voy a ganar este Tour", coment¨® su pupilo. Si los principales rivales de Indur¨¢in hablan en ese tono y con esa rotundidad, sobran las especulaciones. "Es muy dif¨ªcil que pase algo. C¨®mo ser¨¢ que todos est¨¢bamos esperando que atacase el cuarto [Rominger], y no el segundo o el tercero. Este Tour est¨¢ acabado". Manolo Saiz, director del ONCE, apoya la tesis dominante: todo est¨¢ vendido. "Indur¨¢in ha sido superior a todos en todos los aspectos", a?ade Javier M¨ªnguez, del Amaya.

As¨ª que nadie espera nada de los Pirineos, en el pelot¨®n espa?ol por primera vez. La victoria de Indur¨¢in es un hecho. Cuatro ¨¦xitos en los ¨²ltimos seis a?os colocan al ciclismo nacional en su d¨¦cada (le mayor esplendor. Mejor dejar las cosas como est¨¢n. "Ya es muy tarde", titula L'?quipe a toda p¨¢gina.Rom-inger hizo unas declaraciones en caliente tras la llegada a Andorra. Coloc¨® en el pared¨®n a Mej¨ªa y a Jaskula. "No entiendo lo que hacen", dijo. 24 horas despu¨¦s, Juan Fern¨¢ndez disculpa al suizo. "Entiendo su rab¨ªa, pero tambi¨¦n ha comprendido situaci¨®n. Para Mej¨ªa acabar segundo en este Tour es muy importante. Es normal que no quiera arriesgar lo m¨¢s m¨ªnimo en un ataque. En realidad, en este Tour s¨®lo hay un corredor dispuesto a atacar, que es el m¨ªo, y lo tendr¨¢ que hacer sin ayuda de nadie". M¨ªnguez coincide con Fern¨¢ndez. "Hombre, Mej¨ªa en estos momentos tiene que decir eso de Virgencita, que me quede como estoy. Para ¨¦l es important¨ªsimo ese segundo puesto", expresa a las claras el director vallisoletano.

La conclusi¨®n final es obvia. Se impone la prudencia en todos los frentes. "Tal y como est¨¢ el ciclismo actual, con las exigencias de los patrocinadores y la cantidad de dinero que se maneja, empieza a ser importante conservar ciertas posiciones. Es lo que le sucede a Mej¨ªa o Jaskula. Adem¨¢s, cada vez va a ser m¨¢s complicado lanzar un ataque en toda regla: la preparaci¨®n de los corredores es mayor, el pelot¨®n es m¨¢s r¨¢pido". Lo dicho, sobra esta tercera semana, conclusi¨®n que ha permitido a S¨¢iz lanzar una idea al aire: un Tour de dos semanas. S¨¢iz olvida que las mejores ediciones de los ¨²ltimos a?os fueron aquellas en las que el drama lleg¨® hasta la tercera semana (1987 con la pelea entre Roche y Delgado o 1989 con la disputa entre LeMond y Fignon) o los aspirantes llegaron a la recta final con margen de maniobra (1991, Bugno contra Indur¨¢in o 1992 Chiappucci contra el navarro). Y, adem¨¢s, qui¨¦n es capaz de decir que Indur¨¢in no dominar¨ªa mejor un Tour de dos semanas?.

La pol¨ªtica de Ech¨¢varri se ha impuesto y todos aquellos que han sido sus aliados han recibido alguna recompensa. A saber, los equipos de los sprinters que m¨¢s le ayudaron en la primera semana (GB-MG y Nov¨¦mail), el ONCE por colaborar en un par de etapas (victoria de Bruyneel), el Clas por destinar a Rominger para eliminar a la escuadra italiana (los dos triunfos del suizo en los Alpes) y el Amaya porque siempre se ha portado bien con el Banesto cuando ha hecho falta (Rinc¨®n.). Indur¨¢in igualar¨¢ los r¨¦cords de LeMond y Bobet y todo el ciclismo nacional se dar¨¢ por satisfecho. La colonia espa?ola vive feliz estos d¨ªas. ?Los Pirineos? Pueden esperar al pr¨®ximo Tour.