Rose Fitzgerald,
matriarca de los Kennedy, la familia m¨¢s c¨¦lebre de Estados Unidos y madre que vio morir violentamente a cuatro de sus nueve hijos, celebr¨® el s¨¢bado los 103 a?os que cumpli¨® el pasado jueves. Inmovilizada desde hace tiempo en una silla de ruedas, Rose Kennedy recibi¨® en su 103 cumplea?os rosas del ¨²nico de sus hijos varones que sigue con vida: el senador Edward Teddy Kennedy.Rose Kennedy sigue viviendo en la famosa residencia de Hyannis Port. Tiene ahora 40 nietos y 28 bisnietos. Nacida en 1890 en Boston, en el seno de una familia de inmigrantes irlandeses, el padre de Rose, John Honey Fitz Fitzgerald, fue alcalde de la ciudad y representante de Massachusetts en el Congreso de Estados Unidos. La joven Rose se cas¨® el 7 de octubre de 1914 con Joseph Kennedy, tambi¨¦n de ascendencia irlandesa. Un hombre ambicioso que fue m¨¢s tarde embajador de Estados Unidos en el Reino Unido. Joseph Kennedy so?¨® entonces con que uno de sus hijos lograra lo que ¨¦l ya no pod¨ªa conseguir: la Casa Blanca.
El portador de sus primeras esperanzas fue Joseph P. Kennedy Jr. Pero este primer hijo del matrimonio muri¨® al explotar su avi¨®n cuando sobrevolaba el canal de la Mancha, durante la II Guerra Mundial. Cuatro a?os despu¨¦s, falleci¨®, tambi¨¦n en accidente de avi¨®n, esta vez en el sur de Francia, la segunda hija de Rose y Joseph, Kathleen. El peso de las ambiciones del patriarca cay¨® entonces sobre el segundo hijo var¨®n, John Fitzgerald Kennedy. Y ¨¦ste realiz¨® el sue?o de su padre, ser el primer presidente cat¨®lico de Estados Unidos. John fue asesinado en Dallas (Tejas), en 1963.
Cinco a?os m¨¢s tarde, el tercer hijo var¨®n de Rose y Joseph, Robert, llevaba otra vez la antorcha de la familia hacia la Casa Blanca. Las balas interrumpieron su camino en un hotel de Los ?ngeles (California). Joseph, el padre, recibi¨® en Cape Cod la noticia del asesinato de Robert, un a?o antes de su propia muerte, en diciembre de 1969. Ted Kennedy, el ¨²ltimo de los hijos, no pudo seguir los pasos de sus hermanos. Los esc¨¢ndalos y la mala suerte le impidieron continuar la "tradici¨®n".-
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