El campeon de Limonar
El saltador Javier Sotomayor alterna el ¨¦xito con las carencias de su vida en Cuba
Cada ma?ana, al levantarse, Javier Sotomayor contempla desde su modesto piso del Alto Miramar todas las contradicciones de su pa¨ªs. Desde la terraza de su casa se ve a lo lejos el monolito de la plaza de la Revoluci¨®n y un poco a la izquierda sobresale la silueta del hotel Habana Libre. Sotornayor, de 25 a?os, es plus marquista mundial de salto de altura (2,45 metros), pero sobre todo es cubano. Sotomayor vive en un piso de 80 metros cuadrados que por sus, buenos rendimientos le proporcion¨® el Instituto Nacional de Deportes. No tiene coche y por ello coge la guagua todos los d¨ªas para ir a entrenarse al estadio Panamericano, aunque si el autob¨²s no pasa hace autoestop en la Quinta Avenida de Miramar. El Soto acaba de tener su primer hijo y, como buen padre, de vez en cuando hace cola en la bodega para comprar el litro de leche racionada que le toca diariamente.Su popularidad en Cuba es gigantesca y por ello fue elegido diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular en las ¨²ltimas elecciones del 24 de febrero, con una de las votaciones m¨¢s arrolladoras. Tiene fama de noble, de simp¨¢tico y de hombre sencillo y, seg¨²n su esposa, Mar¨ªa del Carmen Garc¨ªa Luis, algunos de sus aficiones son escuchar m¨²sica, principalmente de los Van Van, Silvio y Pablo y Whitney Houston, y tambi¨¦n bailar. "?l dice que no es buen bailar¨ªn, pero no lo hace mal del todo", afirma. Mar¨ªa del Carmen.
Ella tambi¨¦n es saltadora de altura e integra el equipo nacional, por lo que se entrena junto a su marido y sale con ¨¦l cada ma?ana a esperar, las escasas guaguas que desde Miramar conducen hasta la Habana del Este, situada a 20 kil¨®metros de distancia.
Mar¨ªa del Carmen, quien se declara "enamorad¨ªsima" de su marido, cumpli¨® 24 a?os el pasado 27 de julio, justo el mismo d¨ªa en que El Soto bati¨® en Salamanca su r¨¦cord mundial. "Fue como un regalo de cumplea?os", dice Mar¨ªa.
La casa de Sotomayor en La Habana es un hogar sin lujos. Un televisor Sony y una cadena de sonido- de alta fidelidad de la misma marca destacan en el peque?o sal¨®n-comedor, desde donde tambi¨¦n se ve el ¨²nico medio de transporte que posee el matrimonio: una bicicleta. Eso s¨ª, ni china ni sovi¨¦tica sino una magn¨ªfica bicicleta de cambios que le regalaron durante una gira por Alemania.
Sotomayor naci¨® en el peque?¨ªs¨ªmo pueblo de Limonar, a unos 20 kil¨®metros de la ciudad de Matanzas, y desde muy peque?o sus abueos, Ireneo y Felipa, ya lo llamaban con orgullo campe¨®n".
Sotomayor, o Saltomayor, como le llaman sus seguidores, no fuma ni toma caf¨¦, pero le encanta la cerveza. "Tambi¨¦n las patatas fritas", dice Mar¨ªa del Carmen, quien espera que su marido gane el oro en los Mundiales de Stuttgart, pues los organizadores han dicho que regalar¨¢n un Mercedes al campe¨®n. "Esto nos resolver¨ªa los problemas de transporte", exclama.
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