Nos estamos cargando el f¨²tbol
?Es ese el f¨²tbol que nos estamos cargando, el de las injusticias flagrantes que pasamos por alto cuando nos cae bien el afortunado?

La ¨²nica verdad absoluta sobre el arbitraje actual la escribi¨® Enrique Ballester hace unos a?os en forma de tuit: ¡°Con el reglamento en la mano no es penalti, porque el bal¨®n da en el reglamento y no en la mano¡±. Lo dem¨¢s, por suerte o por desgracia (qu¨¦ s¨¦ yo, hay gente para todo), se ha convertido en materia de discusi¨®n constante y machacona, pues nadie sabe ya, a ciencia cierta, qu¨¦ tipo de manos, agarrones, pisotones o insultos son sancionables y cu¨¢les no. Ni siquiera los propios ¨¢rbitros parecen saberlo. En el ¨²ltimo partido de la jornada, por no irse mucho m¨¢s all¨¢ en el tiempo, el mismo tipo de penalti se pit¨® en una de las ¨¢reas, pero no en la otra, con la consecuente bronca medi¨¢tica y la repetici¨®n hasta el exceso de la ¨²ltima frase de moda: nos estamos cargando el f¨²tbol.
Nada similar, o nada que yo recuerde, al menos, se dijo en el partido de ida. Protest¨® el Bar?a y se indignaron sus aficionados (algunos en columnas de opini¨®n, como esta) con un penalti de libro sobre Dani Olmo que se fue al limbo, privando al conjunto catal¨¢n de una golosa oportunidad para llevarse los tres puntos de Vallecas. Pero nadie dijo aquel d¨ªa, ni en los inmediatamente siguientes, que nos est¨¢bamos cargando el f¨²tbol. Por lo que sea. Sus razones tendr¨¢n quienes lo afirman tan alegremente, meti¨¦ndonos a los dem¨¢s en el ajo, que para eso sirve desde tiempos inmemoriales la primera persona del plural. Personalmente, yo no tengo la sensaci¨®n de estar contribuyendo a semejante destrozo, pero nunca se sabe. Lo que s¨ª tengo son preguntas, a menudo sin respuesta, pues responderse a uno mismo entra en el terreno siempre pantanoso del yo¨ªsmo: ?qu¨¦ f¨²tbol nos estamos cargando, exactamente? O, mejor dicho, ?el f¨²tbol de qui¨¦n?
Y ahora s¨ª, para hacerlo completo, las dos obras de arte de Diego Armando Maradona el 22 de junio de 1986:
— Copa Mundial FIFA ? (@fifaworldcup_es) June 22, 2023
- La Mano de Dios
- El Gol del Siglo@Argentina | #CopaMundialFIFA https://t.co/spafE7SFcm pic.twitter.com/o72WxejGCV
Habr¨¢ quien defienda que el VAR le resta magia e inmediatez al espect¨¢culo. Algunos goles se celebran hasta dos veces, la segunda con un tiempo de espera que, en ocasiones, nos remite a las citas m¨¦dicas en algunos centros de salud. Y alguno, como el de Maradona a los ingleses, aquel tan ic¨®nico de La mano de Dios, jam¨¢s hubiese subido al marcador porque hasta un chimpanc¨¦ apartar¨ªa las connotaciones religiosas del asunto y ver¨ªa que fue un hombre, quiz¨¢s el m¨¢s humano de cuantos hayamos conocido, el encargado de alzar el pu?o tramposo para enga?ar al ¨¢rbitro y echar por tierra las esperanzas de todo un pa¨ªs. ?Es ese el f¨²tbol que nos estamos cargando, el de las injusticias flagrantes que pasamos por alto cuando nos cae bien el afortunado? ?Era m¨¢s fuera de juego, o estaba m¨¢s legitimado, el que pitaba un juez de l¨ªnea levantando su bander¨ªn que el se?alado por la tecnolog¨ªa?
Hace muchos a?os, en algunos pueblos de Galicia como el m¨ªo, los mariscadores furtivos hu¨ªan por los montes cercanos a la playa perseguidos por un par o tres de guardias civiles, farolillo en ristre, y algunos paisanos cre¨ªan estar viendo pasar a la Santa Compa?a. Aquel misticismo se termin¨® con la llegada del alumbrado p¨²blico, pero nadie dijo entonces que nos est¨¢bamos cargando la procesi¨®n de los muertos, ni se abog¨® por mantener la oscuridad en las calles, algo que ahora se pretende hacer con el f¨²tbol porque a los poderosos de turno parece interesarles m¨¢s la tradici¨®n que cualquier aproximaci¨®n a la justicia. Porque, y esta podr¨ªa ser la cuesti¨®n, entre expulsar a un futbolista sordomudo por protestar, o a otro que se expresa como un Peaky Blinder, cargarse el f¨²tbol parece ser lo segundo.
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