Un rey extravertido
El nuevo rey de B¨¦lgica goza de una imagen muy distinta a la de su antecesor. Balduino ten¨ªa fama de seriedad, de comedido y de hombre ordenado. Su hermano menor, el pr¨ªncipe Alberto de Lieja, de 59 a?os, fue conocido durante mucho tiempo como extravertido y amante de la buena vida, de los coches de lujo, de las motos y tambi¨¦n de las compa?¨ªas del sexo d¨¦bil.Su boda, en julio del 1959, con la bella italiana Paola Ruffo, conocida como Paola de Lieja, contribuy¨® a esta fama de hombre dado al ¨¦xito femenino.
Por eso, para muchos de sus compatriotas, Alberto, a pesar de las numerosas funciones representativas que realiza, no responde a la imagen ni a las especial¨ªsimas cualidades humanas y pol¨ªticas que se precisan para reinar en B¨¦lgica.
No posee el talante reflexivo ni meditativo, del rey desaparecido. No se le conocen, adem¨¢s, especiales apetencias para sentarse en el trono, y parece m¨¢s bien dado a la vida de familia con sus tres hijos.
Alberto II naci¨® en 1935 en el palacio de Laeken, en las afueras de la capital belga, tercer y ¨²ltimo hijo del rey Leopoldo III y de la reina Astrid, que muri¨® en un accidente de coche en Suiza cuando Alberto ten¨ªa apenas un a?o.
Este p¨¦rdida prematura marc¨® su infancia, as¨ª como el exilio al que le conden¨® la Segunda Guerra Mundial con su hermano Balduino. Alberto es oficial de la Marina belga, y es especialista en temas de marina mercante. Dirige los servicios de Comercio Exterior de su pa¨ªs, y suele acompa?ar las delegaciones de empresarios belgas que viajan al extranjero en busca de mercados, lo que le vali¨® en su pa¨ªs a veces el apodo de superembajador.
Reino provisional
?Reinar¨¢ Alberto s¨®lo el tiempo necesario para asegurar la delicada etapa de la transici¨®n mon¨¢rquica, y dejar¨¢ despu¨¦s el cetro a su hijo mayor, Felipe? Lo cierto es que ¨¦ste, nacido en 1960, ha sido educado por su parte para ce?ir alg¨²n d¨ªa la corona. Ha recibido una buena formaci¨®n militar y tiene el t¨ªtulo de duque de Brabante, que suele lucir el heredero.Pero en cuanto a car¨¢cter y formas de vida est¨¢ m¨¢s cerca del temperamento e intereses de su padre que de los de sus austeros y rigurosos t¨ªos Balduino y Fabiola. Se le conocen amores con tal o cual muchacha de la jet-set europea, pero escasas intenciones de contraer matrimonio, algo deseable para redondear una buena imagen de soberano responsable.
Popularmente, en Flandes sobre todo, se considera que Felipe no se ha preocupado en exceso por dominar a la perfecci¨®n las tres lenguas del pa¨ªs, cuesti¨®n especialmente sensible desde el punto de vista pol¨ªtico e indispensable para una digna actuaci¨®n en numerosos actos oficiales. Hasta 1991 hab¨ªa pocas dudas sobre su futuro, resguardado por la ley s¨¢lica, que imped¨ªa el acceso a la sucesi¨®n de las mujeres, y en concreto de su hermana Astrid, nacida en 1962.
En dicha fecha, la Constituci¨®n incorpor¨® la igualdad de derechos de sucesi¨®n y apareci¨® una nueva posibilidad: la de una reina joven, guapa, madre de familia, moderna e inteligente al decir de muchos belgas, y capaz de expresarse y sentirse perfectamente c¨®moda en una conversaci¨®n con cualquiera de sus conciudadanos.
Astrid I est¨¢ casada con el archiduque Lorenzo de Austria-Este y tiene tres hijos -Amadeo, Mar¨ªa Laura y Joaqu¨ªn- que asegurar¨ªan sobradamente la continuidad, aunque su acceso al trono llevar¨ªa en potencia a un cambio de casa din¨¢stica.
Los ya pr¨ªncipes reales Amadeo, de siete a?os, y Mar¨ªa Laura, de seis -Joaqu¨ªn, de dos a?os, no lo es todav¨ªa-, pertenecen a la casa de Habsburgo y no a la de Sajonia-Coburgo-Ghota, como los cinco monarcas que han reinado hasta ahora y el que va a ahora hacerlo dentro de unos d¨ªas.
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