"Har¨¦ una pel¨ªcula sobre esta enfermedad"
El cineasta italiano Federico Fellini ingres¨® en el hospital de Rimini el 3 de agosto a causa de un ataque cerebral. Se lleg¨® a temer por su vida. El martes pasado, los m¨¦dicos dijeron que ya estaba fuera de peligro, y el mi¨¦rcoles quiso recibir a unos pocos periodistas. "Har¨¦ una pel¨ªcula sobre esta enfermedad", les dijo.
"Har¨¦ una pel¨ªcula sobre esta enfermedad. Es el ¨²nico modo de que tenga sentido". Federico Fellini est¨¢ mejor. Su mirada ya no esa mirada perdida y apagada que han captado los fot¨®grafos hace nueve d¨ªas. En su rostro ya casi no hay se?ales de la par¨¢lisis que le hab¨ªa bloqueado la parte izquierda del cuerpo. Incluso se ha sentado ya en la cama, ayudado por Dorina, la enfermera rumana de 20 a?os, casada desde hace tres con un chico de Rimini, a la que Fellini define como "un angelito que parece salido del pincel de Benozzo Gozzoli". Piensa tambi¨¦n en ella el gran cineasta, mientras repasa junto con unos pocos cronistas, el amarcord (en espa?ol significa me acuerdo) de nueve d¨ªas de sufrimiento en esa cama del hospital. Cuando Federico Fellini deje el hospital de Rimini para empezar su convalescencia, se celebrar¨¢ una gran fiesta en Riccione, en la Roma?a, convocada por el Comit¨¦ Pro Fellini de Rimini, integrado por 15 personalidades de Rimini, que se constituy¨® inmediatamente despu¨¦s de su urgente hospitalizaci¨®n. El comit¨¦ prev¨¦ exhibir de forma continua todas las pel¨ªculas de Fellini y se expondr¨¢n sus dibujos y su obra en prosa y poes¨ªa. Pero a¨²n falta algun tiempo para la gran fiesta. Los m¨¦dicos dicen que quiz¨¢ tardar¨¢ 15 d¨ªas en tener el alta. Mientras llega ese momento, en esta habitaci¨®n de nueve metros cuadrados, con un peque?o ba?o privado y una ventana desde la que ve su Rimini, Fellini dialoga con ese mundo con el que nunca ha interrumpido, ni siquiera un d¨ªa, la comunicaci¨®n. Lo primero que llama la atenci¨®n es un crucifijo sobre la ¨²nica cama en el centro de la habitaci¨®n y un aparato para el aire acondicionado bajo la ventana. Ahora est¨¢ apagado, pero hace una semana, en el momento m¨¢s cr¨ªtico de la enfermedad, fue de gran alivio para el Maestro.Hace un d¨ªa estupendo y Fellini se siente con ganas de contestar a algunos de esos periodistas que desde hace m¨¢s de una semana deambulan por los alrededores de su habitaci¨®n. Conoce sus cr¨®nicas. Ha pedido que se las leyera a su amigo Luigi Titta Benzi, el viejo compa?ero de colegio, al que ¨¦l, apodado Gandhi, llamaba Grandull¨®n,
Pregunta. ?Qu¨¦ sorpresas nos reserva cuando vuelva a trabajar?
Respuesta. Ya no ser¨ªan sorpresas si se las anticipara.
P.Hagamos un amarcord de estos d¨ªas. ?Cu¨¢l es su primer recuerdo?
R.El sonido de una sirena que iba apag¨¢ndose y despu¨¦s una cara ancha con una visera que en mi dialecto inconfundible preguntaba: "?Qu¨¦ es lo que ha hecho?"
P.?Qu¨¦ personajes entrar¨ªan en esta historia?
R.Protagonista: un director de cine que ha superado los setenta y que no se esperaba una frenazo tan brusca. Su mujer. Un mont¨®n de viejos amigos y algunos nuevos. Un estupendo coro y de m¨¦dicos y enfermeros.
P.?Qu¨¦ escenas quisiera conservar en la memoria?
R.Todas las que conciernen a una deliciosa enfermera rumana que se llama Dorina. Su belleza y gracia celestial me han hecho creer con frecuencia que he estado en otra parte durante los d¨ªas de mi enfermedad.
P.?Ha interpretado bien su papel de enfermo?
R.Si no he estado a la altura de las circunstancias, tengo como justificaci¨®n el hecho de que es la primera vez.
P.?Ha sentido alguna vez miedo?
R.La otra noche, cuando mi amigo Titta, un blasfemo convencido, me ha dicho, despu¨¦s de un par de suspiros, Federico: "He rezado por t¨ª".
P.?Q¨²e significa para usted el hospital?
R.Podr¨ªa, o por lo menos deber¨ªa ser una ocasi¨®n excelente para reflexionar y hacer proyectos.
P.?Una enfermedad puede inspirar una pel¨ªcula?
R.No s¨®lo puede, debe. Porque es la ¨²nica forma de justificarla.
P.?Ha llegado hasta su habitaci¨®n el calor y el afecto del mundo?.
R.S¨ª. Sobre todo gracias a la extenuante, confiada y tenaz constancia de ustedes los periodistas en espera de una buena noticia. Me sent¨ªa comprometido a no desilusionarles y a recuperarme r¨¢pidamente.
P.Qu¨¦ es para usted la oraci¨®n?
R.Un modo muy racional e inteligente para depositar en el suelo un equipaje pesad¨ªsimo y pasar a otro el peso de las angustias y de las dudas.
P.?Ha pensado alguna vez en Dios?
R.Yo me pregunto: ?Es posible no pensar en Dios?
P.?Es verdad que quiere volver a vivir en Rimini?
R.?Y qui¨¦n fantasea con poder volver a empezar todo desde el principio?
P.?Qui¨¦n ha tenido mayores m¨¦ritos en su curaci¨®n: los m¨¦dicos, las enfermeras o las avemar¨ªas?
R.Ya que me considero desde siempre un hombre con suerte, pienso que todos estos componentes se han entrelazado de forma complementaria para llegar a un final feliz.
P.?Cu¨¢l es el deseo m¨¢s bonito que ha recibido?
R.Bueno... Todos quienes me han escrito, telegrafiado o se han asomado al umbral de mi habitaci¨®n para mostrarme su afecto y solidaridad quisieron expresar el deseo m¨¢s bello.
P.?Qu¨¦ le gustar¨ªa decir a todos aquellos que admiran su cine?
R.Que deseo ofrecerles otras ocasiones para que sigan admirando mi cine. Y ahora, perdonadme, gracias una vez m¨¢s por vuestra simpat¨ªa y no hag¨¢is que me averg¨¹ence demasiado de lo que he dicho.
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