Goteo de estrellas
La espectacular lluvia de meteoros prometida por los astr¨®nomos decepciono a miles de personas en todo el mundo
Las predicciones eran tan espectaculares que hasta el lanzamiento del transbordador espacial norteamericano Discovery fue retrasado por si acaso hab¨ªa problemas con tal aluvi¨®n de part¨ªculas cerca de la Tierra. El pretexto para pasar una noche de agosto distinta estaba tan claro que cientos de miles de personas en todo el mundo salieron de sus casas para mirar al cielo y ver, en torno a las tres de la madrugada de ayer (hora pe ninsular espa?ola), una m¨¢gica lluvia de estrellas. Iba a ser la mejor oportunidad en 135 a?os para perseguir estrellas. Pero el diluvio se qued¨® en goteo y mucha gente se volvi¨® a sus casas dudando que sea cierto eso de que la ciencia avanza que es una barbaridad. Ni siquiera el Discovery despeg¨® al final. La operaci¨®n fue suspendida, por problemas t¨¦cnicos, tres segundos antes del 0 de la cuenta atr¨¢s.La larga cola de coches que circulaba lentamente, a primera hora de ayer, por m¨¢s de 40 kil¨®metros de carretera que separan las cumbres de Iza?a de La Laguna, sede, del Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias, en Tenerife, explica que una parte considerable de la poblaci¨®n insular no durmi¨® para ver la lluvia de estrellas. En las Monta?as Negras de Iza?a, a 2.200 metros de altitud, los expedicionarios compartieron horas de inquietud hasta localizar, detr¨¢s de la calima sahariana y las nubes, la constelaci¨®n de Perseo. Al final, pocos quedaron satisfechos.
En el coraz¨®n de Madrid no hubo lluvia de estrellas sino un conato de tormenta de verano. En el aparcamiento de veh¨ªculos pr¨®ximo a la cumbre de Navacerrada se concentraron varias pandillas de j¨®venes para presenciar el movimiento c¨®smico, pero el cielo s¨®lo devolv¨ªa rel¨¢mpagos.
El desencanto no ten¨ªa l¨ªmites. Tambi¨¦n invadi¨® a miles de barceloneses -unos 30.000, seg¨²n la Guardia Urbana- que acudieron a la monta?a de Montj¨¹ic y al Tibidabo para ver mejor las previsiones de los astr¨®nomos. La expectaci¨®n fue tan enorme que en la sierra de Collserola, que domina la ciudad de Barcelona, se formaron largas caravanas de coches. Pero la contaminaci¨®n y las luces de la ciudad eclipsaron el espect¨¢culo. "Esto ha sido un timo. Ya no vendr¨¦ m¨¢s", dijo una joven, que s¨®lo alcanz¨® a ver un par de estrellas fugaces.
El Servicio de Efem¨¦rides del Observatorio de La Marina de San Fernando (C¨¢diz) contabiliz¨® la entrada en la atm¨®sfera terrestre de entre 40 y 70 fragmentos por hora en el momento de mayor intensidad del fen¨®meno, hacia las tres de la madrugada. "Una cifra decepcionante", reconoci¨® el jefe del departamento, el capit¨¢n Juan Carlos Comas. En la Comunidad Valenciana, la mayor concentraci¨®n de gente se produjo en la localidad de Aras de Alpuente (Castell¨®n), donde la Associaci¨® Valenciana d'Astronomia reuni¨® a mil p ersonas en torno a una ermita.
Al sur de Francia, testigos oculares aseguran haber contabilizado 330 estrellas en s¨®lo una hora, en torno a las cuatro de la madrugada. El baile de datos se debe a las circunstancias atmosf¨¦ricas; porque, objetivamente, lo que cay¨® cay¨® en igual cantidad para todos. La lluvia de estrellas fue incluso m¨¢s decepcionante en EE UU, informa Reuter. "No es nada del otro mundo. No se ve nada", dijo Anthony Pezzullo, uno de los muchos neoyorquinos que fue a Bear Mountain para observar el fen¨®meno. Despu¨¦s de ver dos meteoros, coment¨® que seguir¨ªa al sereno hasta que se bebiera las seis cervezas que se hab¨ªa llevado.
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