Angie
-?Qu¨¦ piensas de ti?
-Que tengo muy mal genio, que soy muy fea, muy pecadora, porque en la Biblia estar con una mujer es pecado. Pero a m¨ª no me gustan los hombres, qu¨¦ le voy a hacer. Yo soy lesbiana de nacimiento, no de vicio.
Muchas veces me han preguntado por el personaje que m¨¢s me ha impresionado de todos los que he entrevistado en mi vida. La respuesta no es f¨¢cil, son tantos... Uno de ellos podr¨ªa ser esta mujer, seg¨²n ella, fea, lesbiana de nacimiento y alcoh¨®lica, a la que conoc¨ª hace tiempo en el hospital Psiqui¨¢trico de Miraflores, donde lleva internada alrededor de 15 a?os. Se llama Evangelina Cicilia Morales, aunque prefiere que la llamen Angie.
Angie, s¨²bdita americana por azares de su azarosa y dura vida, naci¨® en Tenerife hace 61 a?os. Su madre, prostituta de oficio, la abandon¨® cuando ten¨ªa apenas cinco meses.
-Se qued¨® con tres hijas y un hijo, y abandon¨® a dos hermanas m¨ªas y a m¨ª. A m¨ª me parti¨® la espalda y me meti¨® en un cubo. Pasaron unos misioneros evang¨¦licos, me oyeron llorar y me llevaron a una cl¨ªnica y me criaron con biber¨®n. Yo los quiero much¨ªsimo.
-T¨² tambi¨¦n quisiste ser misionera.
-S¨ª, para eso estudi¨¦ en un internado en Cincinnatti, Ohio. Pero como soy lesbiana, no de vicio sino de nacimiento, me sorprendieron con la secretaria de la directora, y me echaron.
-Te gustan las mujeres.
-Me encantan las mujeres, y me encantan las viejas m¨¢s que las j¨®venes, pero no le falto el respeto a ninguna. Ni las toco, ni las manoseo, ni nada. Ahora, si me dan pie, lo cojo. Igual que un hombre. Si a un hombre le dan pie, lo coge.
-?Te enamoras lo mismo de un hombre que de una mujer?
-No, de un hombre nunca.
-Sin embargo, te casaste dos veces en Am¨¦rica.
-Con el primero me cas¨¦ por inter¨¦s, para salir de las faldas de mis padres, porque para ellos todo era pecado.
En su vida hay como una especie de 'fatum' que la ha llevado por los m¨¢s siniestros laberintos: abandono, alcohol, prostituci¨®n, amor prohibido, manicomios, c¨¢rceles...
-?A qu¨¦ se dedicaba tu primer marido?
-Era predicador. De mi primer marido me separ¨¦ porque no ten¨ªa una gorda y yo ya estaba harta de mantenerlo.
-?Y el segundo?
-Era boxeador. El segundo me quer¨ªa much¨ªsimo, pero beb¨ªa m¨¢s que yo.. Me pegaba. Ya no pienso casarme m¨¢s, porque a mi los hombres no me gustan, nunca me han gustado. Tengo a mi querida en el psiqui¨¢trico; la quiero much¨ªsimo. Llevo 15 a?os con ella. Antes hac¨ªamos el amor, siempre respetando el psiqui¨¢trico, y nos ¨ªbamos a un hostal, pero como dice que es muy vieja, y yo tambi¨¦n lo soy -tiene 69 a?os y yo 61-, pues ya no tenemos ganas. Pero, de vez en cuando, le digo: "Aurora, v¨¢monos, aunque no hagamos el amor; por lo menos, acostarnos juntas, acariciarnos". Pero no quiere, se ha vuelto muy vaga, no quiere moverse ya... Pero como la quiero con locura, pero mucho, mucho, nunca re?imos ni nada. Y antes, cuando beb¨ªa, le sacaba mucho dinero, porque ella no bebe ni nada, es muy ahorrativa, y todo lo que le pido me lo da.
-?Y si no te gustan los hombres, c¨®mo ... ?
-Emborrach¨¢ndome, porque para estar con mi primer marido, ten¨ªa que hacer el papel. Y con el segundo peor todav¨ªa, porque era boxeador y me sobaba y ten¨ªa que beber con ¨¦l. Cuando me cort¨¦ las venas, porque yo me cort¨¦ las venas en Am¨¦rica, me ingresaron mis padres adoptivos en el psiqui¨¢trico, y fue all¨ª donde me cas¨¦ con mi segundo marido.
-?Cuando estabas con un hombre no sent¨ªas nada?
-Nada, me daba asco. No quiero ofenderte, pero qu¨¦ culpa tengo yo, es que me daba asco.
Antes de casarse, o estando ya casada con su primer marido, el predicador, puso una casa de putas en Estados Unidos, y, al parecer, gan¨® mucho dinero hasta que los vecinos la delataron.
-Vino la polic¨ªa sin m¨¢s ni m¨¢s.
-?Aqu¨ª has estado en la c¨¢rcel?
-S¨ª, pero ni por robar, ni por matar. Estuve en Pamplona. Ese d¨ªa la polic¨ªa me cogi¨® 20 veces, y ya estaba yo tan harta y tan agobiada, se me hab¨ªa acabado el dinero y todo, que me dijo el comisario: "Angie, ?qu¨¦ hacemos contigo?". Por m¨ª, lo que ustedes quieran. Y me ech¨® la ley de vagos y maleantes. Cumpl¨ª me parece que eran cuatro meses. En la c¨¢rcel daba clases de ingl¨¦s a unas se?oritas. Y fui tan idiota que me enamor¨¦ de una mujer y le compr¨¦ un piso y lo puse a su nombre, y despu¨¦s me ech¨® del piso y se busc¨® otra mujer.
-?Por qu¨¦ te echaron de EE UU?
-Por alcoh¨®lica.
-?Echan a los alcoh¨®licos?
-Por prostituta, por mujeriega, por todo.
-?Recuerdas tu primera gran borrachera?
-En Am¨¦rica. Cog¨ª una tajada de miedo. Romp¨ª los vasos de la barra, pegu¨¦ dos hostias a dos hombres que hab¨ªa all¨ª, una patada en los huevos a otro... La li¨¦, porque si me dejan beber tranquila y nadie se mete conmigo, me aguanto, porque gracias a Dios yo todav¨ªa tengo educaci¨®n.
-?Odias la bebida?
-Me gustar¨ªa, pero no la odio.
-?Bebes para. olvidar?
-Siempre para olvidar.
-?Olvidar qu¨¦?
-Mi vida, el psiqui¨¢trico, mis hijos. Mis hijos no, porque los quiero. Me cort¨¦ las venas cuando me quitaron a mis hijos, y los quer¨ªa much¨ªsimo, ni siquiera s¨¦ si est¨¢n adoptados ni d¨®nde.
-?No sabes nada de ellos?
-Nada de nada. Tengo tres hijas y un hijo. A lo mejor soy abuela y no lo s¨¦. Los quiero, soy una madre.
-?Por qu¨¦ te los quitaron?
-Por la bebida, pero jam¨¢s los dej¨¦ solos. Siempre buscaba una ni?era para que los atendiera.
-?Te sientes sola?
-S¨ª, muy sola, y estoy hart¨ªsima del sanatorio. Pero ?ad¨®nde voy a ir?
Su vida tiene algo de tragedia griega, hay como una especie de fatum, de destino implacable que, desde el principio, parece disfrutar llev¨¢ndola por los m¨¢s siniestros laberintos: abandono, alcohol, prostituci¨®n, amor prohibido, manicomios, c¨¢rceles... Y, sin embargo, a pesar de todo, siempre que hablo con ella consigue conmoverme esa inocencia ¨²ltima que nada ni nadie ha conseguido arrebatarle.
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