Jon Id¨ªgoras
Culpable o no, me dispon¨ªa a escuchar a un hombre, y no ignoraba que el mayor riesgo de la entrevista radicaba en presentarlo precisamente como un ser humano
-?Usted colabora con ETA?-No se lo voy a decir, porque, naturalmente, si colaborase con ETA y me lo demostrasen no estar¨ªa hablando con usted.
Contra la opini¨®n de quienes sosten¨ªan que a tipos as¨ª era preferible no darles cancha, decid¨ª entrevistarlo. Si era un asesino, como algunos pensaban, quer¨ªa saber por qu¨¦. Si no lo era, me parec¨ªa justo que se explicara p¨²blicamente. Culpable o no, me dispon¨ªa a escuchar a un hombre, y no ignoraba que el mayor riesgo de la entrevista radicaba en presentarlo precisamente como un ser humano.
-Se prefiere presentar a Jon Id¨ªgoras con el aspecto de un animal, de burro, de insensible.
-De asesino repulsivo, que presentar el perfil de un hombre, que eso me considero, que no ha conocido m¨¢s que dolor y miseria desde que naci¨®, que ha tenido pocas relaciones familiares, que no ha tenido posibilidades de estudiar, Y que ha rodado de c¨¢rcel en c¨¢rcel y de comisar¨ªa en comisar¨ªa, precisamente militando, primero, para devolver la dignidad a los trabajadores, y luego para recuperar los derechos de nuestro pueblo, de la manera m¨¢s pac¨ªfica. No he cogido nunca una pistola.
-?Y qu¨¦ piensa del que la coge?
-Pienso que el que coge una pistola no la coge por gusto, a no ser que sea un mercenario.
La entrevista se emiti¨® finalmente, y pude comprobar que lo que m¨¢s parec¨ªa haber herido la sensibilidad de algunos de los espectadores que se me acercaban era que Id¨ªgoras, el supuesto colaboracionista de ETA, el animal, el burro insensible, les hubiera emocionado recordando una nana en euskera, como las que le cantaban su abuela o su madre en el caser¨ªo de Amorebieta en el que naci¨® el 3 de mayo de 1936.
Jon Id¨ªgoras se considera un producto t¨ªpico de la guerra del 36, y, por tanto, sujeto a todas las condiciones que la guerra impon¨ªa a aquellas generaciones de vascos comprometidos: c¨¢rcel, persecuci¨®n, destrucci¨®n de la cultura, exilio.
Estuvo en la c¨¢rcel en los a?os 1958, 1968 y 1972. Permaneci¨® en el exilio desde 1974 hasta 1977. Volvi¨® a la c¨¢rcel en 1979. Durante la democracia ha estado dos veces m¨¢s en prisi¨®n. En la actualidad tiene pendientes 14 juicios por delitos de opini¨®n. Ha sufrido, cuando menos, tres atentados, el m¨¢s grave el del hotel Alcal¨¢, donde fue asesinado Josu Muguruza e I?aki Esnaola sufri¨® graves heridas.
-?Est¨¢ dispuesto a morir por su tierra?
-Yo no tengo m¨¢s que un pellejo de 56 a?os, que lo quiero un mont¨®n, y llegado el momento no s¨¦ qu¨¦ elegir¨ªa.
-?Usted no es violento?
-Yo no soy violento, y, la verdad sea dicha, es que pocas veces he practicado la violencia. Yo entiendo que las violencias no tienen ning¨²n objeto ni deben tener ninguna cabida en una sociedad racional.
Me pregunto qu¨¦ pensar¨¢ ?TA, la m¨¢s negra imagen de la violencia en Espa?a -_pienso en las v¨ªctimas del ¨²ltimo atentado, pensar en todas ser¨ªa descorazonador, y en el ingeniero Julio Iglesias, ¨²ltimo secuestrado-, ante declaraciones de este tipo, no salidas de labios enemigos, sino de supuestos aliados.
-?Nunca le ha dicho HB a ETA d¨®nde vais con ese horror?
-HB dice p¨²blicamente lo que es necesario decir. ETA es una organizaci¨®n armada, una organizaci¨®n pol¨ªtica que sabe perfectamente lo que es este horror. Yo estoy convencido de que es la primera que es consciente de este horror que estamos viviendo, y, por tanto, creo que sobran recomendaciones. Somos todos mayores de edad y sabemos lo que queremos, de la misma forma que el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez sabe perfectamente bien cu¨¢les son las claves a trav¨¦s de las que se puede solucionar el tema.
Id¨ªgoras se confiesa amante de la naturaleza y enemigo de las alambradas, ante las que siente la tentaci¨®n de cortarlas.. Aunque la ha practicado, la caza le parece una bestialidad, y reconoce que se arregla mejor con la mayor¨ªa de los animales que con la mayor¨ªa de los hombres. Aun as¨ª, en su juventud so?¨® con la gloria de los toros y hasta lleg¨® a torear varias becerradas. Le recuerdo que eso de los toros es muy espa?ol.
-Y muy vasco.
-Id¨ªgoras no es un nombre muy taurino. ?C¨®mo le llamaban?
-Morenito de Gane, que es el barrio donde nac¨ª.
Entre los espa?oles que admira, Pablo Picasso, Pasionaria, los hermanos ?lvarez Quintero o Garc¨ªa Lorca -"me ha entusiasmado siempre la poes¨ªa, la poes¨ªa ha sido uno de mis fuertes"-, Figura precisamente un torero, Rafael Guerra.
-Es aqu¨¦l que dec¨ªa aquello de que "lo que no puede ser, no puede ser y adem¨¢s es imposible".
-?Es eso lo que les est¨¢ pasando a ustedes?
-No, no es imposible.
-?Cu¨¢ntos tienen que morir para que, sea posible?
-La verdad es que da escalofr¨ªos simplemente el pensar que el pago de la soberan¨ªa est¨¢ en el n¨²mero de muertos que tenga que haber. A m¨ª me da p¨¢nico el pensar que podamos ser tan burros, que el Estado sea tan intransigente y tan cafre, que valore que la soberan¨ªa de un pueblo est¨¢ en funci¨®n de *la cantidad de muertos que est¨¢n sobre la mesa. No puedo aceptar, me rebelo contra esa idea.
-Pero ?cu¨¢ndo terminar¨¢ ETA?
-El problema no es ETA.
-?Cu¨¢ndo terminar¨¢n los tiros?
-El problema es lo que subyace detr¨¢s de ese movimiento de respuesta. En estos momentos, ETA es la manifestaci¨®n m¨¢s violenta y quiz¨¢ m¨¢s dolorosa del enfrentamiento con el Estado. Pero, evidentemente, detr¨¢s de esa manifestaci¨®n de violencia existen otro tipo de manifestaciones en el Pa¨ªs Vasco, que el Gobierno se niega constantemente a atender. Y ETA s¨®lo va a desaparecer en el momento que el Estado, de una vez por todas, diga: las violencias deben superarse en funci¨®n de que el, Estado espa?ol, por los m¨¦todos pac¨ªficos democr¨¢ticos, por articulaciones de ley, por modificaciones de la Constituci¨®n, o por no s¨¦ qu¨¦ v¨ªas, haga un reconocimiento expreso de que el pueblo vasco, o cualquier otro pueblo, tiene perfecto derecho a elegir su futuro libremente.
-??se es el fondo de la cuesti¨®n?
-Es la columna vertebral, que a un pueblo se le impide que pueda ejercer un derecho mundialmente reconocido, hasta en la Carta de las Naciones existe, y que ¨²ltimamente, por ejemplo en Europa, ya hay pa¨ªses emergentes que lo han ejercido de una manera absolutamente pac¨ªfica.
-??se es el precio de la paz?
-El precio de la paz est¨¢ en que no haya vencedores ni vencidos, est¨¢ en que Jon Id¨ªgoras Erricabeitia pueda ser ciudadano vasco, cuando la mayor¨ªa del pueblo vasco, por libre determinaci¨®n, as¨ª lo decida.
Antes de cerrar este recuerdo del personaje quise ponerme en contacto con Id¨ªgoras para saber si quer¨ªa a?adir algo o si su pensamiento hab¨ªa cambiado en alg¨²n punto, pero no fue posible. Me habr¨ªa gustado preguntarle algunas cosas: ?Por qu¨¦ tiene que pagar el mantenimiento de ETA un empresario vasco que odia la violencia? ?Qu¨¦ le dice un lazo, en forma de A de askatu en una solapa? ?Cree usted, como KAS, que ETA es imprescindible en el proyecto pol¨ªtico de la izquierda abertzale? ?Por qu¨¦ no se puede defender pol¨ªticamente lo que se pretende defender con las armas? ?Qu¨¦ o qui¨¦n lo impide? Ante una manifestaci¨®n multitudinaria y silenciosa de hombres y mujeres vascos que condenan la violencia, ?no duda nunca? ?Se siente cada d¨ªa m¨¢s aislado y s¨®lo pol¨ªticamente? La respuesta, de momento, est¨¢ en el viento.
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