Fredericks da el primer t¨ªtulo de velocidad a ?frica
El namibio vence en los 200 metros y acaba con la hegemon¨ªa de Carl Lewis
El namibio Frankie Fredericks conquist¨® el primer t¨ªtulo de velocidad en la historia de ?frica. Venci¨® en la prueba de 200 metros y cerr¨® definiti vamente la larga hegemon¨ªa de Carl Lewis. El atleta estadounidense corri¨® con orgullo y clase, pero le falt¨® la fluidez de los viejos tiempos. Su batalla y la del brit¨¢nico Regis oblig¨® a Frede ricks a conseguir una marca extraordinaria: 19.85 segundos. El cambio de testigo ha ca¨ªdo en manos de un atleta similar. Cadencioso y lleno de estilo, Fredericks representa el triunfo de la naturalidad. Es atleta de clase, ligero. Fredericks representa la regeneraci¨®n en el atletismo. Tiene 25 a?os y un potencial ilimitado. Es el tipo de velocista que necesita el circuito para renovarse.
El dominio de los atletas veteranos hab¨ªa puesto en cuesti¨®n el talento de las j¨®venes generaciones, un bloqueo dictado por Lewis y Christie, dos hombres por encima de los 30 a?os.Para Lewis representaba la ocasi¨®n de redimir su carrera de 100 metros, donde no alcanz¨® medalla alguna por primera vez en su vida. El tama?o de su car¨¢cter se observ¨® ayer. Lewis ha entrado en el crep¨²sculo de su vida como atleta, pero todav¨ªa es capaz de encontrar algo de pe tr¨®leo en los grandes momentos. Hab¨ªa corrido de manera irregular en las series, con la incosistencia que le eliminaba de los pro n¨®sticos. Lewis sufr¨ªa a la vez su largo abandono de la prueba y el efecto de la edad. Dej¨® una imagen espl¨¦ndida en los series y le vant¨® dudas en las semifinales. Si quer¨ªa derrotar a Lewis necesita ba algo m¨¢s que una buena carrera. Ten¨ªa que desplegar la imagen imperial de sus a?os buenos, cuando cerraba los 200 me tros en 19.80 segundos. El reto era imposible. Pero Lewis lo in tent¨® hasta el final.
Especialista en media pista
Fredericks es un atleta que cumple a la perfecci¨®n el papel de es pecialista en la media pista. Le falta el punto fiereza en la salida para competir con Christie y Cason en los 100 metros. Su imagen de marca es esa progresi¨®n suave y ligera, con las rodillas alt¨ªsmas y la figura estilizada. Es la ele gancia que ha caracterizado a Lewis, De Loach o el gran Tommie Smith. Fredericks es de su estirpe.El ¨ªmpetu del brit¨¢nico John Regis y la ambici¨®n de Lewis pusieron las bases de la carrera. Re gis, un atleta compacto como un bloque de acero, corri¨® como un vendaval la curva. Estaba decidido a poner cara la victoria. Su es tilo es tosco, sin ning¨²n asomo de la gracia que acompa?a a Fredericks y Lewis. Tira y muere. Puede ser a los 150 metros o a los 190. Nadie lo sabe. Si le dura la cuerda hasta los 200, es capaz de batir a todo el mundo.
Fredericks tom¨® nota y le busc¨®. Sab¨ªa que era la liebre buena. Generalmente el atleta namibio es m¨¢s especulativo. Se fia de su fortaleza en la segunda parte de la prueba para batir a sus adversarios. Esta vez se lanz¨® a la aventura desde el primer me tro. Por el exterior de la curva, Lewis tambi¨¦n viajaba a toda m¨¢quina. La guerra estaba bien marcada: Regis morir¨ªa con todo, mientras Fredericks y Le wis hurgar¨ªan en su reservas para cambiar el ritmo. Lewis lo intent¨®, pero no pudo. Con el orgullo de los viejos guerreos, se resisti¨®. a aceptar la derrota. Era imposible. Por el centro, Fredericks comenz¨® a abrir la zancada, siempre limpia. Regis comenz¨® a acorcharse ante el namibio y a la derecha Lewis se crispaba. La carrera ten¨ªa due?o. Era Frankie Fredericks, el hombre que abre Andr¨¦s Mar¨ªn una nueva puerta en el atletismo. Africa tambi¨¦n galopa.
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