"El v¨ªdeo del ataque al 'ertzaina' marcar¨¢ un antes y un despu¨¦s"
El maximo representante judicial en Euskadi considera que los jueces deben ser, por encima de todo, "pacificadores" en una sociedad polarizada por la vio lencia como es la vasca, en la que "quiz¨¢ sea un poco m¨¢s dif¨ªcil ser independiente". Pregunta. ?Cree que un v¨ªdeo puede tener consecuencias futuras en la calificaci¨®n de las agresiones a los ertzainas?
Respuesta. Bueno, una imagen vale m¨¢s que mil palabras. Por qu¨¦ vamos a enga?arnos, la fuerza y elocuencia de las im¨¢genes a veces puede ser poderosa y mucho m¨¢s eficaz y contundente que un discurso. Sobre todo porque no es lo mismo relatar con la palabra un suceso as¨ª que acompa?arlo con las im¨¢genes de lo que fue una agresi¨®n salvaje. Dicho esto, no creo que se trate de un momento de ruptura, aunque, quiz¨¢, s¨ª pueda marcar un antes y un despu¨¦s, llevando al ¨¢nimo de la sociedad una mayor predisposici¨®n a valorar m¨¢s que antes estos sucesos.
P. Respecto a las instrucciones del fiscal general del Estado, Eligio Hernandez, ?comparte su filosof¨ªa de endurecer al m¨¢ximo las peticiones fiscales de pena?
R. Si se quiere decir que hasta ahora ha habido una cierta blandura o falta de firmeza en las actuaciones judiciales de los ¨®rganos residenciados en el Pa¨ªs Vasco, tengo que decir que la actuaci¨®n ha sido razonable, aun admitiendo la existencia de incorrecciones. Ahora, si lo que quiere decir es que habr¨ªa que agravar estas conductas en el futuro, desde un punto de vista procesal, para ser m¨¢s rigurosos, pues entiendo que no. Con aplicar correctamente la ley, pero sin ensa?amiento, es suficiente. M¨¢s importante que ser riguroso con las penas es que la pol¨ªtica penitenciaria sea eficaz en su objetivo de la reinserci¨®n.
P. Entonces, ?donde est¨¢ el l¨ªmite? Porque frente al encarcelamiento s¨®lo est¨¢ la libertad.
R. ?Y usted cree que con penas privativas de libertad eso se corrige? Yo no lo s¨¦. Seguramente, es un fen¨®meno muy complejo que hace que el juez baile siempre en el filo de la navaja. Hay factores culturales, trabajo, familia, ideas pol¨ªticas que hay que tener en cuenta. Porque, en definitiva, las personas resultan con una determinada actitud ante la vida como consecuencia de todo ello. Hay que tener en cuenta que la finalidad es la reinserci¨®n social. Si va a cumplir la funci¨®n constitucional de la reinserci¨®n, el juez debe de ser por encima de todo un pacificador.
P. Estos j¨®venes no act¨²an de manera espont¨¢nea, sino siguiendo las instrucciones del discurso de ETA y KAS. ?Qu¨¦ peso cree que debe tener este hecho para un fiscal?
R. Debe de ser sensible a ello, porque est¨¢n en juego valores democr¨¢ticos. El Estado de derecho no puede estar inerme ante cualquier ataque. Y debe luchar para que sus valores puedan ser efectivos. Desde mi punto de vista, la violencia no resuelve los problemas de divergencia de opini¨®n como consecuencia del pluralismo. Los fiscales y jueces deben tener, pues, en cuenta esto. Su actitud no puede ser neutral.
P. ?Es posible ser independiente en la sociedad vasca?
R. A lo mejor es un poco m¨¢s dif¨ªcil, pero yo creo que s¨ª. Yo afirmo que el juez en esta sociedad es, por lo menos, igual de independiente que en cualquier otro lugar de Espa?a. No tengo datos ni la sensaci¨®n de que las cosas sean distintas que en otros lugares. Es un poco m¨¢s dif¨ªcil, pero tambi¨¦n hay otras presiones; son las reglas del juego. Frente a esas presiones, el juez y el fiscal est¨¢n arropados por su propio colectivo. Creo que estamos perfectamente integrados en la sociedad.
P. Hablando de presiones, ?entiende que la denunciada pasividad de los fiscales puede ser fruto de presiones de los abogados de HB?
R. Que yo sepa, no.
P. ?C¨®mo interpreta que se retrasara varios d¨ªas la tramitaci¨®n en la Audiencia de San Sebasti¨¢n de una querella contra el presidente de la editora del diario Egin por los carteles amenazantes contra varios periodistas, o que a un joven que apedrea a un ertzaina a cuatro metros y le hiere en la cabeza s¨®lo le cueste 25.000 pesetas?
R. ?Y en otros sitios no hay sentencias llamativas? Podemos reconocer que puede existir el error, o que el juez durante el proceso ha llegado a la convicci¨®n honesta de que las cosas. son diferentes. Esos criterios de valoraci¨®n pueden no ser iguales en dos personas.
P. ?Dir¨ªa entonces que subsiste el miedo?
R. Hay momentos en que lo mismo que le pasa a la sociedad, a un m¨¦dico, a un industrial, que se muerden la lengua en un momento determinado, pues igual le puede pasar a un fiscal o a un juez. Pero sabemos que las presiones de muy distinta naturaleza forman parte de nuestro quehacer profesional.
P. ?Usted pedir¨ªa la pena m¨¢xima para Juan Luis Camarero, presunto instigador del ataque al ertzainza en Bilbao?
R. Puede que concurran circunstancias agravantes en ese caso. Quiz¨¢ por la gravedad, la impunidad, con que se hace, concurre tambi¨¦n un abuso de superioridad, un facilitamiento de la agresi¨®n, y que no hay riesgo de respuesta. A lo mejor ah¨ª el fiscal entiende que la concurrencia de esos factores justifica que la pena sea la m¨¢s elevada de las posibles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.