Toreo puro de Javier V¨¢zquez
J¨®dar / Ni?o de la Capea, Jesul¨ªn, V¨¢zquez
Cinco toros de J¨®dar y Ruchena (uno fue rechazado en el reconocimiento), chicos -tambi¨¦n cornalones- e inv¨¢lidos, excepto 6% con presencia y genio. 5% de Julio de la Puerta, con trap¨ªo, bravo y noble. Ni?o de la Capea: pinchazo, dos m¨¢s a paso banderillas, rueda de peones, pinchazo, golletazo atravesado a toro arrancado, rueda de peones y descabello (bronca); pinchazo, media trasera, rueda de peones y tres descabellos (pitos)
Jesul¨ªn de Ubrique: estocada trasera (oreja); aviso antes de matar, media atravesada baja, rueda de peones y descabello (oreja protestada). Javier V¨¢zquez: estocada trasera ladeada tirando la muleta (oreja); estocada tirando la muleta (dos orejas). V¨¢zquez y Jesul¨ªn salieron a hombros.
Plaza de Colmenar Viejo, 30 de agosto. Tercera corrida de feria.
Cerca del lleno.
Javier V¨¢zquez interpret¨® el toreo al natural seg¨²n dicen ahora que ni es ni puede ser, pero estaba claro que pod¨ªa ser y era, pues fue y lo hizo. No s¨¦ si me explico. Y mientras la afici¨®n se solazaba con el toreo que no puede ser pero es, los defensores del toreo que no es ni ser¨¢ jam¨¢s aunque lo hagan, se quedaban con un palmo de narices.Menuda emoci¨®n hubo en el sexto toro, de ¨¢spera condici¨®n, al que sac¨® Javier V¨¢zquez a los medios domin¨¢ndolo en los ayudados, y ya iniciaba la construcci¨®n de una faena cimentada en las m¨¢s puras esencias toreras, ech¨¢ndose la muleta a la izquierda para ejecutar en pureza el toreo al natural.
No era la constataci¨®n de los c¨¢nones lo que entusiasm¨® al p¨²blico. Mucha gente en la plaza ni habr¨ªa imaginado siquiera que pudiera haber c¨¢nones en el ejercicio del toreo. Era el propio resultado de ese ejercicio, la t¨¦cnica de parar, templar y mandar, la precisi¨®n para cargar la suerte y llevar al toro embarcado en los vuelos de la muleta, el valor sereno para esperar su retorno y volver a ganarle terreno en la ligaz¨®n del siguiente pase.
Todo eso, que ejecut¨® Javier V¨¢zquez en tandas sucesivas, abrochadas con el pase de pecho de cabeza a rabo, con afarolados o con trincherazos del m¨¢s a?ejo sabor, produc¨ªa en los tendidos un estremecimiento de angustia, pero tambi¨¦n una emoci¨®n est¨¦tica, no sabr¨ªa decirse en qu¨¦ medida cada porci¨®n de sentimiento, pues as¨ª es el toreo puro: espont¨¢neo, emotivo, dram¨¢ticamente bello, dificil de calibrar.
El toreo de hondura y ligaz¨®n y no s¨®lo en las suertes de muleta -en las de capa se emple¨® con variedad y arte- ya lo hab¨ªa ejecutado Javier V¨¢zquez en su toro anterior, mas ese se desplomaba. Los cuatro toros primeros padec¨ªan invalidez, y sus matadores les hicieron lo que saben y pueden. Ni?o de la Capea corri¨® la mano en series de derechazos a su primero, al otro no supo quitarle el gazapeo y acab¨® en ambos perdiendo. los papeles.
Jesul¨ªn peg¨® derechazos a destajo. Al quinto estuvo peg¨¢ndole derechazos ocho minutos de reloj. Se dice pronto. Cuando alguien se pasa ocho minutos pegando derechazos, o no torea, o el toro derechicizado es la quintaesencia de la bravura infinita. Ocurri¨® lo primero: que Jesul¨ªn no toreaba; antes bien, pegaba pases sin obligar ni ligar. Se los estuvo pegando a un bonito ejemplar de Julio de la Puerta cuya bravura depreci¨® el picador; y aunque el toro recargaba con fijeza, le hizo la carioca asesina, lo acorral¨® contra las tablas y all¨ª le meti¨® hierro, sin que nadie liberara al codioso toro de aquel salvaje atropello.
Penas de destierro taurino deber¨ªan castigar estas tropel¨ªas. Pero la fiesta ya no tiene ley, ni orden, ni concierto. Este es un melonar sin amo donde entra cualquiera a la rebati?a. Por eso cuando, rara vez, aparece un torero, y hace honor a su torer¨ªa, y tiene coraz¨®n para ejecutar el toreo puro, la afici¨®n se estremece, convencida de que esa tarde ha ido a los toros la Virgen de Lourdes. Con mant¨®n de Manila.
Babelia
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