Como enga?ar con n¨²meros
Algunos peri¨®dicos h¨²ngaros recibieron el pasado julio un informe elaborado por el Paul Lazarsfeld-Gesellschaft fur Sozialforschung (Viena) denominado Neue demokratien barometer. Puede presumirse que el mismo documento se habr¨¢ distribuido a muchos peri¨®dicos y otros medios de comunicaci¨®n de toda Europa. El informe divulgado, como sabemos por el pre¨¢mbulo, es el resultado de 1,1 una investigaci¨®n de un a?o, con una amplia base", y se supone que se?ala el "estado de ¨¢nimo predominante" en los llamados "Estados reformados" respecto a cuestiones econ¨®micas y pol¨ªticas. La referencia a una "investigaci¨®n con una amplia base" sugiere que el documento est¨¢ basado en los m¨¢s recientes hallazgos sociol¨®gicos y que lo que contiene es la pura verdad.Como la fe ciega en todo lo que se anuncia a s¨ª mismo como ciencia est¨¢ muy difundida, y pocos lectores, e incluso los redactores de todos esos peri¨®dicos que recibieron el Barometer, saben que todas y cada una de las cifras que se presentan en las ciencias sociales no son m¨¢s que un pu?ado de interpretaciones diversas, puede que el documento haya conseguido justo lo contrario de lo que pretend¨ªa: en lugar de orientar, podr¨ªa desorientar a los lectores y a la audiencia. Despu¨¦s del Barometer es necesario enviar una advertencia de otra meteorolog¨ªa pol¨ªtica: en sus excursiones pol¨ªticas, no se dejen guiar por los nuevos hallazgos de este Neue demokratien barometer (aunque el documento original pueda ser riguroso y estar bien fundado, ¨¦stas no son las caracter¨ªsticas del informe de 11 p¨¢ginas para consumo de los medios de comunicaci¨®n).
Prestemos atenci¨®n a un fragmento del informe, escogido al azar: "El 54% de todos los ciudadanos entrevistados en las nuevas democracias aprueba la actual democracia de sus respectivos Estados, mientras que alrededor del 34% rechaza el modelo pluralista de la democracia de partidos". ?Qu¨¦ nos dice esta frase? A pesar de las apariencias, absolutamente nada. Se nos informa de la opini¨®n del 54% y el 34% de "todos los ciudadanos entrevistados" en 1992, sin que nos den la m¨¢s ligera idea de qu¨¦ es lo que se les pregunt¨® ni de c¨®mo estaban redactadas las preguntas. Por ejemplo, ?qu¨¦ significa que el 54% "aprueba la actual democracia"? ?Est¨¢n de acuerdo con la pol¨ªtica de sus gobiernos, o, tal vez, a pesar de discrepar con esa pol¨ªtica, siguen prefiriendo un sistema democr¨¢tico? Nosotros, pobres legos, debemos dar por hecho que los expertos sab¨ªan lo que hac¨ªan, aunque no hayamos recibido ni siquiera una llave para abrir las puertas cerradas y enterarnos de los hechos y las interpretaciones ocultos tras las cifras huecas.
Tomemos, por ejemplo, Hungr¨ªa, un pa¨ªs que conozco bastante bien. Nuestro Barometer informa que "el statu quo democr¨¢tico es rechazado categ¨®ricamente ... en Hungr¨ªa (49%)". ?Me encanta ese 49%! El patinazo del Barometer, que no permite distinguir entre Gobierno y r¨¦gimen pol¨ªtico, al menos no en el informe, resulta rid¨ªculamente obvio. ?A qu¨¦ se refieren con lo del "statu,quo"? Si el Gobierno es el "st¨¢tu quo ", la situaci¨®n en esta pobre y nueva democracia es realmente grave: la mayor¨ªa de la poblaci¨®n estar¨¢ "insatisfecha" con el "statu quo". Al igual que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n del Reino Unido, por ejemplo.
La insatisfacci¨®n manifiesta con un Gobierno tambi¨¦n puede ser indicio de la fuerza de la democracia, como no hace mucho qued¨® demostrado en Francia. En el r¨¦gimen de Kadar, la gente nunca se hubiera atrevido a expresar su insatisfacci¨®n en un sondeo de opini¨®n. Tal vez pueda suponerse que, en el actual caso h¨²ngaro, la insatisfacci¨®n con el Gobierno tambi¨¦n indica una especie de decepci¨®n con la eficacia de las instituciones democr¨¢ticas. Pero aunque esto fuera cierto, dif¨ªcilmente podr¨ªa justificarse la borrosa y confusa afirmaci¨®n sobre "el categ¨®rico rechazo (49%) del llamado statu quo democr¨¢tico".
E inmediatamente despu¨¦s, otra sorpresa a¨²n mayor. El Barometer declara: "La nostalgia" por el PC alcanza su nivel m¨¢ximo en Hungr¨ªa (aprobaci¨®n del 66%)". No doy cr¨¦dito a lo que veo. Un 66% de nost¨¢lgicos del Gobierno del PC no es ninguna broma. Y es algo que se afirma de una poblaci¨®n que en el refer¨¦ndum de 1989 vot¨® en m¨¢s de un 99% a favor de la abolici¨®n de todas las instituciones pol¨ªticas de la Hungr¨ªa comunista, y de un pa¨ªs en el que, en las elecciones generales de 1990, el partido comunista no reconstruido, el MSZMP, obtuvo menos del 4% de los votos. Evidentemente, este pueblo est¨¢ loco. Pero no lo est¨¢; lo que pasa es que el Barometer es falso, no porque falsifique, sino porque no ofrece una interpretaci¨®n genuina y relevante. Es natural que en momentos. de altos ¨ªndices de desempleo haya nostalgia por la seguridad econ¨®mica de las ¨²ltimas d¨¦cadas de kadarismo, pero eso no expresa ninguna preferencia pol¨ªtica, o, desde luego, no por el "viejo r¨¦gimen", como se expresa en el documento. Una vez m¨¢s, no tenemos ni la menor idea de qu¨¦ clase de preguntas se plantearon, en respuesta a las cuales los autores recibieron esa m¨¢gica respuesta afirmativa del 66%.
El peri¨®dico h¨²ngaro Magyar Hirlap publicaba el 27 de julio algunos resultados de ese mism¨ªsimo informe. Lo hizo un equipo h¨²ngaro. Esta vez se nos permite acceder al menos a una parte del texto de tres cuestionarlos. Se nos informa de que, entre otras cuestiones, se plante¨® la pregunta de si la democracia es incondicionalmente mejor que la dictadura o si, bajo ciertas circunstancias, es preferible la segunda. Seg¨²n este informe, el 69% de los entrevistados prefer¨ªa claramente la democracia, y s¨®lo el 8% estaba a favor de la dictadura bajo ciertas circunstancias. En cuanto a la tercera alternativa, redactada de la siguiente manera: "A las personas como yo les da igual vivir en democracia o en una dictadura", un 21% respondi¨® que s¨ª. ?D¨®nde est¨¢ entonces el fundamento de la m¨¢gica cifra del "66% de nost¨¢lgicos del PC" que encontramos en el informe elaborado a partir del documento del Lazarsfeld Institute?
De este Jaux pas pueden sacarse dos lecciones. Nosotros, los legos, deber¨ªamos leer siempre con extremada precauci¨®n las cifras m¨¢gicas presentadas por las ciencias sociales; es posible que nosotros conozcamos mejor la verdadera situaci¨®n. Y si los eruditos implicados en una concienzuda investigaci¨®n sociol¨®gica acerca de lo que sea (en este caso, las nuevas democracias) ofrecen sus descubrimientos al p¨²blico, no es s¨®lo acerca de las cifras desnudas y en s¨ª mismas carentes de significado de lo que tienen que informar. Los legos deben recibir, adem¨¢s, ciertas claves que les permitan interpretar y reinterpretar hasta los hallazgos mejor documentados.Agnes Heller es profesora de Sociolog¨ªa de la Nueva Escuela de Investigaci¨®n Social, en Nueva York.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.