El buen corte torero
El triunfo de Pedrito de Portugal fue clamoroso: le hab¨ªa sacado dos circulares completos al bomb¨®n con forma de torito que sali¨® en quinto lugar y adem¨¢s se hart¨® de pegarle pases. Menuda la arm¨®. Al p¨²blico argande?o, que es tranquilo, nada triunfalista ni intransigente tampoco, aquello le supo a maravilla, a la suma gloriosa de todas las tauromaquias. Y, sin embargo, Pedrito de Portugal no daba buen corte torero; de su faenas pintureras no trascend¨ªa torer¨ªa alguna.A veces ocurren estas cosas. La historia est¨¢ llena de ejemplos de toreros que llamaban fen¨®menos, acaparadores de orejas, rabos y hasta patas -que estos despojos tambi¨¦n constitu¨ªan trofeos en tiempos pasados- y en cambio llenaban poco, a los aficionados a¨²n menos, pues todo lo ejecutaban desde la superficialidad. Bastaba, entonces, con que apareciera otro diestro con un toreo concebido en pureza, para dejarlos al descubierto. Y eso acaeci¨® en Arganda del Rey, sea salva la mano de orejas que hubo all¨ª y reconocida la legitimidad del triunfo del torero portugu¨¦s.
Ortega / S¨¢nchez, Pedrito, Acevedo
Novillos de Jos¨¦ Ortega, muy bien presentados aunque sospechosos de pitones, flojos, encastados. 4? manso, 5? pastue?o.Jos¨¦ Ignacio S¨¢nchez: estocada baja y rueda de peones (oreja); estocada trasera contraria y descabello (algunas palmas y saluda). Pedrito de Portugal: estocada ca¨ªda (petici¨®n y vuelta); pinchazo, estocada delantera -aviso con dos minutos de retraso- y dobla el novillo (dos orejas y dos vueltas); sali¨® a hombros. Santi Acevedo: pinchazo bajo, otro hondo perpendicular, rueda de peones y tres descabellos (vuelta por su cuenta); estocada (silencio). Plaza de Arganda del Rey, 7 de septiembre. Segundo festejo de feria. Lleno.
Los pases los pegaba Pedrito de Portugal, s¨ª, pero el toreo hondo lo interpret¨® Jos¨¦ Ignacio S¨¢nchez, cuyo corte torero es de los que no se llevan. Unos lances a la ver¨®nica y media echando las dos rodillas a tierra, ya anunciaron por donde iba su concepci¨®n del arte de torear. Con una t¨¦cnica correcta, un singular sentido del temple y un valor cierto para cargar la suerte y ligar los pases sin enmienda de terrenos, instrument¨® tandas de redondos y naturales que transmit¨ªan la belleza inherente a las suertes toreras bien hechas. Sus faenas estuvieron construidas con sentido lidiador, y la segunda tuvo el m¨¦rito a?adido de ir encelando progresivamente la embestida al principio ¨¢spera e incierta del novillo.
Hubo errores y defectos en esas faenas, naturalmente. Jos¨¦ Ignacio S¨¢nchez es novillero y a¨²n tiene mucho que aprender, como todos los de su juventud y experiencia, lo que probablemente conseguir¨¢, con un poco de suerte y la aplicaci¨®n debida. Lo malo ser¨ªa que el torero se creyera ya la s¨ªntesis de Joselito y Belmonte. Hay muchos novilleros as¨ª. Hay muchos novilleros que parecen veteranos de la guerra del 14, terratenientes de medio Linares, y, naturalmente, lo m¨¢s probable es que no lleguen ni a tomar la alternativa. El caso no se dio en la novillada argande?a, afortunadamente, donde los tres novilleros parec¨ªan lo que son, los tres buscaban el triunfo en aquella plaza de talanqueras con la misma ilusi¨®n que hubieran puesto en la catedral del toreo.
Luego, claro, fortuna y capacidades intervinieron en los resultados. Pedrito de Portugal no lig¨® los pases a su primer novillo, mientras al quinto se los di¨® de todas las marcas en medio del general entusiasmo, aunque toreaba con la pierna contraria retrasadilla, siguiendo la moda. Santi Acevedo, que banderille¨® con aleatorio acierto -cuatro veces al quiebro, y en el centro di la rectangular arena; tiene su importancia- intentaba torear seg¨²n los c¨¢nones, ofreciendo el medio-pecho -que dec¨ªan los cl¨¢sicos-, pero le faltaban ¨¢nimos para aguantar las embestidas y le desbord¨® la casta de los novillos. No pasa nada, por supuesto. Tambi¨¦n a fuerza de sobresaltos se hacen toreros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.