Un error de c¨¢lculo le cuesta la libertad
Un l¨ªder hist¨®rico de las Brigadas Rojas pierde el r¨¦gimen abierto por retrasarse 24 horas
Un ramo de flores sobre la tumba de su mujer; una visita a su cu?ada, con la que no ha perdido contacto durante sus m¨¢s de 18 a?os de c¨¢rcel, y no se sabe si un error de c¨¢lculo sobre los nueve d¨ªas que le hab¨ªan dado de permiso, que ¨¦l convirti¨® en 10, han costado a Renato Curcio, fundador y l¨ªder hist¨®rico de las Brigadas Rojas, la vuelta a la c¨¢rcel y el fin del r¨¦gimen cubierto, del que gozaba desde el pasado 7 de abril.Curcio ten¨ªa que haberse reincorporado a la prisi¨®n romana de Rebibbia el 3 de septiembre, y regres¨® 24 horas m¨¢s tarde. Hab¨ªa estado en Trento, depositando flores en la sepultura de Mara Cagol, su mujer y compa?era, tambi¨¦n brigadista, muerta en un enfrentamiento armado con los carabineros en 1975, y visitando a la hermana de ¨¦sta, Milena, en Fiera de Primieiro.
Un recuerdo, el de Mara, que nunca le ha abandonado. Con ella pudo haber tenido el hijo que siempre ha querido -y que su esposa perdi¨® en un accidente de moto-, y ella fue la que, cinco meses despu¨¦s de que Curcio fuera capturado en 1974, gui¨® un comando que logr¨® liberarlo de la prisi¨®n. Meses m¨¢s tarde caer¨ªa abatida por las balas de las fuerzas del orden. En los casi 18 a?os de c¨¢rcel que el l¨ªder de las Brigadas Rojas cumpli¨® hasta obtener el r¨¦gimen abierto, visitar la tumba de Mara se convirti¨® casi en una obsesi¨®n. Y, cuando obtuvo la recalificaci¨®n, dijo que las flores para ella ser¨ªan su primera cita con la libertad.
El mi¨¦rcoles por la tarde, Renato Curcio estaba trabajando en el taller editorial "Sensibles a las Hojas", que ¨¦l dirige en el barrio romano de Testaccio, cuando se presentaron los agentes de la Digos, polic¨ªa secreta, que le condujeron a Rebibbia, la c¨¢rcel, sin esperar a la hora en que cada noche volv¨ªa. Supo as¨ª que le hab¨ªa sido revocado el r¨¦gimen abierto, "por no haber observado una de las obligaciones previstas por el mismo". Desde ayer no puede dejar su celda a las siete de la ma?ana, como ven¨ªa haciendo desde hace cinco meses.
Curcio estaba preparando la publicaci¨®n de varios libros y trabajaba en el Proyecto Memoria, una especie de censo de todas las organizaciones de la lucha armada y de las alrededor de 6.000 personas que han pasado por ella en los ¨²ltimos 20 a?os. El director de la c¨¢rcel ha advertido, no obstante, que el paso de Curcio al r¨¦gimen carcelario normal es una medida cautelar, que tendr¨¢ que ser ratificada por el juez en el plazo de un mes. De no hacerlo as¨ª, quedar¨ªa sin efecto la medida adoptada ahora contra el ex l¨ªder brigadista, que podr¨ªa volver a salir todos los d¨ªas.
Dicen que los errores de c¨¢lculo en los d¨ªas de permiso podr¨ªan deberse a que, acompa?ado por una mujer con la que podr¨ªa casarse pronto, se le fue el santo al cielo. El caso es que Renato Curcio, 53 a?os, que nunca se ha arrepentido de su pasado, dijo, cuando en abril pudo salir a la calle, que sus deseos se centraban en una casa de madera y piedra, en caminar como un n¨®mada y en tener un hijo con una mujer real, y no con una de las "novias de papel" que le escribieron en sus largos a?os de prisi¨®n. Quiz¨¢ tengan raz¨®n quienes piensan, que a Curcio estas vacaciones se le hicieron cortas por la necesidad de quemar etapas.
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