Las espinillas
Los analistas pol¨ªticos, tan agudos, no consiguen explicar por qu¨¦ Gonz¨¢lez s¨®lo habla cuando est¨¢ fuera de Espa?a; se creen que es una cuesti¨®n territorial y por eso no aciertan. Para m¨ª que se trata de un s¨ªntoma nervioso, o sea, que no es por estar fuera de Espa?a por lo que abre la boca, sino por estar fuera de s¨ª. Le pasa a mucha gente, sobre todo a la que cultiva la paciencia oriental y sus representaciones arb¨®reas, ?no?, o sea, que se van comiendo todo y acumulan una cosa interior, una tensi¨®n, no s¨¦, que se resuelve en una descarga verbal o biol¨®gica que da miedo verla o escucharla, seg¨²n. Sucede lo mismo con las espinillas: si tienes paciencia y no andas toc¨¢ndotelas todo el rato, el d¨ªa que abran sueltan un disparate adiposo de esos que proporcionan tanto asco y tanto placer juntos a las madres de los adolescentes con acn¨¦. Las explosiones verbales de Gonz¨¢lez cuando est¨¢ fuera de Espa?a -o de s¨ª, ya digo- tienen esa cosa amarillenta de los granos cultivados que hunden a los informadores en una repugnancia epic¨²rea.Gonz¨¢lez, pues, se identifica hasta tal punto con Espa?a, la ama tanto, que cuando est¨¢ fuera de ella se encuentra tambi¨¦n fuera de s¨ª, y dice, claro, los disparates que suelta uno si le sacan de quicio. Por eso, yo, cuando le oigo hablar de conservadurismo con el cohibas de medio metro entre los dedos, o sea, cuando insulta a esta poblaci¨®n tan castigada proponi¨¦ndose a s¨ª mismo como modelo de progresismo posmoderno, con esas gafas de sol y esas cortinillas que lleva en el coche para que los mortales no le miren, yo, digo, no se lo tengo en cuenta, porque s¨¦ que el hombre est¨¢ fuera de Espa?a, fuera de s¨ª, perd¨®n, y eso, aunque hagas mucha gimnasia emocional, te pone de los nervios y se te dispara la lengua. Peor ser¨ªa que se le disparase el puro, que est¨¢ lleno de metralla neoliberal.
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