Un freno a la pol¨ªtica de reformas
Los polacos han votado mayoritariamente por un frenazo a las reformas y en demanda de protecci¨®n del Estado en la jungla del capitalismo. El pa¨ªs que fue vanguardia en la ¨²ltima lucha contra el comunismo ha dado su mayor voto de confianza a los herederos de aqu¨¦l. Les siguen en votos el partido campesino, que ha cambiado su docilidad al partido comunista por acentos intervencionistas, nacionalistas y conservadores.De nada valieron los llamamientos contra la Alianza de la Izquierda Democr¨¢tica (SLD, ex comunista) del padre de la patria, Lech Walesa, ni de la otrora omnipotente Iglesia. Tampoco los regalos extranjeros al Gobierno radical-reformista de Hanna Suchocka. El presidente ruso, Bor¨ªs Yeltsin, adelant¨® la retirada de los ¨²ltimos soldados sovi¨¦ticos de territorio polaco la v¨ªspera de las elecciones. El Reino Unido accedi¨® a entregar el cad¨¢ver del que fuera primer ministro Sikorski para su entierro en Cracovia dos d¨ªas antes de los comicios. El canciller alem¨¢n, Helmut Kohl, habl¨® en encendidos t¨¦rminos sobre los ¨¦xitos de la pol¨ªtica de la terapia de choque iniciada hace m¨¢s de tres a?os.
La victoria de los ex comunistas en Polonia llega en un momento desgraciado para otros pa¨ªses ex hermanos. Yeltsin pierde un aliado. Aquellos que abogan por la lentitud en la reforma porque sinceramente creen poder as¨ª evitar sufrimientos a la poblaci¨®n, o porque -los m¨¢s- quieren evitar que ¨¦sta se produzca, ganan un aliado.
Parad¨®jicamente, el resultado polaco se produce cuando la terapia de choque ahora condenada por los electores muestra sus primeros efectos netamente positivos. El crecimiento roza el 4%, el mayor de Europa; la inflaci¨®n ha ca¨ªdo hasta el 30%, frente al porcentaje de cuatro d¨ªgitos que tuvo el ¨²ltimo Gobierno comunista. El desempleo, de un 16%, no llega al nivel del de Espa?a, pese a la ingente empresa que ha sido el vuelco total en el sistema econ¨®mico polaco. Sin embargo, los dirigentes reformistas polacos confiaban en exceso en una supuesta clarividencia del pueblo que los indujera a m¨¢s paciencia. A la larga no se pueden ganar elecciones con cifras macroecon¨®micas.
El resultado puede ser peligroso no porque el l¨ªder de la SLD, Alexander Kwasniewski, un socialdem¨®crata inteligente, sea antirreformista, que no lo es. Pero su partido, sobre todo fuera de Varsovia, s¨ª se ha nutrido de los cuadros comunistas, en gran parte no reciclados, que, si llegan a gobernar, tender¨¢n de nuevo a imponer el dictado de su pol¨ªtica sobre la econom¨ªa. Incluso en Hungr¨ªa, donde el partido se autodepur¨® mucho m¨¢s, pasar¨¢ a¨²n tiempo antes de que los socialdem¨®cratas se hayan despojado de sus h¨¢bitos y tentaciones comunistas.
Otra peligrosa tentaci¨®n que puede alimentar este resultado es la del presidente Lech Walesa de erigirse en garante de las reformas "por necesidad nacional" contra una mayor¨ªa parlamentaria. Si dicha tentaci¨®n exist¨ªa ya antes, s¨®lo ha podido aumentar al ver al partido de Kwasniewski como mayor¨ªa. Ahora empezar¨¢ el pulso entre los partidos y Walesa para la creaci¨®n de un Gobierno. Ser¨¢ duro y posiblemente largo.
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