Todos somos del Legan¨¦s
Un equipo de amigos ha llegado a la Segunda Divisi¨®n de f¨²tbol. Viven en Legan¨¦s, a poco m¨¢s de 90 kil¨®metros del pueblo madrile?o que se le busque m¨¢s lejano. En su plantilla no figuran Hugo S¨¢nchez, ni Zamorano, ni Kosecki. Su presupuesto da lo justo para pagar los gastos. Pero el capital del que dispone es mucho m¨¢s valioso: una afici¨®n que ha visto crecer el equipo y lo ha arropado hasta llegar a donde est¨¢; unos jugadores cuyo esfuerzo nunca se podr¨¢ quedar corto en relaci¨®n con sus salarios; una ciudad entera madrile?a y blanquiazul. Y, sobre todo, la identificaci¨®n que se produce entre unos y otros cuando el profesionalismo desmedido no oculta la importancia de los colores que se defienden.A ello contribuye, sin duda, el hecho de que casi todos los futbolistas de este equipo procedan de la cantera madrile?a. Con ¨¦l, Madrid dispone ya de cinco equipos en las primeras categor¨ªas del f¨²tbol espa?ol (Atl¨¦tico, Rayo Vallecano, Real Madrid, su filial el Real Madrid Deportivo y el Legan¨¦s), pero ¨¦ste es el ¨²nico que tiene su base y su p¨²blico fuera de la capital. El Legan¨¦s se convierte as¨ª en el s¨ªmbolo de una ciudad pujante, la m¨¢s grande poblaci¨®n urbana de todo el centro de Espa?a, excluidas Madrid, Valladolid y M¨®stoles.
Los madrile?os se han dividido ante sus equipos de Primera para dar salsa a los lunes aburridos y mantener el gusanillo. Pero nada impide que a su vez los hinchas de cada uno de esos clubes sientan al Legan¨¦s como propio, como un producto genuinamente madrile?o. Y seguramente seguir¨¢n sus andanzas de cada domingo con el inter¨¦s de quien se siente su vecino, con el apoyo del paisano y rumiando la posibilidad de presenciar sus partidos.
En muchos lugares -de Espa?a y del mundo-, los peores rivales deportivos son los de al lado. No parece una excepci¨®n Madrid, lo que, dentro del enfrentamiento limpio, redunda en una mayor emoci¨®n (y ah¨ª est¨¢ el derby de ayer para demostrarlo). Pero, hoy por hoy, el Legan¨¦s tiene el papel del hermano peque?o, al que hay que alentar a desarrollarse para que muestre sus verdaderas posibilidades. Acaba de llegar a la Segunda Divisi¨®n y le resultar¨¢ dif¨ªcil sostenerse ah¨ª. Ojal¨¢ se mantenga, porque todos saldr¨¢n beneficiados. Los hermanos mayores, por ejemplo, tienen la oportunidad de probar en ¨¦l a jugadores j¨®venes para que se les pueda observar de cerca.
Pero, con todo, lo m¨¢s positivo es que ha quedado establecida una cantera de deportistas madrile?os que aumenta las posibilidades de los que empiezan y puede servir como escuela de labor de equipo a quienes a¨²n se preparan para trabajar en la sociedad. No es un mal asunto, cuando tantos j¨®venes frustrados se alejan del esfuerzo f¨ªsico, se a¨ªslan de sus amigos y buscan un falso consuelo en el submundo urbano. Por eso, principalmente, todos somos del Legan¨¦s.
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