Fabio, Almod¨®var y otros desenga?os
La actuaci¨®n de McNamara no incluy¨® el d¨²o m¨¢s esperado
En la madrugada de ayer se present¨® en Morocco el variopinto Fabio McNamara con el grupo Met¨¢licos. M¨¢s que expectaci¨®n, hab¨ªa curiosidad morbosa: corren por ah¨ª tantos cuentos sobre ¨¦l que mucha gente se apunta al sarao s¨®lo para husmear in situ, como en las apariciones de El Escorial.La sala estaba abarrotada de modernos y desenga?os. Primer desenga?o: el espect¨¢culo se retras¨® m¨¢s de dos horas sobre el horario anunciado. Segundo desenga?o: Fabio McNamara se esmera por imitar a Lou Reed, pero no se le parece. Baila con unci¨®n, se ti?e el pelo con sa?a, se viste con alevos¨ªa y, en fin, los textos de las canciones quedan agazapados en inc¨®gnitos tras el fragor de Met¨¢licos, potente, seguro y result¨®n.
Tercer desenga?o: no lleg¨® ¨¦l, el esperado, el rey Midas, Pedro Almod¨®var, cuya ausencia fue presencia obsesiva durante toda la funci¨®n. Buena parte del p¨²blico merodeaba por la sala buscando al manchego prodigioso, anunciado s¨®lo por los rumores.
En tiempos de la cacareada movida, McNamara cantaba endemoniadamente mal (pertenece al sector dionisiaco), pero se pasaba mucha risa con ¨¦l. Ahora tampoco canta, pero se ha serenado un poco y ha perdido la gracia santificante. ?Por qu¨¦ y para qu¨¦ vuelve McNamara a los escenarios? Doctores tiene la postmodemidad que lo sabr¨¢n.
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