El ingeniero Nogueira
Galicia existe desde hace 2.000 a?os. Existe, se entiende, con partida de bautismo en los anales de la historia escrita. Los gallegos, por supuesto, exist¨ªan mucho antes. Estrab¨®n cuenta que llevaban largas cabelleras y eran ya aficionados a la danza y al marisco. Ahora no hay melenas, porque el conservadurismo siempre es mal entendido. El ¨²nico conservador que queda es mi amigo, el rockero Suso Chapas. Lo que s¨ª contin¨²a manteni¨¦ndose es la devoci¨®n por el marisco. El gallego ha elevado a la categor¨ªa de lo sublime los bichos m¨¢s raros del universo, como el centollo o el percebe. Como dec¨ªa el gran Cunqueiro, lo primero que hace un gallego cuando ve un animal extra?o es probar si es comestible.Quien recuerda que Galicia tiene 2.000 a?os es el candidato Camilo Nogueira, en el mitin en Santiago de la coalici¨®n formada por Unidade Galega y Esquerda Unida. Y lo hace porque el se?or Rato, del Partido Popular, ha afirmado que Galicia no exist¨ªa "antes de Fraga". Estamos pues en el a?o IV d.F., seg¨²n el nuevo calendario. Rato en gallego significa rat¨®n. Como Fraga ha llamado a Nogueira "el flautista de Hamelin", el galleguista dice que va a llevarse al rato al otro lado del Tel¨®n de Grelos.
Es la referencia personal m¨¢s fuerte que se le escucha a Nogueira, un tipo serio que practica el autocontrol y que no se desbocar¨ªa ni por un alarido. "Nosotros nunca seremos populistas", dice Nogueira, "porque una alternativa se hace con ideas y no con ocurrencias". La idea de que el mundo puede gobernarse por la raz¨®n es muy meritoria, y si no, que se lo pregunten a Galileo. Recuerda H. L. Mencken en el Prontuario de la estupidez humana que Dios concibi¨® el diluvio como una lecci¨®n perdurable. %Y acaso un a?o m¨¢s tarde- el mismo No¨¦, su principal beneficiario, no yac¨ªa borracho, desnudo y bullanguero despu¨¦s de que el arca hubo atracado en el Ararat?".
Mientras el ingeniero Nogueira invoca la fastidiosa raz¨®n, en otras ¨®rbitas tiran con artiller¨ªa pesada. Victorino N¨²?ez, presidente del Parlamento aut¨®nomo, llama a Carlos Solchaga "subespecie de enanoide sicofante". Lo de "subespecie de enanoide" es de la cosecha de Victorino, muy osada teniendo en cuenta que ¨¦l tampoco es Michael Jordan. Dicho al lado del delf¨ªn fraguista Jos¨¦ Cuina, que es m¨¢s bien currutaco, parece un acto de discriminaci¨®n. Lo de "sicofante" es una aportaci¨®n culta de Fraga a la campa?a. Se lo llam¨® don Manuel al incisivo socialista Cortizo y ahora hay 53.000 personas por Galicia, que son los militantes que tiene el PP, llamando sicofante a la competencia. En un pa¨ªs de insultos francos, eso de sicofante es una finura que tiene un retint¨ªn fatal y que obliga a ir al diccionario. A nadie le importa, por ejemplo, que le llamen cabr¨®n, pero ?qu¨¦ me dicen ustedes de sicofante?
En tiempos de la dictadura, Nogueira militaba en el nacionalismo duro de izquierdas. Era un brillante ingeniero de Citroen pero fue despedido tras ser detenido por la polic¨ªa. La indemnizaci¨®n la entreg¨® a los sindicatos. No fue rencoroso. Viaja en Citro¨¦n, es un propagandista de la marca y dice que en la factor¨ªa de Vigo se hacen los mejores coches del mundo. O sea, autocontrol. Busc¨® una l¨ªnea de nacionalismo tranquilo, defendiendo la v¨ªa auton¨®mica, la democracia "sin adjetivos" y al volante del europe¨ªsmo. Le pas¨® un poco lo que al irland¨¦s Parnell, que le tiraron cal viva a los ojos. La nueva ley electoral de Fraga, con el tope del 5%, iba a por su cabeza. Pero las primeras encuestas dan representaci¨®n a la coalici¨®n de Unidade Galega y Esquerda Unida, y el ingeniero Nogueira quiere aportar su autocontrol a un Gobierno alternativo.
Tal como est¨¢ el panorama, la fe europe¨ªsta del candidato parece un exotismo. Est¨¢ de moda hablar mal de Europa y da la impresi¨®n de que los ¨²nicos que a estas alturas creen algo en el invento son Felipe Gonz¨¢lez, Camilo Nogueira, el ap¨®stol Santiago y un vendedor de la enciclopedia brit¨¢nica que ayer llam¨® a mi puerta.
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