El pulpo
El mar est¨¢ a los pies, invisible, latiendo en la noche como el coraz¨®n de Moby Dick. En la lonja marinera de Camelle, erguidos, sin necesidad de sillas, rodeados de la familia, escuchan con los brazos cruzados bravos pescadores que ya no van a la ballena pero s¨ª a un tibur¨®n que llaman quenlla, al congrio, al pulpo y a un pez que llaman ministro y, cuando es grande, solchagui?a. Y en las rocas de la Costa da Morte van a la n¨¦cora, al centollo y al percebe. Y al sabroso erizo que mandan a Francia y quiz¨¢ acaba perfumando de oc¨¦ano la cocina parisina del Maxim's. Y algas que llegar¨¢n a Jap¨®n. Y una lombriz luminosa con la que dicen que hace medicinas una empresa catalana. Muchos de los que tienen casa y motora o los que tienen bar o alg¨²n negocio fueron en la adolescencia, desde los 14 a?os, catering boys, ni?os que serv¨ªan en mercantes de los cinco mares. Los buzos de Camelle son los mejores de Galicia. Me cuentan que algunos no saben nadar en la superficie, pero bajo el mar es como si tuvieran branquias.El mitin de la lonja es del Partido Popular. El mayoritario voto de izquierdas de Camelle se ha ido desplazando hacia el partido de Fraga Iribarne. El pueblo pertenece al municipio de Camari?as, que tiene Gobierno socialista. Se palpa una hist¨®rica rivalidad. Camelle est¨¢ creciendo, con muchas inversiones de la Xunta.
"En Camari?as ya los tienen envidia y pronto ser¨¢ popular", dice un orador llegado de all¨ª. "El autob¨²s para ver a Felipe iba casi vac¨ªo, s¨®lo 14 personas que las cont¨¦ yo una por una". La mirada de Fraga, entre severa y paternal, nos escruta desde los carteles. Dice otro orador, Xos¨¦ Manuel Lema, un joven poeta de la zona reci¨¦n incorporado a nuevas generaciones, que "don Manuel ha sido el mejor presidente de la historia de Galicia". Hasta ahora hubo dos para comparar: el popular Albor (seis a?os) y el socialista Gonz¨¢lez Laxe (dos a?os). Xos¨¦ Manuel es gaiteiro, ecologista y ha defendido a los insumisos. Dice que su fichaje en el PP es porque los socialistas de Camari?as no daban cancha cultural y que pasa del bloque "porque son rnarxistas". ?Qu¨¦ dif¨ªcil est¨¢ ser gaiteiro por libre!
"Sab¨¦is que quiero casi tanto al mar como a mi rnujer", dice ahora po¨¦tico Carlos Ramos, el inspector pesquero, que es el que pone las multas por infracciones. Hay chanza en el p¨²blico. Carlos parece un hombre cabal y cumplidor en su trabajo. Una voz se queja de las multas. Como est¨¢ tambi¨¦n presente el subdirector de Pesca de la Xunta, un joven tranquilo llamado Samuel Ju¨¢rez, el m¨¢s fogoso orador local, Emiliano Mouzo, le sugiere que hay que ser m¨¢s benevolente en las sanciones. Este Emiliano no se anda con chiquitas. Dice de los socialistas que alentaron el porro, y despu¨¦s la hero¨ªna y luego la coca¨ªna y que as¨ª est¨¢ la juventud. Y que no quer¨ªan plantar eucaliptos, lo que quer¨ªan era plantar fuego. Y que confunden el jurel con el rodaballo.
El gran invitado de la noche es una autoridad, Jes¨²s Almui?a, delegado provincial de la muy poderosa Conseller¨ªa de Ordenaci¨®n del Territorio y Obras P¨²blicas. Fue este organismo el que construy¨® la lonja donde se celebra el mitin, el paseo mar¨ªtimo, y el nuevo dique. Y habr¨¢ tambi¨¦n dique en Arou, y en Santa Mari?a. Ovaci¨®n. "Don Jes¨²s siempre cumple", recuerda Emiliano. Y el se?or Almui?a dice que est¨¢ muy a gusto con los "bravos Pescadores" aunque sea de tierra adentro. El, explica con humildad, s¨®lo es una correa de transmisi¨®n de quien de verdad decide. Don Manuel. Y luego habla con toda franqueza: "Ahora vengo a pedirles el voto, igual que ustedes antes nos pidieron obras".
Al final, unos pinchos populares en el caf¨¦-bar Rotterdam. Todo en orden. Fuera, la rosa de los vientos se agita suavemente y el mar toca un acorde¨®n melanc¨®lico sin pedir nada a cambio.
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