13.000 familias que compraron fincas r¨²sticas buscan c¨®mo legalizar su casa
Las viviendas construidas en suelo r¨²stico no tienen tel¨¦fono y no reciben nunca la visita del cartero
Desperdigados por toda la Comunidad viven n¨¢ufragos del siglo XX. Una casa en el campo, s¨ª, pero sin tel¨¦fono, alcantarillas, ni correo. Aislados, rodeados de oscuridad por las noches y de barro. Son los inconvenientes de haber comprado una de las 21.500 parcelas ilegales que salieron al mercado hace a?os. Unos no sospecharon nada. Otros sab¨ªan que los terrenos eran demasiado baratos para resultar ciertos, pero el promotor pod¨ªa asegurar que el suelo r¨²stico donde iban a poner los cimientos se convertir¨ªa en urbanizable muy pronto, con todas las bendiciones.
Casi 10 a?os despu¨¦s de que la Comunidad de Madrid fotografiase un censo de 137 urbanizaciones ilegales, aquellas parcelas est¨¢n apareciendo para la ley. Pero ello ha significado anos de peleas burocr¨¢ticas, m¨¢s dinero, y estar a¨²n incomunicados a 40 kil¨®metros de Madrid, que en la calle no haya nombre o que el cartero nunca llame... A¨²n hay 13.000 familias que son, con la ley en la mano, piratas en sus propiedades, seg¨²n la Comunidad.La Comunidad asegura que en diciembre habr¨¢ preparado un plan para que todas estas urbanizaciones sean legales, salvo las que, por motivos ecol¨®gicos, haya que echar atr¨¢s. Habr¨¢ plazos m¨¢ximos ara que se legalicen. Miguel Angel L¨®pez, director general de Urbanismo de la Comunidad de Madrid, habla de cuatro a?os como mucho. Los propietarios tendr¨¢n que presentar avales que aseguren que pueden acometer las obras de urbanizaci¨®n que les separan de la legalidad. Deber¨¢n, adem¨¢s, comprometerse a hacerse cargo del mantenimiento de sus instalaciones, ir al Registro de la Propiedad e inscribir su nombre. Algunos son propietarios por contrato privado.
Algunos vecinos de esas urbanizaciones ilegales ya han resuelto sus problemas. En Orusco de Taju?a (597 habitantes), los propietarios de casas en el camino de La Besana llevan 20 a?os de pleitos. Se acostumbraron a vivir sin luz y, cuando decidieron reunir fondos con los que pagar las obras necesarias para el suministro el¨¦ctrico se encontraron sin los permisos necesarios. Su urbanizaci¨®n era ilegal.
Los vecinos de la Comunidad de Propietarios La Besana acudieron al Parlamento regional e informaron a los diputados regionales sobre su problema. Cocinaban con velas. Ve¨ªan la televisi¨®n con las bater¨ªas de su coche, que cargaban antes con viajes constantes a Madrid. Y por la noche utilizaban linterna para llegar al dormitorio sanos y salvos.
Los diputados se pusieron en contacto con Pol¨ªticia Territorial para buscar una soluci¨®n. El pasado 27 de julio, en el camino de la Besana (Orusco de Taju?a) se hizo la luz.
PASA A LA PAGINA 3
Robinsones de provincia
Viene de la P?GINA 1Alejandro era muy ni?o cuando sus padres, unos comerciantes de San Fernando de Henares, antiguos emigrantes, se fijaron, un domingo de buen tiempo, en unos terrenos que se ofrec¨ªan en Fresno del Torote (a 40 kil¨®metros de Madrid), a la vera de un arroyo. Se decidieron a comprar una parcela de la urbanizaci¨®n La Dehesa, 2.500 metros cuadrados a 300 pesetas el metro. Hab¨ªan pasado a engrosar un grupo de 42 parcelistas de nivel econ¨®mico bajo. Con ello comenzaba un sinfin de problemas.
Alejandro tiene ahora 24 a?os y aprovecha que est¨¢ en paro para ejercer de presidente de la comunidad de propietarios (le la urbanizaci¨®n, ilegal despu¨¦s de 15 a?os, que fue cuando su padre compr¨® y el promotor le dijo que aunque el suelo era r¨²stico se iba a arreglar y que podr¨ªa construir una casita. A La Dehesa, que tiene ya 29 casas edificadas y est¨¢ a unos cuantos cientos de metros del centro de Serracines (en el municipio de Fresno del Torote, 248 habitantes, a 40 kil¨®metros), no ha llegado el tel¨¦fono, ni el correo, ni las alcantarillas, ni el asfalto. Cuando se pone el sol, en vez de encenderse las farolas, arrecian los ladridos de los perros.
Cuando llueve, como en estas fechas, el barro se hunde antes de entrar en la casa de Alejandro, quien agota, con la madre y el sobrino, sus ¨²ltimos d¨ªas de verano en el chal¨¦ de 100 metros cuadrados con piscina. S¨®lo dos familias viven all¨ª siempre. Cuando tiran de la cadena del retrete, el flujo va a un pozo negro. En verano, con el censo de la urbanizaci¨®n a reventar, hay restricciones de agua porque los pozos de abastecimiento no dan abasto.
M¨¢s gastos
La Dehesa, aunque movi¨¦ndose, a¨²n est¨¢ fuera de la ley. La luz lleg¨® despu¨¦s de muchos sudores, aunque el promotor vendi¨® la parcela con este servicio y con agua, dice Alejandro. Al ser ilegales, no pudieron engancharse y tuvieron que arreglarse con c¨¢mping gas durante un tiempo. Lo que result¨® barato est¨¢ saliendo caro: todos los vecinos, entre ellos el propio alcalde de Fresno de Torote, que tiene una parcela, tuvieron que comprar 15.300 metros cuadrados para construir viales y servicios; costear el nuevo pozo, arreglar el dep¨®sito de agua y pagar el proyecto de urbanizaci¨®n: es decir, poner aceras, asfaltar, hacer el alcantarillado, enterrar los cables del tel¨¦fono: todo les costar¨¢ de 40 a 50 millones de pesetas.
A unos pocos kil¨®metros en diagonal de La Dehesa se asienta una gran urbanizaci¨®n que por su tama?o se refleja en los mapas de carreteras: Jard¨ªn de Serracines, con 450 parcelas. A la entrada, detr¨¢s de la barra de un bar hecho en un prefabricado, est¨¢ Mercedes y dice: "Esto ya es una gloria". Mercedes lleva el chiringuito desde hace 13 a?os y no tuvo luz hasta hace siete.
Para el negocio usaba c¨¢mping gas y estufas de le?a en invierno, y as¨ª se apa?aba, antes de que hubiese llegado el asfalto a las calles. Sobre la barra reposa el ¨²nico tel¨¦fono de la urbanizaci¨®n, que le cost¨® medio mill¨®n de pesetas. "Lo que hice fue pedir ayuda a otros vecinos y comprometerme a avisarles en caso de que les llamase alguien", dice la mujer. Mercedes, que tiene ya los hijos mayores, se encarga de recoger pan a un panadero para quienes lo quieren, la bombona de gas al repartidor y las cartas al cartero. "Lo hago por servir, no por ganar". En una esquina de la barra, en desorden, hay dulces, arroz y barras. El montaje tiene aire de colmado de hace muchos a?os. Mercedes vende a los vecinos olvidadizos, "gente obrera", dice ella.
Desde que se empezaron a vender los terrenos, en 1980, los parcelistas, que hab¨ªan construido casetas con tejados de uralita y ten¨ªan su huerta, tuvieron que parar un proceso judicial porque los promotores no hab¨ªan pagado, hacer un plan especial con la Comunidad de Madrid para legalizar las casas que hab¨ªan ido construyendo sin licencia, pagar 300 millones para convertir el barro en asfalto y alumbrado, solucionar la ocupaci¨®n de una ca?ada real... Hubo que desalojar a 40 vecinos, ceder el 10% del terreno a la Comunidad de Madrid y volverles a ubicar.
Hoy la urbanizaci¨®n sufre los flecos de la ilegalidad: no hay tel¨¦fono ni correo, y aumentan d¨ªa a d¨ªa los vecinos que se instalan all¨ª para siempre, gente m¨¢s joven, que trabaja en Madrid, y que son mas guerreros con sus derechos. Son m¨¢s de 40 familias.
Pero Milagros Ant¨®n est¨¢ sola. Compr¨® una finca, hace 12 a?os, en la urbanizaci¨®n El Retiro de Torremocha del Jarama (246 habitantes, a 46 kil¨®metros de Madrid). "Nos dijeron que era urbanizable y que pod¨ªamos construir sin problemas", recuerda ella. Poco tiempo despu¨¦s, la mujer, viuda, levant¨® su modesto chal¨¦ de un piso. Desde entonces espera el asfaltado de las calles, la instalaci¨®n del alumbrado y la apertura de tiendas en la zona residencial. Compra en Torremocha, a m¨¢s de un kil¨®metro y medio. Sus amigos m¨¢s cercanos est¨¢n en un chal¨¦ alejado m¨¢s de 1.000 metros. Unos perros la amparan, porque es la ¨²nica persona que vive en uno de los 14 chal¨¦s que se encuentran en la orilla izquierda del arroyo San Rom¨¢n. Una zona de la urbanizaci¨®n declarada ilegal.
No hubo enga?o
El correo no llega a su casa y no tiene tel¨¦fono. "El cartero se lo deja al guarda", dice Milagros. Echa de menos un buz¨®n. "Cada vez que quiero echar una carta tengo que recorrer casi un kil¨®metro y medio hasta encontrar el primero".
Los promotores de la urbanizaci¨®n han sido absueltos de estafa hace tres meses. "Nadie puede poner en cuesti¨®n la irregular actuaci¨®n urban¨ªstica, pero no hay enga?o y, por lo tanto, tampoco estafa". Con este razonamiento, la Audiencia Provincial de Madrid absolvi¨® el pasado 22 de julio de estafa a los promotores de la urbanizaci¨®n donde vive la viuda. Los demandantes -195 compradores- adquirieron sus terrenos a la promotora Urquinsa, que confiaba en que el suelo r¨²stico pasase a ser considerado como urbanizable. De hecho, el Ayuntamiento de Torremocha -que preside desde 1979 el independiente Carlos Rivera Rivera- hab¨ªa aprobado la recalificaci¨®n de esos terrenos cuatro meses antes de que se formalizase la compra.
Cuando la Comunidad de Madrid declar¨® la urbanizaci¨®n ilegal, los propietarios de Urquinsa -algunos de los cuales han sido defendidos por el letrado Jos¨¦ Mariano Ben¨ªtez de Lugo- hab¨ªan introducido en los contratos de compraventa cl¨¢usulas que garantizaban la devoluci¨®n del dinero si no se permit¨ªa construir en las fincas, lo que evidencia la falta de mala fe en sus actuaciones, seg¨²n la sentencia. La Comunidad legaliz¨® la mayor parte de la urbanizaci¨®n, pero quedan 32 fincas ilegales, de las cuales 10 est¨¢n edificadas. Una de ellas es la de Mercedes.
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