La flem¨¢tica batalla
Los gallegos vivieron con calma y paraguas a mano su cuarta cita con las urnas auton¨®micas

Una ma?ana de domingo cualquiera en el oto?o coru?¨¦s. Llueve mansamente, como si el cielo pidiera disculpas por no seguir los deseos de la autoridad. La gente que pasea lo hace con la se?a de identidad del paraguas. Circulan los coches despacio y silenciosos. Esta ma?ana se han o¨ªdo algunas bombas. De palenque. Eran en honor de Bebeto, que vuelve a ser el rey, tras el gol del s¨¢bado al Barcelona.Los reporteros radiof¨®nicos rastrean desesperadamente alguna an¨¦cdota. Nada. Ni en la m¨¢s remota aldea. Hay que poner m¨²sica. Es posible que los pol¨ªticos duerman la siesta. No hay ning¨²n signo que delate que a las nueve de la ma?ana del domingo 17 de octubre se inici¨® una batalla en Galicia en la que participaban 2.185.455 electores.
La plaza coru?esa es decisiva en la disputa electoral. En la ciudad, los socialistas tienen un tradicional baluarte. El Partido Popular espera un notable incremento en esta ocasi¨®n, y mostrar as¨ª la fortaleza propia y el declive del PSOE en un lugar simb¨®lico para el partido de la rosa.
Elvi?a es un barrio de las afueras, aunque alguno de sus vecinos prefiere que le llamen aldea. Tiene todav¨ªa casas de labranza, cada vez m¨¢s cercadas por nuevas construcciones e hiperrnercados. El colegio electoral est¨¢ en el centro social construido por el pueblo, y donde tienen sede la sociedad cultural Tempo Novo y el club de f¨²tbol Rel¨¢mpago. Aqu¨ª siempre han ganado los socialistas por mayor¨ªa. Ya cuando la Rep¨²blica se votaba a las izquierdas. Y Con Franco, los miembros de la comparsa de carnaval fueron detenidos por representar la escolta mora del dictador montados en burro.
En el centro electoral hay cuadros y un busto dedicado a un maestro. Son 565 electores. Una de las primeras personas en votar fue Manuela Peijeiro, de 93 a?os Lleg¨® cogida del brazo de su biznieta Rosana, de 16. Manuela, que s¨®lo habla gallego, dice que tiene problemas de o¨ªdo cuando se le pregunta por su pol¨ªtico preferido. Luego demuestra una magn¨ªfica audici¨®n al hablar de otros temas. Tuvo 10 hijos y tiene biznietos hasta en Brasil. Fue lavandera, lechera y vendedora en las ferias. Todav¨ªa hay en la casa dos vacas. A Manuela no le gusta nada la televisi¨®n, y recuerda el sal¨®n de baile en Elvi?a: "De un guapo mozo estoy enamorada, / el joven de mi amor no sabe nada". Finalmente, dice que sus preferencias no est¨¢n con Fraga: "So ¨¦ bo para ¨¦l".
A Cubela es un barrio popular de La Coru?a, transformado desde que se instal¨® El Corte Ingl¨¦s. Los vecinos votan en el colegio p¨²blico San Francisco Javier. Hay tres secciones, y en una de ellas, con 590 electores, ejercen dos mujeres como interventoras. Carmen Villar, de 39 a?os, divorciada, con una hija de 16 a?os, trabaja en la Telef¨®nica y pertenece al Bloque Nacionalista Galego desde hace 12 a?os. Charla amablemente en gallego con Teresa Reyero, de 50 a?os, viuda, con tres hijos, empresaria, interventora del PP y castellanohablante. Carmen dice que los primeros a?os se miraban con suspicacia. "Hemos aprendido mucho todos, unos de los otros; acabamos descubriendo que en el fondo somos normali?os; la juventud se comporta ya sin prejuicios". En el edificio de Obras del Puerto, al lado de los cantones coru?eses, votan los vecinos de las zonas m¨¢s pudientes. Hay dos mesas, y en una de ellas est¨¢ de interventora Asunci¨®n Royo, del PP. Dice que la formaci¨®n de Fraga ha obtenido aqu¨ª siempre mayor¨ªa, "pero sin exagerar".
En ninguno de estos puntos, nadie dir¨ªa que hubo durante 15 d¨ªas una apasionada campa?a en la que parec¨ªa librarse el continuismo o el caos. Los gallegos ganaron con flema y paraguas la cuarta batalla electoral de la autonom¨ªa.
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