La mezquita de Boffil

El alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, ense?aba ayer encantado el nuevo Palacio de Congresos a los Reyes. La mayor parte de los 2.000 invitados que asistieron a la inauguraci¨®n oficial (autoridades, empresarios, arquitectos, diplom¨¢ticos...) contemplaba boquiabierta los miles de metros cuadrados de m¨¢rmol blanco que emparentan el edificio, a primera vista, con la mezquita de la M-30.

El arquitecto, Ricardo Bofill, sonre¨ªa en la vertiginosa escalera mec¨¢nica que sube a 15 metros de altura. Los concejales del Ayuntamiento comentaban en corrillos los atentados terroristas ocurridos horas antes en el barrio de Salamanca.

Se rumoreaba que la acci¨®n de ETA iba a aguar la fiesta y que los Reyes, si es que acud¨ªan a la inauguraci¨®n, no subir¨ªan a la planta donde se preve¨ªa el bautizo del edificio. El acto se retras¨® casi una hora, pero los etarras no lograron malograr la celebraci¨®n.

Para consuelo de algunas se?oras, don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa dedicaron unos minutos a saludar a los invitados. Y para alivio de ?lvarez del Manzano -quien agradeci¨® a los Reyes que no permitiesen que "unos asesinos interrumpieran la vida normal de la naci¨®n"-, el nuevo Palacio de Congresos tiene ya reservados el 70% de los d¨ªas de 1994 para congresos. La cita m¨¢s importante congregar¨¢ en octubre de 1994 en Madrid a 12.000 personas para la reuni¨®n del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

En la mesa presidencial acoma?aban a los Reyes, adem¨¢s del alcalde y el edil de Obras, Enrique Villoria, los presidentes del Ejecutivo y el Parlamento regional, Joaqu¨ªn Leguina y Pedro Diez, y el arquitecto autor de la obra. El primer discurso lo pronunci¨® el presidente de la Asociaci¨®n Internacional de Palacios de Congresos, el italiano M¨¢ssimo Gatamelatta, a quien el sistema de megafon¨ªa jug¨® una mala pasada. Cuando previamente el Rey le concedi¨® la palabra ni siquiera se hab¨ªan o¨ªdo sus palabras. Fue lo ¨²nico que fall¨® en el acto inaugural.

Don Juan Carlos record¨® el "cobarde atentado terrorista" que unas horas antes seg¨® la vida del general de divisi¨®n Dionisio Herrero Albi?ana y ocasion¨® heridas a su ch¨®fer, el soldado Alberto Pasamonte. El Rey calific¨® el nuevo palacio de "obra de singular modernidad, funcional y vers¨¢til que aspira a ser, desde el clasicismo de sus l¨ªneas b¨¢sicas, un lugar de encuentro y participaci¨®n". Don Juan Carlos felicit¨® a la corporaci¨®n municipal por la culminaci¨®n de la obra y anim¨® a todos los madrile?os, a trav¨¦s de los ediles, "a colaborar en la construcci¨®n de una ciudad m¨¢s hermosa y habitable".

S¨ªmbolo de Madrid

El alcalde comenz¨® su discurso con el ruego de una oraci¨®n por la vida del general Herrero, que hab¨ªa sido m¨¦dico del Ayuntamiento durante diez a?os, y con votos por la recuperaci¨®n del soldado malherido.

?lvarez del Manzano recalc¨® el hecho de que la inversi¨®n en este edificio inteligente y ecol¨®gico, (su sistema de aire acondicionado es inocuo para la capa de ozono) no haya salido de los impuestos municipales ni del presupuesto municipal (se ha financiado con las plusval¨ªas de los terrenos aleda?os). "Dotada ahora de unas instalaciones como las que hoy se inauguran, nuestra ciudad se siente capaz de hacer frente a cualquier desaf¨ªo", a?adi¨® el alcalde, que finalmente entreg¨® a los Reyes sendos recuerdos del Campo de las Naciones: una reproducci¨®n del palacio de Bofill en metal para el Rey y un libro encuadernado a mano conmemorativo del parque Juan Carlos I, para do?a Sof¨ªa.

Una vez concluido el acto protocolario (faltaban pocos minutos para la una de la tarde) los invitados abandonaron las butacas (60.000 pesetas ha costado cada uno de los asientos) y se subieron en la escalera mec¨¢nica a la cuarta planta. Algunos comentaban al abandonar el auditorio (con capacidad para 2.500 personas) posibles problemas de mantenimiento: "Para cambiar esas bombillas tendr¨¢n que traer una gr¨²a", dec¨ªa uno. Lo que menos gust¨® fue la sobriedad de la decoraci¨®n de la sala de conferencias principal forrada con madera de sicomoro y el escudo que forman sobre el escenario los altavoces.

El alcalde ense?¨® al Rey desde la proa de la mezquita de Bofill (una terraza en pico) lo que en breve ser¨¢ la ampliaci¨®n del Palacio de Congresos, un anexo que costar¨¢ otros 2.200 millones de pesetas.

Algunos de los 2.000 invitados (representantes del cuerpo diplom¨¢tico, empresarios, arquitectos y diputados, entre los que se encontraba la parlamentaria el PP Isabel Tocino) se fueron cercando luego a la proa para curiosear lo que ?lvarez del Manzano le hab¨ªa ense?ado al Rey.

La 'proa' y el salm¨®n

Don Juan Carlos, que ya inaugur¨® en el conjunto del Campo de las Naciones el parque que lleva su nombre y el nuevo recinto ferial, pudo ver de la mano del autor del edificio los modernos sistemas de iluminaci¨®n por fibra ¨®ptica y los ascensores de alta velocidad.

Los detalles t¨¦cnicos no debieron de interesar mucho a los asistentes, y la mayor¨ªa prefiri¨® asomarse al jam¨®n de jabugo y al salm¨®n ahumado que paseaban sobre el m¨¢rmol blanco, en lujosas bandejas decoradas, que portaban camareras con cofia y delantal a la antigua usanza.